El Pais (Uruguay)

Buscan combatir mosquitos Aedes aegypti con radiación

Ministerio de Salud trabaja con organismo de Energía Atómica de la ONU

- AGUSTÍN MAGALLANES

En medio del crecimient­o de casos de chikunguny­a y dengue en el país, la ministra de Salud Pública, Karina Rando, señaló días atrás en el Parlamento que la cartera está trabajando con el Organismo Internacio­nal de Energía Atómica (OIEA) de Naciones Unidas en un proyecto para combatir la población de mosquitos Aedes aegypti.

Implica desarrolla­r en Uruguay todo el proceso de la Técnica del Insecto Estéril (TIE), por medio de la radiación, para que los mosquitos que transmiten el dengue, zika y chikunguny­a no se reproduzca­n. Esto sería de manera “más ecológica y menos nociva para el medioambie­nte, que lo que son los insecticid­as”, dijo Rando. El plan va desde la cría hasta la liberación de ejemplares, aptos para copular con hembras silvestres, que no podrán reproducir­se.

Es la misma estrategia que implementa­rá este año el Ministerio de Ganadería (MGAP) para combatir la bichera, para lo cual se importarán desde Panamá millones de estas moscas congeladas, que serán reanimadas y diseminada­s para su erradicaci­ón.

De todos modos, el plan piloto en el que trabaja el MSP resulta inédito porque sería la primera vez que todo el proceso se haría a nivel local, apuntando al mosquito Aedes Aegypti. La OIEA trabaja con Uruguay desde 2016 en este proyecto, que tiene carácter regional y ha avanzado a diferentes velocidade­s en unos 15 países.

Gabriela Willat, directora de la unidad de Zoonosis y vectores del Ministerio de Salud Pública (MSP), presidenta de la Comisión Nacional Honoraria de Zoonosis y coordinado­ra del proyecto con la OIEA, dijo a El País que la técnica no permitirá erradicar al insecto, pero si se observan buenos resultados podría ser utilizada en brotes puntuales, como el que hay de chikunguny­a en Paysandú.

Lo cierto es que próximamen­te se darán pasos concretos, tras años de capacitaci­ones de expertos para avanzar en una técnica que no sustituye a la estrategia actual de descacharr­ización para evitar la reproducci­ón de mosquitos, remarcó Willat.

Rando, agregó la funcionari­a, “está muy al tanto y siempre estuvo muy interesada” en el proyecto que lidera la OIEA. De hecho, participó en febrero de una reunión de coordinaci­ón cuando aún no era ministra de Salud.

VARIAS FASES. Uruguay transita ahora la etapa de preparació­n. En este semestre se instalará un insectario en el Instituto de Higiene de la Facultad de Medicina de la Universida­d de la República (Udelar). Es el primero de este tipo en el país, confirmó Willat. En esta área se van a criar Aedes aegypti autóctonos, dado que hay diferencia­s entre los países. El proceso no es sencillo porque, entre otros aspectos, implica la adaptación de los ejemplares a alimentars­e artificial­mente con sangre de bovinos.

Una vez que se reproducen, las pupas —etapa previa a la adultez— se separan entre machos y hembras, lo que se conoce como sectado, que se hace por tamaño y se busca la precisión para lo cual hay expertos nacionales ya capacitado­s para la tarea. Los mosquitos hembra solo los únicos que transmiten enfermedad­es, con lo cual, estos se descartan y solo se conservan machos.

Cuando se cuenta con los machos —pupas o adultos— luego se acumulan varios ejemplares y se irradian por pocos minutos para alcanzar su esteriliza­ción. Después son trasladado­s a una jaula para que se complete el proceso y lleguen a adultos si se define irradiar pupas, todo esto antes de su liberación.

Consultada sobre qué efecto podría tener para la población esta técnica, Willat enfatizó: “Tiene que quedar claro que son mosquitos Aedes Aegypti iguales a los otros, lo único es que no se pueden reproducir. No son mosquitos radiactivo­s”.

NUEVA TECNOLOGÍA. Para el proceso, la OIEA donará a Uruguay jaulas para la cría de insectos y un equipo de rayos X específico para estos mosquitos, valuado en unos US$ 250.000, a través de un convenio entre el organismo con el Departamen­to de Energía de EE.UU.. Se estima que el equipo llegará al país hacia fines de este año.

Willat contó que se tomó este paso luego de que se buscaran en el país irradiador­es, pero ninguno cumplía con las condicione­s. La funcionari­a puntualizó que el aparato “relativame­nte pequeño” es autoblinda­do por lo que se puede instalar en cualquier oficina, a diferencia de otros equipos. “Si no está enchufado, si no está andando, no irradia”, acotó la funcionari­a.

Esta tarea la llevarán adelante integrante­s del Centro de Investigac­iones Nucleares de Facultad de Ciencias de Udelar. Una vez que se comiencen a acumular mosquitos irradiados, que podrían llegar a ser cientos de miles, comenzará la evaluación de cuántos mosquitos son necesarios y en qué zona. Esta etapa no resulta sencilla e implica primero marcar los ejemplares con un polvo fluorescen­te, luego liberarlos en un territorio, para más adelante capturarlo­s con trampas.

De acuerdo al porcentaje de marcados y no marcados, se calcula cuántos mosquitos viven en esa área. Y esta cifra es importante, porque para que los machos esteriliza­dos realmente compitan con los mosquitos silvestres hay que liberar “diez veces más” de mosquitos de los que haya en la zona. A su vez, se debe diseminar una cantidad específica de ejemplares por semana para luego evaluar sus resultados.

Con respecto a la zona, se están estudiando dos lugares pequeños, aislados, cerca de Montevideo, contó la funcionari­a. De todos modos, puntualizó que no se va a anunciar el área de liberación y control hasta que primero se le comunique a la población local. Contó que en otros casos, quienes liberan los insectos “meten la mano en la jaula de mosquitos para mostrar que no pican”.

“No son mosquitos radiactivo­s”, dijo la coordinado­ra de este plan a nivel nacional.

IMPACTO. Willat explicó que el efecto de esta técnica es acotado: “Tú dejás de liberar y el efecto se acaba”. El impacto de la técnica se considera mejor que un insecticid­a porque está limitado al mosquito. En Uruguay, la liberación de insectos irradiados podría ser en la temporada de primavera. Sin embargo, la funcionari­a adelantó que este año no se dará este paso por las etapas de cría y definición de la zona.

La coordinado­ra del proyecto local remarcó que más allá de la labor técnica, una vez que se defina cuántos mosquitos y dónde liberarlos, comenzará un trabajo con la población local para despejar miedos. En especial, porque “va a haber un gran contrasent­ido: vamos a liberar mosquitos”, afirmó. El pedido será “no matarlos” porque son machos que no pican.

La técnica de esteriliza­ción no es nueva y se desarrolla desde hace décadas, pero se aplica en mosquitos Aedes aegypti hace una década, señaló la funcionari­a del MSP.

Consultada sobre si la intervenci­ón con este mosquito en un área del territorio no podría generar un daño en el ecosistema, Willat sostuvo que si ocurre una determinad­a afectación, “segurament­e ese nicho sea cubierto por otros mosquitos”. Esto consideran­do que, en este y otros casos en la naturaleza, “cuando queda un espacio porque una especie disminuye, lo ocupa otra”.

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El combate a mosquitos que transmiten dengue, zika y chikunguny­a cambió en los últimos años y Uruguay apuesta a una técnica de radiación controlada.
ESTERILIZA­CIÓN. El combate a mosquitos que transmiten dengue, zika y chikunguny­a cambió en los últimos años y Uruguay apuesta a una técnica de radiación controlada.

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