Fernando Pereira, presidente del FA
Enrique Savoia | Rivera
Sr. Diego Fischer, mucho gusto. Leo sus muy buenas exposiciones en nuestro periódico El País y me gustaría trasladar, si Ud. estuviera de acuerdo, el siguiente comentario en base a su columna del pasado sábado “Ni José Ignacio lo calma”.
Le cuento que tengo casi 82 años, y estoy cansado de algunos sujetos que, como éste, tratan de tirar abajo la imagen y moral de este gran país que es Uruguay.
Vivo en Rivera y viajo frecuentemente a Montevideo, vía Ruta 5.
Veo las declaraciones tan escépticas sobre la temporada de verano como sobre la marcha de Uruguay, que me gustaría sugerirle al inefable presidente del Frente Amplio (añoranzas del nivel de Seregni) Sr. Fernando Pereira (veraneante en José Ignacio, adonde yo no puedo llegar) que recorra la Ruta 5 para que compruebe la pujanza de nuestro país y de nuestra gente; la que trabaja a diario.
La ruta está con un tráfico increíble en ambos sentidos. Además, con una adelantada construcción de la doble vía, así como las vías del Ferrocarril Central.
Saliendo de Rivera se recorre un mar de pinos interminable, realmente un parque saludable. De tanto en tanto, aserraderos enormes trabajan a pleno, convirtiéndonos en grandes exportadores de celulosa, en segundo lugar en el mundo.
Posteriormente se entra en campos cargados de ganado; riqueza ganadera que nos destaca como proveedores de las mejores carnes del mundo. Así como también cantidad de viveros y criaderos de aves. Luego siguen los campos cubiertos de mares verde oscuro de soja, y de vacas lecheras en cantidad. Por lo tanto, lleno de productores lácteos que también nos colocan entre los mayores exportadores del rubro.
Es remarcable comprobar la enorme exposición y oferta de maquinaria agrícola y de vehículos de transporte utilitarios de uso corriente, cosa que no ocurría desde muchos años atrás. Se ven también hoteles y restaurantes al costado de la ruta.
Entrando ya en las cercanías de Montevideo, la Ruta 5 se convierte verdaderamente en una avenida, con grandes firmas y depósitos, etc.
Sería bueno que el Sr. Pereira, quien no goza de un rostro cuidado ni agraciado, cambiara su postura facial, aceptando que lo que su rostro vende ni siquiera le hace bien a su fuerza política, porque cada vez menos uruguayos pueden creerle.