“Atender a nuestros gurises: a los jóvenes de la campaña...”
■ “Qué acertados que hace 50 años exista Paiva, en el ‘68 los salesianos optaron, entre otras oportunidades y habiendo otras posibilidades de construir esto en otros lugares, los salesianos se decidieron por Paiva. Lo digo no como salesiano sino como ex alumno. Y tantos ex alumnos que han pasado por aquí... del Uruguay profundo al centro de la patria, vinieron los salesianos para atender a nuestros gurises, a los jóvenes de la campaña. Es una bendición para este país, para el centro del país, la presencia de el Paiva”, era lo que expresaba el padre Rubén Avellaneda, ex director de el Paiva, en un vídeo conmemorativo por los primeros 50 años de la institución. Además del trabajo dentro de la institución, los salesianos realizan un gran trabajo de acompañamiento con la familia de los chiquilines, toda gente del medio rural. Es por eso, que en el año se hacen tres encuentros de padres en donde se los visita y acompaña en situaciones en las diferentes dificultades que puedan presentarse.
En la semana los gurises tienen también catequesis y un taller de formación de voluntariado; cada 15 días se realiza alguna formación sobre algún tema en particular y en el siguiente encuentro se realiza el servicio o voluntariado en donde se necesite, tanto en la ciudad como en el campo. Para los más camperos está también la opción de la aparcería: “nos juntamos porque los chiquilines tienen en común el gusto por las cosas de la tradición y el campo; tenemos reuniones semanales, participamos de jineteadas y eventos criollos con el grupo de referencia donde compartimos la fe, hacemos voluntariado con algún vecino, buscamos generar experiencias de servicio y beneficios que puedan solventar las actividades de la aparecería, como las idas a los desfiles y demás”, contó Juan Gastón Dubourdieu Britos, Director Instituto Benigno Paiva Irisarri de los salesianos de Don Bosco. De hecho, Dubourdieu Britos, contó que hace dos años un grupo de cabañeros de la raza vacuna Shorthorn les donaron una vaca, por lo que el instituto Paiva
comenzó una “muy interesante experiencia” educativa con la raza.
Llegaron a participar con un ejemplar de la raza en la Expo Prado, una experiencia en la cual los chiquilines aprendieron todo lo que implica el trabajo en la cabaña. Gracias a esto, la embajadora de Inglaterra en alianza con el Instituto Anglo les dieron la oportunidad de realizar un curso de inglés.