Tendremos nueva seguridad social
El amable lector puede estar pensando que el título refiere al brillante libro de Carlos Real de Azúa, pero se refiere en realidad a la coyuntura que vive el país en la actualidad, con un gobierno que intenta llevar adelante transformaciones positivas para el país y una oposición con un afán destructivo digno de mejor causa.
Ya sea que se trate de una reforma de la seguridad social sumamente gradualista y de sentido común o de una transformación educativa impostergable la respuesta desde el FA-PIT es que se lleva al Uruguay al peor de los mundos, sin matices ni atenuantes, lo cual, en realidad, termina desprestigiando a los agitadores de fantasmas.
Esta semana se está votando la reforma de la seguridad social en la Cámara de Representantes, para luego volver a la de Senadores donde tendrá —si Dios quiere— aprobación definitiva. Es una reforma que tiene ventajas indiscutibles para los trabajadores.
En primer lugar, le da sustentabilidad al sistema lo que permitirá que quienes hoy estamos trabajando podamos cobrar nuestras jubilaciones llegado el momento, algo nada menos y que parece no formar parte de la discusión. En segundo lugar, se unifican los distintos subsistemas jubilatorios, algo que beneficia a los trabajadores que, muchas veces por haber aportado a distintas cajas a lo largo de su vida laboral tienen problemas para obtener la jubilación. En tercer lugar, se habilita el trabajo luego de la jubilación, lo que le permitirá a los jubilados que quieran hacerlo continuar trabajando en blanco y mejorar su propia jubilación.
En cuarto lugar, mejorará las jubilaciones de la inmensa mayoría de los uruguayos, en especial de quienes cobran las prestaciones más bajas, pese a las mentiras que se han sostenido desde la oposición.
Todos estos cambios se realizan luego de años de trabajo de la comisión de expertos, anteproyecto, cambios a partir de las iniciativas de los partidos de la Coalición Republicana, diálogo social con cientos de reuniones con organizaciones sociales, partidos, sindicatos, gremiales, especialistas, agrupaciones de todo tipo y color y todo aquel que quiso opinar. Sin embargo no faltan las críticas por falta de diálogo.
El asunto, en verdad, es que el FA-PIT se iba a oponer de cualquier forma, como se oponen a todo, como quedó claro cuando votaron en contra del mismo diagnóstico sobre el sistema en la comisión de expertos, algo verdaderamente de Ripley.
En la Cámara de Representantes se escucharon como sonsonete argucias absurdas para oponerse a la iniciativa. Algunas como que solo se refiere al sistema de previsión social y no trata sobre otros temas como el sistema de cuidados, después de que en el gobierno anterior solo le pusieron el título a la iniciativa y la dejaron sin un peso es el colmo de la hipocresía.
Otras argucias como que no trata sobre la financiación del sistema son más interesantes. Lo que están diciendo desde el Frente Amplio es que el sistema debería tener otras fuentes de recursos, vale decir, que deberían existir más impuestos que financien el sistema. En otras palabras, quieren más impuestos y van por más impuestos sobre la población si el Uruguay tiene la desgracia de que vuelvan al poder en 2025.
Como es por demás evidente el país no resiste más impuestos, por lo que si llevan adelante esta iniciativa solo lograrán
Lo que están diciendo desde el Frente Amplio es que el sistema debería tener otras fuentes de recursos, vale decir, que deberían existir más impuestos que financien el sistema.
aumentar el desempleo al incrementar las cargas sobre el trabajo y a los uruguayos le estarán dando por el lado de las jubilaciones en el futuro (si es que algo) menos de lo que le quitarán hoy de sus bolsillos.
Nadie puede hacerse el distraído si esto sucede, porque lo están anunciado a todas voces.
Más allá de la deshonestidad intelectual con la que el Frente Amplio decidió encarar este tema, como en general viene haciendo con todos los temas, lo cierto es que el Uruguay avanza. Tendremos un mejor sistema de seguridad social, más sustentable, más justo y más moderno. En definitiva, aunque naturalmente a nadie le gusta que aumente la edad de retiro, todos sabemos que es indispensable y no solo lo aceptaremos, sino que veremos con buenos ojos a quienes actúan con responsabilidad y a quienes con demagogia rampante simplemente medran con todos los temas con actitud mezquina.
Con la reforma de la seguridad social la Coalición Republicana sale fortalecida, cumple un compromiso de campaña y demuestra que pone por encima de toda consideración el interés nacional. Del otro lado no pueden decir lo mismo.