Congreso de Perú rechaza adelanto de las elecciones
Se reconsiderará la decisión mañana, lunes, pero es difícil que se revierta
El Congreso de Perú rechazó la madrugada de ayer, sábado, un adelanto de las elecciones generales a 2023, tal como había pedido la presidenta Dina Boluarte, intentando una salida a la grave crisis social y política que atraviesa el país desde hace siete semanas.
El Congreso, con 45 votos a favor, 65 en contra y dos abstenciones, rechazó la iniciativa del adelanto de elecciones presidenciales para octubre de este año, inicialmente previstas para abril 2024.
“Con esta votación queda rechazada la propuesta de reforma constitucional para el adelanto de elecciones”, cerró el presidente del Congreso, José Williams.
Pero al cierre de la sesión, con discusiones verbales entre congresistas rivales de fondo, el fujimorismo presentó una “reconsideración” de esta votación que será vista mañana, lunes, aunque es muy difícil que se revierta el resultado.
Cercada por protestas, bloqueos y problemas de escasez, la presidenta Boluarte pidió el pasado viernes al Congreso adelantar las elecciones generales a diciembre de 2023, para salir del atolladero que sufre el país desde hace siete semanas con saldo de 47 muertos.
“Pusimos a consideración de los ministros este proyecto de ley para adelantar a diciembre de 2023” los comicios en “fecha y hora que el Congreso diga”, afirmó Boluarte en un acto de gobierno, al tiempo que reconoció que las protestas, bloqueos y la violencia con que piden su renuncia en las calles se ha agudizado en los últimos días.
Las protestas y bloqueos de ruta para reclamar la renuncia de Boluarte, el adelanto de comicios y, en menor medida, la convocatoria a una asamblea constitucional, no dan tregua y generan escasez de combustible, alimentos e insumos médicos.
BOLUARTE SE LAMENTÓ. La presidenta Boluarte lamentó ayer que el Congreso rechazara el adelanto de las elecciones para este año e instó a que se depongan intereses personales y partidistas para “allanar una salida a la crisis política”.
“Lamentamos que el Congreso de la Repúblíca no haya logrado ponerse de acuerdo para definir la fecha de las elecciones generales, donde peruanas y peruanos puedan elegir libre y democráticamente a las nuevas autoridades”, dijo Boluarte en Twitter. “Exhortamos a las bancadas a deponer sus intereses partidarios y colocar por encima los intereses del Perú”, añadió, en su primera reacción desde que el Parlamento fracasara la madrugada del sábado en la idea de adelantar las elecciones generales.
Boluarte, quien descarta renunciar pero a la vez asegura que no tiene interés en aferrarse al poder, asumió la jefatura del Estado el 7 de diciembre, cuando, como vicepresidenta reemplazó a Pedro Castillo, destituido por el Congreso después de que intentara cerrar el Legislativo y gobernar por decreto.
PROCESO. Al asumir su cargo de presidenta el pasado 7 de diciembre, Dina Boluarte expresó su deseo de quedarse hasta 2026, pero tras las primeras semanas de protestas en su contra, anunció un proyecto de ley que adelantaba las elecciones a 2024.
Este fue aprobado por el Congreso el 20 de diciembre, pero, al suponer una reforma constitucional, se tiene que votar en dos legislaturas. Así, a partir del 15 de febrero corresponde esta segunda votación en el Legislativo que necesita al menos 87 votos y, si se aprueba, en 2024 habría elecciones. Sin embargo, se antoja imposible que Perú aguante hasta entonces, cuando, tras dos meses de protestas, 64 personas han perdido la vida.
Por sorpresa, el pasado jueves el fujimorismo, el grupo con más parlamentarios, presentó un proyecto para adelantar los comicios a 2023. Tras una odisea parlamentaria que concluyó ayer de madrugada, el esperpento se corroboró: la moción no obtuvo los suficiente votos para ser aprobada, pero se podrá repetir la votación hoy, lunes.
Ahora se abren varios interrogantes, el primero es si el fracturado Congreso llegará a reunir dicho número de votos, pues hay un empate catastrófico entre las fuerzas de izquierda, que piden convocar una asamblea constituyente, algo a lo que se oponen los conservadores, y las de derecha que piden reformas estructurales que no serán aprobadas por su contraparte.
Si no se aprueba este adelanto de elecciones, se abre un panorama de todavía más incertidumbre y en el que es previsible que encienda las protestas.
En este sentido, fuerzas políticas han declarado en este tiempo de revueltas que están en contra del adelanto “porque el pueblo les ha elegido para acabar su mandato”, como el congresista José Cueto. La otra gran pregunta es si finalmente el adelanto electoral calmará las protestas de la población, o si, por el contrario, no será suficiente y los manifestantes seguirán pidiendo la renuncia de Boluarte.
“Exortamos a las bancadas a deponer sus intereses...”, dijo Dina Boluarte.
ESCASEZ. Los prolongados bloqueos generaron escasez de combustible, gas licuado de uso doméstico y algunos alimentos en regiones del sur andino y de la selva, pobres e históricamente marginados del centralismo de Lima.
El Barrio Chino de esa ciudad ubicada a unos 200 kilómetros de Lima, y punto estratégico en la conexión terrestre entre la capital y el sur de Perú, es clave en los cortes viales impuestos en más de 100 tramos.
Los ministerios de Defensa y del Interior anunciaron el pasado jueves, en medio de una conflictividad ascendente, que la Policía y las Fuerzas Armadas desbloquearán las carreteras del país tomadas por los manifestantes. Mientras tanto, en el centro histórico de Lima continúan convocándose manifestaciones.