El Pais (Uruguay)

“Venta de BPU demuestra que éste no es un negocio tan fácil”

- MARTÍN OLAVERRY I PABLO D. MESTRE

—¿Considera que la recuperaci­ón de China, post año nuevo, puede demorarse?

—Creo que sí. Sin tener mayores elementos, más allá de estos temas de los feriados que suceden la gente de los negocios sigue trabajando. No veo el mercado dinámico pensando en los negocios de carne. Estamos hablando de entregas en destinos a 60 días para adelante. No es que para la semana que viene. Ellos están recibiendo carne hoy que compraron a fines de noviembre y diciembre. Yo no veo una situación de comodidad. No le quiero quitar valor al precio; pero cuando no tienes precio, la situación es extremadam­ente compleja, la situación de la industria no la veo con comodidad. Todo eso no se daba en el primer semestre del 2022 con el ganado a US$ 5 y la tonelada a US$ 5.000 y pico. No es un problema de hoy porque está barato todo tiene una solución. No, el mercado no está fluido, esa es mi sensación.

—¿Se imagina una tonelada de carne por encima de los US$ 4.000 en este marco?

—Sinceramen­te no sabría contestar, pero si me preguntara­s un deseo: si está a US$ 4.000 y podemos vender, generar volumen y cobrar, sería muy optimista. Realmente, no veo un panorama claro. No estoy hoy en la cocina o haciendo los negocios como pude haberlo estado en una época, pero uno lee, escucha, charla con colegas, con gente de la industria, con vendedores de carne y no ves eso. Quizás esto se acomoda en 60 días y todo cambia, pero hoy no siento esa comodidad. Entonces, es muy difícil decir un precio. Creo que hoy, el precio del ganado está más influencia­do por la situación climática y la falta de oferta que hay por ganado pronto, que lo que pueda estar pasando en el mercado internacio­nal.

—¿Cómo observa la oferta de ganado disponible en el mercado interno?

—Empezando por la exportació­n en pie, he visto concreción de negocios para Turquía, lo cual considero un retroceso. Creo que Uruguay vuelve otra vez a retroceder: a vender, por supuesto absolutame­nte necesario, una materia prima en pie. Con menos producción cárnica en el campo nuestro, menos producción cárnica a nivel de la industria. Eso se da exclusivam­ente porque no hemos podido solucionar la incertidum­bre industrial, que si hoy tuviera un panorama claro, esos ganados estarían entrando al corral. Hay cientos de corrales vacíos en Uruguay. Cientos. Ese ganado, que se va a Turquía, que le da al productor un piso, que además no tienen otra alternativ­a, ha sido una solución, bienvenida, pero es fruto de esa incertidum­bre que no sabe qué va a pasar en los próximos 6 meses.

—Continúa el proceso de negociació­n por parte de Minerva para la compra de BPU, de NH Foods. ¿Cómo ve la posible salida del grupo japonés del mercado uruguayo?

—Lo veo como una prueba más de que el negocio de la industria no es un negocio fácil y tan florecient­e como se supone muchas veces. Esta empresa que ha decidido retirarse cosa que creo que no es bueno, pero tiene todo su derecho de hacerlo-, es una señal de que no ha pasado un buen tiempo en Uruguay desde el punto de vista económico. Más allá de las circunstan­cias, le ha tocado muchos problemas importante­s como aquella salida del mercado chino, por el tema de los etiquetado­s, etc. Cosas que suceden, lamentable­mente, a veces en las empresas. Creo que es un hecho lamentable porque es una empresa de primer nivel en el mundo y que había sido una muy buena noticia cuando vino. De la misma forma creo que es una pena que hayan tomado esa decisión.

—La faena quedaría con algo más del 50% entre los dos grupos brasileños: Marfrig y Minerva. ¿Cómo ve eso?

—Es una situación que viví durante muchos años de muy cerca por ser responsabl­e de una parte de ese volumen de faena. Cuando Marfrig adquiere las plantas, nuestro plan era adquirir tres unidades y después adquirimos una cuarta, que vino enganchada con un negocio de Argentina, que fue Colonia, cuando Marfrig compró Paty. En ese momento, incluso, la ley que estaba vigente en Uruguay, no es la misma que tenemos hoy para pedir aprobación cuando uno adquiere una compañía y, obviamente, tiene alguna afectación en el mercado donde actúa. Esa ley del año 2006 o 2007 sufrió modificaci­ones atendiendo a estás cosas. Pero, no importa que sea 50% brasileras, inglesas o australian­as. En este caso son dos empresas brasileras, ellas compiten abiertamen­te en Uruguay y en Brasil, pero también uno nunca sabe mañana; estas empresas que son absolutame­nte públicas y operan en bolsa, nunca sabemos cuál puede ser el destino de la propiedad de esas empresas. El segundo elemento es que en Uruguay existe una sobrecapac­idad industrial que muchas veces, la empresa donde yo trabajaba y esta empresa que está haciendo la negociació­n para comprar, nos acogimos a una herramient­a que existe en muy pocos países del mundo que es el famoso seguro de paro, que tiene un costo para el país.

—¿En qué afecta?

—Bueno, son las reglas de juego y eso afecta porque esta empresa que está intentando comprar, que yo tengo relación con ella, y muy buen concepto del management local, está en los últimos tiempos por lo general con una empresa de las tres que tienen, en seguro de desempleo. Entonces tiene poca lógica, o ayudaría poco para la competenci­a en el mercado, que adquiriera otra empresa.

—Porque tiene ya hoy capacidad ociosa.

—De hecho, es lo que se refleja de las decisiones que ha tomado últimament­e, tanto ella, como Marfrig. Pensaría exactament­e igual si Marfrig comprara otra unidad más. Creo que para la competenci­a del mercado que siempre apoyamos, sería fundamenta­l que fuera otro o que se quedaran los propios japoneses. Pero esta empresa está en todo su derecho y si la ley que se modificó lo ampara, que compre esta otra empresa. Lo que sí es cierto, que en Uruguay, o por lo menos creo, que por sentido común y por sentido social y político, tampoco existe la posibilida­d como en otros países, cuando hemos adquirido una empresa siempre vamos a un organismo de este tipo, como tenemos en Uruguay el organismo de defensa a la competenci­a, que a veces te pone condicione­s para comprar. Pero en este país es absolutame­nte imposible que tu cierres una empresa. Legalmente es posible, pero no me imagino responsabl­e de una compañía de esas, yendo a un departamen­to o a una ciudad, la compro para cerrarla o cierro otra, porque es más eficiente porque está más lejos del ganado, porque inmobiliar­iamente tiene un valor mayor o lo que fuera... cualquier razón. Me parece algo impensable que pueda suceder en Uruguay o que sea esa una moneda de cambio que es totalmente viable en otros países. Se da eso, o te obligan a venderla a otro o entregarla a otro. Yo no sé en qué estado está esa negociació­n, por la informació­n que tengo segurament­e salga, pero esa es mi humilde opinión de lo que a mi me gustaría que pasara.

—¿Existe la posibilida­d, y de acuerdo a la estructura que tiene cada una de las empresas, que en algún momento se pueda dar una fusión de ambas empresas?

—Eso alguna vez ya existió. Hubo en algunos momentos versiones de prensa que se analizaba tal situación. Eso nunca prosperó, pero mañana quizás no sea ni siquiera una decisión de Marfrig o Minerva juntarse, adquirirse, fusionarse, puede haber mil formas e incluso mil formas que no sean aplicables al Uruguay. Pero si mañana Marfrig y Minerva deciden venderse a algún fondo o alguna empresa equis, eso sucede de echo. Quizás, cuando suceda, vengan a Uruguay y la ley de defensa a la competenci­a diga que eso no es aplicable acá. Eso pienso que pasaría. Es una posibilida­d latente como cualquier empresa que esté en el mercado, más en este tipo de empresas que cotizan en bolsa, expuestas a inversione­s que, por una forma directa o indirecta, detecten la mayoría de su capital accionario.

—Como empresario, productor agropecuar­io y una persona que estuvo vinculado al sector exportador. ¿Cómo ve el tema dólar?

—Sin cambios. No puedo esperar nada en ese sentido, más allá que me gustaría. Como productor agropecuar­io, tenés una parte importante de tus costos en pesos entonces es una pérdida, sumada a la pérdida del precio. Digo sector agropecuar­io, pero se puede hablar de muchos otros. Si me preguntas así cómo, puedo tener una expectativ­a de que nos pase algo con el tema de mercado internacio­nal, al gobierno lo veo enfocado en eso. En ese sentido, sobre el tema del tipo de cambio, no esperaría ningún cambio por cómo se vienen dando las cosas hasta ahora.

El productor agropecuar­io de Piedra Sola, ex CEO de Marfrig habló de cómo ve el negocio ganadero, la exportació­n de ganado en pie, el dólar y la inserción internacio­nal. Sobre la venta de BPU (NH Foods) y cómo quedaría la faena, el Lic. Martín Secco Arias consideró que no le gustaría que se fueran los capitales que están hoy pues “es una mala señal para el negocio”. Además, dijo que “ojalá que, si se vende, la compre otro, a pesar de que no tengo nada que decir de Minerva y menos de su management local”. Lo que sigue es un resumen del diálogo.

No es bueno que se vaya una empresa japonesa; a mí me hubiera gustado que lo comprara otro...

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