Dichos de Pereira
Jorge Antunes | Montevideo
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En un acto organizado por el Partido Comunista, el presidente del FAPIT se planteaba ciertas dudas y, con el objetivo de ayudarle a aclarar las mismas, voy a comenzar por lo resaltado en el titular de la nota del diario El País.
Primero quiero aclararle que, el arte urbano no es lo mismo que grafiti. Éste último generalmente se refiere a firmas, textos o símbolos que se realizan sobre muros y sin una autorización. O sea, se trata de un acto ilegal.
Es justo decir que lo que aprecié en el IAVA, lejos de ser un grafiti, se trata lisa y llanamente de un acto vandálico. Por lo tanto, en lo que refiere a su primera duda, debo decirle Sr. Pereira que, decir “pecadores” es minimizar el hecho. La realidad es que es una ilegalidad condenable.
Quizás usted no lo pueda entender, porque la izquierda sistemáticamente nunca respetó las normas para una buena convivencia ciudadana. Es su modus operandi.
Esta misma característica, es la que no le permite aceptar que, si un director de un ente educativo o empresarial no se rige por las normas establecidas, debe ser sancionado.
Por lo tanto, el sumario al director del IAVA está totalmente justificado. Es obvio que el gremio lo está utilizando como una excusa para promocionar los desmanes propios de una izquierda antisocial.
Referente a la afirmación de que estos jóvenes han sido adiestrados y dirigidos, quedó en evidencia por la inmediata presencia de usted y figuras del Pit-cnt y diversos sindicatos, para apoyar y supervisar el desarrollo del atropello de una ilegítima ocupación, por parte de un grupo minoritario de estudiantes.
En este caso, la excesiva ansiedad les jugó en contra y, una vez más, nos mostró un agresivo accionar del FAPIT, del cual ya nadie tiene dudas.
Referente al proyecto sobre la prisión domiciliaria para aquellos reclusos que tengan 65 o 70 años de edad, no me voy a pronunciar porque aún está en estudio.
Por último y con respecto a la aprobación de la ley de tenencia compartida, estoy de acuerdo con usted que los niños y/o adolescentes deben ser el centro de la preocupación.
Por eso, entiendo que ampliar el análisis por parte de un juez de familia en donde, tomando en cuenta los antecedentes y denuncias contra el progenitor, tome los recaudos necesarios para determinar y garantizar aún más, los derechos e integridad de los niños y/o adolescentes, es una medida positiva.
Realmente no entiendo su preocupación por qué, además, no nos engañemos al respecto. Debemos ser conscientes que los riesgos seguirán existiendo y no sólo por la tenencia compartida.
Y quisiera detenerme aquí, porque hay un punto que nadie está tomando en cuenta, y es que hoy las madres y padres que queden a cargo de sus hijos tienen todo el derecho de rehacer su vida, y esto implica anexar a su círculo íntimo a otra persona para la cual no rige una ley que obligue a un juez a estudiar sus antecedentes y comportamientos, lo que de nuevo pone en riesgo la integridad de los hijos.