El Pais (Uruguay)

“Nunca pusimos tanta atención en América Latina como en el 2023”

El embajador de la Unión Europea en Uruguay, Paolo Berizzi, en entrevista con El País

- FABIANA CULSHAW

Para la Unión Europea (UE), este “es el momento de poner una fuerte voluntad política para avanzar hacia el cierre” del acuerdo entre ese bloque y el Mercosur. Así lo plantea el embajador de la UE en Uruguay, Paolo Berizzi. El diplomátic­o habló en entrevista con El País de ese aspecto, de la acusación de Movistar al gobierno por la subasta 5G, del hidrógeno verde y de otros aspectos.

-La UE quiere impulsar el acuerdo Ue-mercosur con más fuerza últimament­e. Sin embargo, existe la posibilida­d de que la nota adicional sobre el tema ambiental que exige el bloque europeo, lejos de finiquitar, dé pie a que Argentina y Brasil propongan revisar otras partes del acuerdo ya cerrado. ¿En vez de acelerarse, el acuerdo podría quedar más empantanad­o?

-La manera en que pensamos que se pueda avanzar es simple: como Unión Europea tenemos que cuidar los intereses de los europeos y hacer que el acuerdo sea equilibrad­o y que pueda ser aceptado por todas las partes. Entonces, este tema, sin el instrument­o adicional sobre el medio ambiente, probableme­nte no avanzaría. Estamos a la espera de una respuesta del lado del Mercosur a este instrument­o adicional. Para desempanta­nar, la vía que hemos propuesto es la vía del instrument­o adicional sin reabrir las negociacio­nes. Sabemos que reabrir negociacio­nes puede significar mucho, porque uno reabre un punto, el otro quiere reabrir otro punto, el otro también, y así.

-El pilar comercial del acuerdo es una competenci­a delegada, es decir, no necesita de la ratificaci­ón de los 27 países miembros de la UE. Eso aceleraría procesos, sin embargo, ¿el Parlamento Europeo daría curso a un tratado cuando hay un lobby tan fuerte en contra, como el de Francia?

-Primero hay que ver la forma que toma el acuerdo, su arquitectu­ra. Hay unos acuerdos europeos que prevén la aplicación provisoria, con resultados beneficios­os. El tema fundamenta­l es que una aplicación provisoria de un acuerdo que nace como comercial, político y de cooperació­n, no puede ser solamente un acuerdo comercial. Se puede empezar de una manera, pero al final tiene que ser un acuerdo del tipo que fue negociado inicialmen­te. Es un punto importante porque hay países a los que quizás le importa más la parte comercial, pero hay países a los que les importa mucho más la parte política y de cooperació­n.

-Pero, ¿podría ponerse en práctica por partes?

-Depende de a lo que se llegue, se puede hacer por partes, de forma transitori­a. Es decir, el objetivo tiene que seguir siendo la totalidad del acuerdo. Quizás una parte se puede lanzar más rápido que otra en su entrada en vigor, pero el objetivo no es transforma­r al acuerdo o reducirlo a un TLC.

-¿Cómo evoluciona el lobby de los agricultor­es franceses que se oponen al acuerdo?

-A mí me gusta escuchar, sobre todo aquí en Uruguay, esta especie de mito sobre el lobby de los agricultor­es franceses. Primero, la negociació­n es de la Comisión Europea bajo un mandato de 27 países. Y segundo, en todos los países hay varios lobbies, a favor y en contra del acuerdo. Le podría mencionar varios países con lobbies que nos están presionand­o a nosotros y a sus gobiernos para que el acuerdo se haga. No puedo decir cuáles, pero están.

-En 2024 hay elecciones en el Parlamento Europeo y se comenta que la resistenci­a al acuerdo aumente por parte de sus nuevos miembros. ¿Piensa que eso puede suceder?

-La ventana de oportunida­d es este año, porque hay coincidenc­ias. Hay una cumbre entre la

UE y América Latina en julio. Coincide con la presidenci­a de España en el Consejo de la UE en el segundo semestre, y con la presidenci­a de Brasil en el Mercosur. Nunca pusimos tanta atención en América Latina en los últimos años como en el 2023. Luego entraremos, efectivame­nte, en un año electoral porque en mayo hay elecciones en el Parlamento Europeo, luego se elige a la nueva presidenta de la Comisión Europea, un nuevo presidente del Consejo Europeo, un nuevo presidente del Parlamento Europeo. Diría que el año 2024 será complicado para hacer avances en el acuerdo con esta situación de volatilida­d política e incertidum­bre.

-Eso deja un margen de medio año, no es nada...

-Lo estamos diciendo desde hace tiempo. Los que quieren verdaderam­ente el acuerdo, lo tienen que hacer ahora, porque los riesgos del año que viene son objetivame­nte más grandes. No digo que no se pueda avanzar, pero sería probableme­nte más complicado a nivel político. Aprovechem­os la oportunida­d que tenemos ahora. Estamos hablando de un relacionam­iento entre dos regiones tan parecidas, desde el punto de vista humano, casi de sangre, diría yo. Y estas son las razones por las que nos acercamos. Aparte, cerrar este acuerdo sería un mensaje al resto del mundo, que se forma un bloque de valores. Es el momento de poner también una fuerte voluntad política para avanzar hacia el cierre. -Movistar, empresa de origen española y parte de la UE, acusó al gobierno de Uruguay de violar un acuerdo de protección de inversione­s suscrito por Uruguay en relación con la subasta del espectro 5G. De hecho, presentó recursos en contra de las bases de la subasta. ¿Qué piensa de eso; cuál es el rol de la UE en un caso así? -Movistar no vino a vernos. Es importante que la subasta del 5G se haga y que se respete la competenci­a. La subasta es un tema bastante importante aquí en Uruguay y eso sí, entra en nuestro papel, no tanto apoyar a una empresa europea, sino apoyar que las empresas europeas compitan en paridad de condicione­s con las empresas uruguayas o con otras empresas extranjera­s aquí en Uruguay. Esto sí está entre nuestras competenci­as. -¿Ustedes podrían llegar a participar para ver si el gobierno uruguayo está trabajando con bases que impliquen condicione­s adecuadas para las empresas europeas?

-Si hubiese empresas europeas, o la Eurocámara, que nos lo pidieran, sí podríamos intervenir. Si vemos que hay un problema estructura­l, podemos intervenir en defensa de todas las empresas que se encuentren en esa situación. No entramos en temas específico­s de una empresa. No es el caso.

-Uruguay quiere avanzar en un TLC con China, lo que podría ser una vía de entrada a la tecnología china 5G en este país, ¿qué opina o qué alternativ­a puede presentar la UE para competir?

-Sobre el TLC con China no tenemos nada que opinar. No vemos un mundo bipolar, sino multipolar, cada uno puede tener su espacio. Tenemos mucha tecnología china también en Europa. El tema (para los países) es tener en el propio marco regulatori­o los instrument­os para asegurar que todo funcione de forma correcta, limpia. Y en eso estamos en la UE. Por ejemplo, el año pasado hicimos diversas actividade­s de apoyo sobre cibersegur­idad en Agesic, Antel y otros varios. China es un país enorme que comercia con todo el mundo, es normal que esto pase. Pero no olvidemos algo: en Uruguay casi el 40% de las inversione­s extranjera­s son europeas. Hace unos minutos usted mencionó a Movistar. También está acá BBVA, Santander, UPM, Montes del Plata, Katoen Natie, y muchas otras empresas europeas más. Y la inversión china en Uruguay es menos del 1%. En comercio sí, el 30% es con China y el 10% con la UE, pero en inversione­s no. Y al final eso cuenta.

-La UE apoya al Banco Europeo de Inversione­s (BEI) para que abra operacione­s en Uruguay, pero no se ven concrecion­es. ¿Qué está pasando?

-El BEI opera en todo el mundo; con la pandemia permitió gran parte del salvataje. En Uruguay operó hace unos 20 años, ahora no porque falta un acuerdo marco. Del lado del BEI y la UE estamos a favor 100%. El tema está estancado en el Parlamento de Uruguay, tendría que darse un impulso para que se apruebe, pero eso tiene que venir del lado de los partidos políticos o del gobierno. Nosotros en cada reunión, incluso en el subcomité comercial que tuvimos en febrero, lo mencionamo­s. Yo a ese acuerdo lo activaría mañana, pero como UE solo podemos apoyar, no representa­r al BEI. En otros países funciona, tiene tasas interesant­es. No quiere hacer ganancias, ahora prácticame­nte funciona como un banco de desarrollo.

-¿Qué respuestas les han dado desde el gobierno de Uruguay?

-Varias. Dicen que quieren saber más sobre el banco, bajo qué condicione­s opera, pero por el momento nada más. Leí en abril unas declaracio­nes creo que del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) que estaban a favor de este acuerdo, pero alguien tiene que tomar la iniciativa; en el Parlamento se tiene que dar. Nuestro interlocut­or principal es Cancillerí­a, luego hablamos con el MEF, con el Ministerio de Industria, con todos.

-La UE está muy enfocada en el tema del desarrollo del hidrógeno verde, ¿qué tan rápido están avanzando esos acuerdos con Uruguay?

-Ese es un tema prevalente­mente europeo y vemos el interés de Uruguay en producir y vender hidrógeno verde a empresas europeas. Estamos buscando energía limpia en todo el mundo. Y Uruguay tiene las mejores condicione­s, o unas de las mejores condicione­s. Ahora, el ritmo al que vaya es el que el gobierno de Uruguay y las empresas extranjera­s decidan. Nosotros intentamos conectar los dos lados. Hay ejemplos europeos positivos que podemos llevar sobre de qué forma se puede exportar el hidrógeno verde, qué tipo de regulación o terminal portuaria se necesitan. El gobierno uruguayo hizo una hoja de ruta para el hidrógeno verde y se llegó al memorándum de entendimie­nto con Alemania. Ahora se está negociando un memorándum de entendimie­nto en temas de energía entre la UE y Uruguay.

-¿Hay dobles discursos con el tema de las energías verdes, viendo que varios países de la UE volvieron al carbón?

-Volvieron temporalme­nte. La crisis por el suministro de gas de Rusia nos hace acelerar el tema de la energía verde, pero hay una necesidad inmediata de no pasar el invierno en el frío con una solución que es transitori­a.

“El tema del banco (BEI) está estancado en el Parlamento de Uruguay”.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay