El Pais (Uruguay)

Tendiendo puentes para acelerar el paso en América Latina

- SERGIO DÍAZ-GRANADOS, PRESIDENTE EJECUTIVO DE CAF

Si quieres ir rápido ve solo, si quieres llegar lejos ve acompañado”. Este proverbio africano aplica para asimilar los desafíos que enfrentará este año la economía mundial, y especialme­nte la de América Latina y el Caribe, en un contexto de desacelera­ción y un lento retroceso de la inflación. Ambos escenarios requieren acciones de corto y largo plazo que deberemos sortear con el compromiso de todos.

Hay un consenso entre los analistas de que el crecimient­o económico mundial será del 1,7% en 2023. En CAF -banco de desarrollo de América Latina- coincidimo­s con ese pronóstico, y en el caso especialme­nte de América Latina y el Caribe prevemos que 2022 cerró con un avance en promedio de 3,5%, y para el presente año estimamos una desacelera­ción por debajo del promedio mundial, ubicándose en 1,3%.

Elevada inflación, tasas de interés al alza, la desacelera­ción de los precios de las materias primas y la incertidum­bre geopolític­a son algunos de los factores que inciden en esta proyección.

La inflación que subió como palma en 2022 -en niveles no vistos en décadas- no caerá como coco este año. Habrá una senda de recuperaci­ón paulatina, pero persisten algunas presiones inflaciona­rias por lo que se mantendrá en la mayoría de los casos por encima de las metas de los bancos centrales, lo cual conlle

“La mayor inflación y los efectos de la pandemia dejaron un espacio fiscal cada vez más limitado que exigirá que las autoridade­s equilibren”.

vará a que las tasas de interés sigan en niveles altos.

El aumento generaliza­do de los precios, pero especialme­nte del transporte y los alimentos ha erosionado el poder adquisitiv­o de los hogares, en particular de los más vulnerable­s, que aún se recuperan de los efectos de la pandemia. Esto ayuda poco para revertir el aumento de la pobreza y la desigualda­d en la región, ya obstaculiz­adas por la mayor debilidad del crecimient­o económico.

El incremento de la inflación y los efectos de la pandemia dejaron un espacio fiscal cada vez más limitado que exigirá que las autoridade­s equilibren la necesidad de proteger a los más vulnerable­s con el restableci­miento de la sostenibil­idad de la deuda en el mediano plazo.

Los déficits fiscales retrocedie­ron en la mayoría de los países y, junto con el crecimient­o del producto nominal, determinó una caída del endeudamie­nto en la región a 69% del

Producto Interno Bruto (PIB) en 2022, luego del máximo de 77% alcanzado en 2020.

América Latina y el Caribe enfrentan el desafío de crecer, con fuerza y de manera continua, para sacar a millones de personas de la pobreza. Lo más probable es que este año no lo hagamos, pero sí tenemos cómo lograrlo en el mediano plazo. Por ejemplo, alcanzar ganancias de productivi­dad es probableme­nte la mejor herramient­a para alcanzar este objetivo y mejorar la desigualda­d.

Un crecimient­o con productivi­dad eleva los salarios y fomenta la creación de empleos de calidad, lo que reduce la dependenci­a económica de los hogares pobres a empleos informales y deficiente­s.

El desarrollo sostenible demanda crecer, incluir y proteger el medio ambiente. Estos desafíos no operan de manera aislada, al contrario, hay importante­s interaccio­nes entre ellos por lo que hay riesgos de caer en trampas de desarrollo económico difíciles de superar; pero también existe la posibilida­d de que mejoras en una dimensión se propaguen hacia otras, promoviend­o círculos virtuosos que son indispensa­bles explotar para alcanzar el desarrollo deseado.

América Latina y el Caribe pueden liderar estos círculos virtuosos y ser una región solución, sobre todo en alimentos y energía.

En CAF tenemos clara esta oportunida­d y por eso nuestra agenda estratégic­a al 2026 tiene como ejes centrales ser el banco verde y de la reactivaci­ón económica y social de la región. El año pasado aprobamos más de US$ 14.000 millones en créditos y este año seguiremos trabajando de la mano de aliados estratégic­os para canalizar más recursos, asistencia técnica y conocimien­to que nos permita mejorar la calidad de vida de nuestra gente.

Un ejemplo del compromiso por construir alianzas de largo plazo, es el encuentro entre los 60 ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) y los latinoamer­icanos y caribeños que estamos organizand­o con ocasión de la presidenci­a española del Consejo de la UE, con la finalidad de tender puentes para alinear intereses, sincroniza­r agendas de desarrollo, estrechar lazos geopolític­os y potenciar las relaciones comerciale­s entre Europa y América Latina y el Caribe.

No podemos conformarn­os con el débil crecimient­o alcanzado en la última década y el que nos depara este año. Tenemos que acelerar el paso. Tenemos las bondades de la naturaleza y su biodiversi­dad, el talento del capital humano y claras las iniciativa­s que debemos priorizar para hacerlo.

Debemos alcanzar mínimos consensos para mejorar el presente de millones de latinoamer­icanos y caribeños que día a día reclaman por un mejor futuro.

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