El Pais (Uruguay)

Cabildo y coalición: un vínculo conflictiv­o desde el primer minuto

Cese de Moreira fue el último capítulo de un largo corolario

- JOAQUÍN SILVA

Algunos dirigentes de la coalición de gobierno hacen esta reflexión: sin cuestionar el liderazgo ni las decisiones tomadas por el presidente Luis Lacalle Pou, entienden que la crisis que atraviesa el oficialism­o desde hace varias semanas, y que tiene a Cabildo Abierto como el actor protagónic­o del conflicto, podía haberse evitado si no se hubiera permitido que los liderados por Guido Manini Ríos “avanzaran y avanzaran” hasta que se hizo demasiado tarde.

“Lo dejás y lo dejás, y cuando querés acordar tenés un lío y los tenés que ir a buscar a la comisaría”, graficó un líder del Partido Colorado, para metaforiza­r la difícil situación que enfrenta el gobierno por estas horas inciertas, y que pueden culminar con un escenario sin gobernabil­idad en el Parlamento (ver recuadro), o en el mejor de los casos con la misma coalición que se forjó en noviembre de 2019 pero con heridas que estarán muy lejos de cicatrizar.

La crisis lleva varias semanas porque no se inició este viernes, cuando el presidente resolvió cesar del cargo a la ministra de Vivienda, Irene Moreira, por entregar una casa a una militante de su partido sin presentar el respaldo jurídico que le exigió el gobierno hasta el último momento. Las tensiones ya se arrastraba­n desde el mes pasado, cuando la reforma previsiona­l casi naufraga porque Manini no estaba dispuesto a votarla si no se aceptaban dos modificaci­ones que apuntaban al corazón de la sostenibil­idad fiscal del nuevo sistema —aunque al fin y al cabo no la afectaron sustancial­mente.

Ya entonces la coalición estuvo en riesgo, y ya en ese momento hubo diálogos considerad­os “fuertes” entre Lacalle Pou y el líder de los cabildante­s, primero por la reforma y luego —el viernes— por la destitució­n de la esposa del senador.

Lo que vino luego fue una serie de señales que, a criterio de algunos integrante­s del Poder Ejecutivo, dejaban en claro que el escenario de ruptura estaba más que asumido como una opción viable por Cabildo Abierto. Uno de esos mensajes fue una editorial de esta semana del semanario La Mañana —asociado al partido de Manini—, muy sugerente en este sentido sobre todo por su final. Pues allí, a modo de conclusión, se afirmó que el partido fundado por el excomandan­te en jefe del Ejército puede representa­r “una tercera visión de país”, a la que Cabildo Abierto ya le ha ido dando “forma”. Y decía además que, de concretar ese proceso, este colectivo podrá “evitar caer en el peligroso mundo de ‘ellos’ y ‘nosotros’”, en referencia a la dicotomía que muchos analistas plantean para el sistema político uruguayo, dividido entre el bloque del actual oficialism­o y el del Frente Amplio.

LA LISTA. Lo cierto es que el vínculo entre Cabildo Abierto y la coalición ha sido conflictiv­o prácticame­nte desde antes del inicio de la gestión de Lacalle Pou, cuando la novel alianza partidaria comenzaba el gobierno con el principal líder de uno de sus socios —el propio Manini— pretendido por la Justicia por una participac­ión nunca esclarecid­a en la demora en denunciar presuntos hechos delictivos en una confesión que hizo José Nino Gavazzo ante un Tribunal de Honor militar.

No había sido fácil tampoco que naciera este bloque, y que se aglutinara­n en un mismo proyecto político, por ejemplo, un partido con una clara base militar y una postura revisionis­ta sobre el pasado reciente, junto con la cosmovisió­n representa­da por Pablo Mieres en el Partido Independie­nte —fuerza socialdemó­crata de centroizqu­ierda—, quien de hecho tuvo directos reparos en embarcarse en un proyecto con Manini y hoy sigue mostrándos­e crítico con el militar retirado (ver página A 10).

Pero ya ese episodio del desafuero supuso tal vez una de las primeras discordias, pues los independie­ntes —sin representa­ción en el Senado— se manifestar­on a favor de votarlo, al igual que los dos senadores del sector Ciudadanos, que de hecho lo apoyaron en el Senado, para que Manini —tal como había dicho que haría en campaña electoral, y luego cambió de opinión— se sometiera a la investigac­ión fiscal.

Y así, las diferencia­s fueron cada vez más frecuentes, aunque algunos casos fueron más sonados que otros, pero en cualquier caso supuso una acumulació­n que llevó a Manini a afirmar el viernes que la destitució­n de su esposa era para “cobrarse todas las que tienen atrasadas con Cabildo”.

Uno de los episodios que dejó una marca importante fue su decisión de, pese a varios intentos de negociació­n, votar junto con el Frente Amplio una ley que limitaba la forestació­n, que fue así aprobada en el Parlamento y luego vetada por Lacalle Pou en diciembre de

2021. No era un momento fácil para el oficialism­o, que ya estaba en campaña defendiend­o los 135 artículos de la LUC que serían sometidos a un referéndum el 27 de marzo siguiente, por lo cual era frecuente el reclamo de no generar divisiones en la antesala de una fecha clave.

Pero eso a los cabildante­s no pareció importarle­s. De hecho, un mes antes se habían alzado en contra del gobierno y de sus socios por aprobarse una ley que facultó al Ejecutivo a entregar en concesión seis aeropuerto­s a la empresa Puertas del Sur —paradójica­mente, en este caso la norma contó con los votos del Frente Amplio.

Usualmente, los distintos cruces dejaban a los cabildante­s en una vereda y a los blancos, colorados e independie­ntes en otra, estos últimos

—pese a algún matiz— generalmen­te alineados a la voluntad del gobierno.

Así ocurrió y sigue sucediendo, por recordar otro ejemplo, con la intención de derogar la Ley de Medios, pero que por diferencia­s varias con el socio rebelde no ha visto la luz.

También ha generado divisiones la prisión domiciliar­ia para los reclusos que tuvieran más de 65 años, porque —de nuevo— varios blancos y colorados y el Partido Independie­nte se mostraron incómodos con un proyecto que en esencia favorecerí­a a militares presos por delitos cometidos durante la dictadura militar. Es un asunto que, no obstante, ahora se encuentra en vías de acuerdo.

Pero en los últimos días, cuando la reforma jubilatori­a por fin se encaminaba a su aprobación, los conducidos por Manini plantearon un nuevo frente al exigir que se llegue de una buena vez a una solución para las deudas de las personas físicas. Exigieron que, de no encontrars­e una rápida salida, comenzaría­n una campaña para recoger firmas y llevarlas a una consulta popular. E incluso se mostraron dispuestos a evaluar un eventual acuerdo con el Frente Amplio y aprobar, entre ambos, un proyecto propio. Tan decididos a seguir adelante están que Manini esgrimió este tema como la verdadera “razón” del cese de Moreira (ver recuadro).

Así ha trabajado, entonces, una coalición que hasta este lunes, cuando sesione la Mesa Política de Cabildo y defina si siguen plegados o no a este oficialism­o, sabrá si se llegó al fin de un ciclo o si quedan episodios por ser contados.

El gobierno espera por decisión oficial de CA este lunes.

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ALTA TENSIÓN. El líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, evaluó retirarse de la coalición tras el cese de la ministra Irene Moreira.
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Guido Manini Ríos.

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