Día 2 del juicio que estremece a Argentina
Un tribunal argentino comenzó el lunes a juzgar a ocho rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa, un joven asesinado a golpes a la salida de una discoteca en un popular balneario, en un episodio que hace tres años conmocionó al país.
A lo largo de la jornada de ayer, segundo día del juicio, prestaron declaración nueve amigos de la víctima.
“Le pegaron patadas, había cuatro o cinco personas pegándole”, aseveró un testigo que se encontraba con Fernando en el momento del ataque. Al recordar el momento posterior a la agresión sostuvo: “Fer tenía la cara inflamada, los ojos mal cerrados, hinchados y marcas de la golpiza. Nos dimos cuenta que era grave, pero no pensamos que tan grave. Cuando nos dijeron que no tenía pulso fue un shock”.
“Pegaban con mucha violencia. Cuando decía que paren, pegaban con más saña”, detalló otro testigo sobre el momento en que Báez Sosa fue abordado por el grupo.
“Esperemos que se haga justicia por Fernando y les den lo que realmente merecen. Mi hijo necesita justicia para que pueda descansar y nosotros podamos tener un poco de paz en nuestra alma”, aseguró ante los medios la madre de la víctima, María, antes de ingresar a los juzgados el lunes, cuando se dio comienzo al proceso.
La madre brindó su declaración el mismo lunes; la carga emotiva fue tal que varios policías rompieron en llanto. Ayer debió ausentarse de la sesión debido a una descompensación.
Fuentes cercanas a los ocho acusados explicaron a La Nación que todavía no está decidido si los imputados van a declarar en el debate, que dicha situación se definirá a medida de la presentación de los testigos.
El crimen Báez Sosa, de 18 años, ocurrió el 18 de enero de 2020 en plena temporada veraniega.
Esa madrugada fue atacado por un grupo de ocho jóvenes. Báez Sosa, quien era hijo único, murió de un traumatismo de cráneo causado por los golpes recibidos cuando estaba tendido en la vereda.
Mientras los atacantes lo pateaban en el suelo le gritaban insultos racistas, según testigos, registros de cámaras de seguridad y chats posteriores entre los acusados, que pasaban sus vacaciones en Villa Gesell.
Los acusados —Máximo Thomsen (23 años), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), los hermanos Luciano (21) y Ciro (22) Pertossi, y su primo Lucas (23)— fueron arrestados el mismo día.
Cumplen prisión preventiva en una cárcel de la periferia sur de Buenos Aires, desde donde fueron trasladados a Dolores, 200 km al sur, para asistir al juicio que se extenderá por 22 jornadas y en el que se escucharán a más de 150 testigos.
Están acusados de “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”, así como de causar “lesiones leves” a amigos de Báez que intentaron ayudar a la víctima.
El crimen conmocionó a los argentinos, hubo actos y marchas en reclamo de justicia.