Fraternidad
Esteban Vicente | Colonia @|
Argentina y Brasil son nuestros vecinos queramos o no, o sea tenemos fronteras con ambos: Brasil por el norte, que podemos atravesar caminando por tierra, y con Argentina a través del Río Uruguay por el oeste.
A principios del siglo pasado, Argentina era una potencia económica a nivel mundial, inclusive por encima de Brasil. Luego, Brasil comenzó su desarrollo sostenido, mientras que Argentina fue cayendo de modo tal que actualmente tiene al 40% de su población en niveles de pobreza y soporta una inflación del 94% anual. Su nivel de crédito internacional es prácticamente nulo con tasas del 20% por encima de los intereses medios que se ofrecen entre grandes inversores y tomadores de crédito.
En 1990, los dos países acuerdan formar una unión aduanera por iniciativas de los presidentes Saúl Menem y José Sarney que facilitaría el intercambio comercial entre ambos. Ante ello, el gobierno uruguayo presidido por el Dr. Luis A. Lacalle, solicita ser incluido incorporando a Paraguay para así crear el Mercosur, según el Tratado de Asunción.
Luego de treinta y dos años de vigencia, poco ha sido el progreso derivado del Mercosur, principalmente debido a problemas políticos de los gobernantes de los dos países mayores.
También es notorio que Brasil es quien decide unilateralmente de acuerdo a sus conveniencias comerciales o políticas. Ahora que está en ejercicio de su tercera presidencia el Sr. Lula da Silva, aparentemente estaría dispuesto a colaborar con el gobierno argentino y se habrían suscrito unos ochenta acuerdos entre ambos países. Entre esas medidas estaría la creación de una moneda común. Aquí otra vez, se resuelven acuerdos entre los dos países mayores sin que ello sea tratado a nivel del Mercosur, si es que en algo estos acuerdos afecten tanto a Paraguay como a Uruguay.
No es algo novedoso, recordemos que cuando el gobierno argentino encabezado por Néstor Kirchner apoyó el bloqueo de los puentes con nuestro país, dado que Botnia no aceptó lo que le demandaban para instalarse en Entre Ríos, trasladándose a Fray Bentos, entonces el gobierno de Lula da Silva fue cómplice del otro “hermano mayor” no haciendo nada para solucionar este conflicto.
Cuando el Sr. Ministro de Economía argentino, en conferencia de prensa junto a su colega brasileño, habla de “cuidar a Uruguay como a un hermano menor” es evidente que no tiene nociones sobre la fraternidad.
Para que un “hermano menor” sea cuidado por uno mayor, se debería al menos tener el mayorazgo emanado de su condición moral y cívica, algo que indudablemente no abunda a nivel del actual gobierno argentino. Su presidente le ofreció pocos días antes de la invasión rusa a Ucrania, ser la puerta de entrada para América Latina. Hace pocos días iniciaron juicios políticos contra los integrantes del Tribunal Supremo de Justicia, atacando así a otro de los tres poderes básicos de una República. Y podríamos seguir enumerando acciones que evidentemente hacen que el eventual “cuidado fraterno” no nos sea muy deseado, donde más que “cuidado” se estaría ofreciendo una “tutela”.