En Chile, los ejes fueron: energía, crisis climática y democracia
Scholz realizó su primera visita a Chile recorriendo junto al presidente Boric el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, dedicado a conmemorar a las víctimas de la dictadura militar (1973-1990).
Boric le enseñó a Scholz el Salón Blanco, donde hace casi 50 años el entonces presidente Salvador Allende se quitó la vida el 11 de septiembre de 1973 para evitar rendirse a los golpistas liderados por Augusto Pinochet.
Se trata del segundo encuentro que sostienen ambos mandatarios, que ya se reunieron el pasado septiembre en Nueva York en el marco de la 77° Asamblea General
de la ONU. Desde la caída del muro de Berlín, solo ha habido tres visitas de cancilleres alemanes a Chile: Helmut Kohl (1991), Angela Merkel (2013) y ahora el socialdemócrata Scholz, que gobierna junto a verdes y liberales.
Aunque la transición energética y la crisis climática ocuparon parte de la reunión, ambos líderes coincidieron ayer en construir un sitio de memoria en la antigua Colonia Dignidad, el enclave creado por el suboficial nazi Paul Schaefer que operó como centro de detención durante la dictadura militar de Pinochet.
En Colonia Dignidad, Schaefer sometió a trabajos forzados, castigos, manipulación mental y, en algunos casos, abuso sexual a más de 300 personas, muchas de las cuales le siguieron a Chile desde Alemania.
El asentamiento sirvió además de centro de torturas de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la Policía secreta de Pinochet, y se estima que más de cien opositores al régimen fueron asesinados en el recinto. Organizaciones de derechos humanos acusan a la justicia chilena y a la alemana de no perseguir suficientemente los crímenes cometidos en Colonia Dignidad, hoy rebautizada como Villa Baviera.