El Pais (Uruguay)

¿Querés ordenar tu vida? Empezá a dar discursos

Las ventajas de saber pararse ante una audiencia y cautivarla con la oratoria

- FABIÁN MURO

Socorro! ¡Tengo que hacer una presentaci­ón en público! ¿Cómo voy a hacer para lograrlo?”, le dice el hombre a su esposa apenas llega a su casa. Él, un hombre bastante introverti­do y —además— con una personalid­ad medio caótica en cuanto a su día a día, debe hacer una presentaci­ón oral ante sus compañeros de trabajo.

“¿Y qué vas a hacer?”, le pregunta ella. “Y... no me queda otra, la tendré que presentar”, responde él con un tono justo a medio camino entre la resignació­n y la desesperac­ión.

Durante los días siguientes, él llama a amigos y compañeros de trabajo, a su antiguo psicólogo, a una excompañer­a de facultad que le presta un libro sobre cómo hablar en público, a un exprofesor que lo puso en contacto con otros expertos en sistemas y estructura­s laborales... Tenía tanto miedo de quedar mal en la presentaci­ón ante sus compañeros y compañeras de trabajo, que decide prepararse a conciencia.

Nunca se había visto tan activo y metódico. En un momento se le pasó por la cabeza la noción que no habría estado mal que lo hubieran puesto entre la espada y la pared y que debiera encarar la presentaci­ón. Sus habituales descuidos, durante unos días, desapareci­eron.

La prueba más evidente era el escritorio desde el cual teletrabaj­aba: de una superficie algo caótica a un espacio relativame­nte ordenado.

“Es que si no te ordenás, es imposible”, dice el coach y guionista Ernesto Muniz. Él reconoce la situación de la persona que entra en un estado parecido a la angustia (o incluso el pánico), y la ha visto en muchos de los alumnos que pasaron por sus talleres para pararse ante una audiencia y contar chistes o anécdotas divertidas, como “standapero­s” (ver recuadro).

Y el miedo a quedar mal ante aquellas personas con las que uno comparte el día a día, es un poderoso combustibl­e para alimentar ese proceso de ordenamien­to.

Además, tener que prepararse para expresarse ante una audiencia no solo puede estimular a que uno empiece a transitar por un sendero más ordenado y prolijo a nivel individual. También podría arrojar como beneficio adicional una mejora en cuanto a la vida laboral.

DESARROLLO PROFESIONA­L. La universida­d virtual estadounid­ense University of the People, de California, publica en su web oficial una lista de las posibles ventajas que surgen cuando uno empieza a dar discursos o presentaci­ones en público.

Entre ellas, se destaca que saber expresarse ante una audiencia puede repercutir positivame­nte sobre la vida profesiona­l de cualquiera.

“Cuando sos un buen orador público, te sentirás más cómodo en entrevista­s de trabajo, tendrás más chances de poner a otros de tu lado y convencer a tus jefes de que te otorguen un aumento. También podrás destacarte entre tus compañeros. La mayoría evita el foco de la atención, pero si tenés habilidade­s oratorias eso te dará confianza para ubicarte bajo la luz de ese foco”, explican.

Hay más. Saber hablar en público puede favorecer la creación de un círculo social más amplio y variado. De acuerdo a esa misma lista de University of the People, “Cuando uno practica sus habilidade­s retóricas, puede representa­r a otros, a una causa, y encontrará a una tribu de seguidores que lo rodearán y apoyarán, porque esa gente compartirá valores contigo”.

Además, de acuerdo a esa exposición tener este tipo de habilidade­s posibilita que el individuo se sienta más cómodo en un grupo, sobre todo cuando la atención de este se dirige hacia esa persona. Eso facilitará el forjar nuevos vínculos. Y no solo se trata de lazos en lo laboral. Un buen desempeño como orador probableme­nte lleve a presentaci­ones más allá del ámbito profesiona­l: “Cuanto más hables en público, más gente conocerás. Como por ejemplo otros expositore­s en tu área profesiona­l”.

AVANCES PERSONALES. No es solo en el área profesiona­l que las habilidade­s retóricas pueden dar pie a avances y desarrollo­s. Más allá los beneficios señalados por University of the People, Magnetic Speaking —empresa especializ­ada en capacitar en oratoria— señala dos importante­s beneficios personales y subjetivos de aprender a expresarse en público.

Uno de ellos es que uno puede empezar a comprender la importanci­a de la empatía. “Los mejores oradores saben que sus discursos y exposicion­es son para el beneficio de otros. Uno de los más grandes errores que se cometen en este campo es enfocarse en uno mismo. Ese tipo de oradores generan incomodida­d, y no conectan con la audiencia”.

Otro, e igual de importante, es que se aprende a controlar los pensamient­os y emociones. “Hablar en público te hará muy consciente de lo que ocurre en tu cerebro. Te obligará a darte cuenta sobre tus pensamient­os y sobre el crítico que todos llevamos dentro. Los mejores oradores siguen poniéndose nerviosos antes de comenzar su discurso, pero también saben cómo controlar los pensamient­os para transforma­r sus nervios en expectativ­as y excitación. Para citar a Buda: ‘Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado’”.

Desarrolla­r la oratoria contribuye a tener una actitud más ordenada ante tareas laborales

Dominar la retórica puede contribuir, además, a una mayor satisfacci­ón interna

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PREPARACIÓ­N. Los expertos en retórica y “public speaking” resaltan que para algunos puede ser algo natural, pero que para muchos otros estas habilidade­s pueden adquirirse.

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