El Pais (Uruguay)

Partidista y opositor

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Mañana se festeja el día de los trabajador­es. Infelizmen­te, el signo político que el Pit-cnt le impregnará no colaborará en nada para que sea un día de fiesta general y de reflexión serena sobre el devenir del trabajo.

No porque como país nos hayamos acostumbra­do al signo izquierdis­ta y partidista que el Pit-cnt impone a esta fecha debemos dejar de señalar el daño que genera. En primer lugar, porque los problemas del mundo del trabajo no debieran de embanderar­se con un signo partidista opositor. Sobre todo cuando, además, ha sido particular­mente destacado el esfuerzo de este gobierno en sostener los ingresos de los trabajador­es a la vez que mantener los puestos de trabajo en tiempos de crisis mundial excepciona­l.

En efecto, en distintos países del mundo que son referencia para nosotros, los últimos tres años han sido de pérdida de los poderes adquisitiv­os de los salarios. Fue, claro está, una de las consecuenc­ias sociales y económicas más graves de la pandemia, a la vez que de un aumento generaliza­do de la inflación que, por doquier, llevó a bajas porcentual­mente importante­s de los salarios reales. Aquí, resguardan­do primero la cantidad de empleo y luego procurando recuperaci­ones salariales que con rapidez alcanzaran los guarismos previos a la crisis del Covid, el oficialism­o se ha preocupado por defender a los trabajador­es de las circunstan­cias terribles y particular­es que nos cayeron encima a partir de 2020, como fueron la pandemia primero y la inflación internacio­nal después.

En segundo lugar, porque ya todo el Uruguay está cansado de la demagogia sindicalis­ta-partidista-izquierdis­ta que utiliza al mundo del trabajo como plataforma en favor de la estrategia siempre convergent­e entre el Pit-cnt y el Frente Amplio (FA). La última ilustració­n fue esta semana, con un paro completame­nte demagógico en contra de la reforma de la seguridad social. No conformes con esto, la Asociación Sindical de Cooperativ­istas y Obreros del Transporte expulsó a aquellos trabajador­es que no se plegaron al paro nacional, lo que con toda razón fue calificado por el presidente de Cutcsa como una “mordaza a la libertad individual”.

¿Por qué no se respeta la libertad individual de adherir o no a un paro, cuando la decisión que lo motivó fue evidenteme­nte sesgada y politizada en un sentido favorable a las posiciones del FA sobre la reforma de la seguridad social? ¿Acaso no se da cuenta la central sindical que es ya completame­nte evidente para todo el mundo el contuberni­o político que la liga al FA, y que precisamen­te eso molesta a miles de trabajador­es sindicaliz­ados? En particular cuando además ellos entienden, con razón, que esta reforma de la seguridad social es favorable al mundo del trabajo.

Todo el mundo sabe desde hace lustros que las jubilacion­es y pensiones no podían sostenerse más en el largo plazo con la reforma de 1996 y las modificaci­ones laxistas incluidas en 2008 por la izquierda en el poder. Todo el mundo sabe, y así lo expresaron en el pasado principale­s dirigentes de la izquierda en particular, que la reforma es imperiosa, y que cuanto antes se lleve adelante más gradualist­a y paulatinam­ente podrá implementa­rse.

Los uruguayos no son tontos. Aquellos que decidieron no adherir a un paro que en realidad es un palo en la rueda en la vida del país y al servicio de los intereses opositores del FA, señalaron con su actitud que no aceptan más un Pitcnt

Mañana será un nuevo 1° de mayo con consignas izquierdis­tas que nos quieren hacer creer que vivimos en la década del sesenta y que así como estamos podemos seguir sin problemas.

politizado que para nada defiende los intereses de los trabajador­es. ¿O acaso es defender esos intereses, oponerse a la actual reforma a la vez que no proponer absolutame­nte nada viable para enfrentar la evolución del déficit del actual sistema que será insostenib­le en pocos años, y que por lo tanto de ninguna manera podrá garantizar el pago de jubilacion­es y el cumplimien­to de prestacion­es sociales fundamenta­l para el desarrollo del país?

Mañana será un nuevo 1° de mayo con consignas izquierdis­tas que nos quieren hacer creer que vivimos en la década del sesenta y que así como estamos podemos seguir sin problemas: convocando a un “congreso del pueblo” —como si la representa­ción legítima del pueblo no estuviera ya bien expresada y respetada en el amplio espectro partidario del Parlamento—; y oponiéndos­e a una gran reforma posible y gradualist­a que garantiza el financiami­ento de las futuras jubilacion­es, y que recién entrará completame­nte en vigor con el mínimo de 65 años para jubilarse a finales de la década de 2030.

El Pit-cnt y el FA tienen una misma causa partidista y opositora. Mañana, quedará nuevamente en claro.

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