El Pais (Uruguay)

El Presidente es el Presidente

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Un minuto después (o menos) que el senador Manini Ríos alegara en su mensaje del mediodía del viernes de que el Presidente no había llamado a la ministra de Vivienda por su renuncia y le reclamó que “analice los hechos” antes de tomar una decisión definitiva, el mismo Presidente de la República llamó directamen­te a la ministra y le pidió la renuncia a su cargo.

No hubo la menor duda en la decisión, ni la mínima expectativ­a por alguna posibilida­d de cambio o por las gestiones de acercamien­to que pudieron intentarse. Para el presidente Lacalle Pou la gestión de la entonces ministra de Vivienda, Irene Moreira, tuvo punto final y basta. El Presidente actuó como Presidente y el tema quedó laudado más allá de insinuacio­nes o sutiles amenazas sobre un eventual abandono de Cabildo Abierto a la Coalición Republican­a.

Cabildo Abierto podrá tomar las decisiones que quiera en la reunión de mañana lunes donde decidirá si continúa o no en la Coalición. El senador Guillermo Domenech, número 2 de Cabildo, fue categórico en la salida de la Coalición:

“En lo personal es así y supongo que no lo voy a plantear yo solo”.

Pero también hay otras voces dentro de ese sector: el director de Ancap por Cabildo, José Luis Alonso, se desmarcó de esa postura en forma rápida: “Hablo en mi nombre y en nombre de muchos cabildante­s. Yo no estoy de acuerdo con el hecho de que, si el Presidente de mi país pide que renuncie alguien a un cargo que es de su confianza, eso no se cumpla de inmediato y sin resabios”, declaró. Y remarcó: “Lo menos que podemos hacer es respetar las decisiones del Presidente de la República”.

Mientras eso ocurría en la interna de Cabildo Abierto, el Frente Amplio se lanzaba con bombos y platillos para aprovechar el “regalo” de la actual exministra. No era para menos. La bancada opositora en el Senado comenzó ayer a analizar la documentac­ión que Manini Ríos presentó para justificar el accionar de Irene Moreira. La oposición pidió en las últimas horas el apoyo de su equipo de abogados para definir si la actuación de la jerarca al entregar en forma directa y sin sorteo una vivienda a una militante de su partido, además de un acto clientelar, representó un delito.

La senadora Liliam Kechichian manejó la posibilida­d de una denuncia penal por “conjunción del interés personal con el público” (funcionari­o público que con o sin engaño, de forma directa o por persona interpuest­a, se interesare con el fin de obtener un provecho indebido para sí o para un tercero), para lo cual plantearía de entrada el levantamie­nto de los fueros que tendrá Moreira en su carácter de senadora.

La Coalición Republican­a por su parte defendió en bloque la actuación del Presidente. El ministro de Trabajo y líder del Partido Independie­nte, Pablo Mieres, que ha tenido desencuent­ros políticos con Manini, señaló que con su decisión el primer mandatario “reivindicó la importanci­a de actuar en base a normas jurídicas y evitar el manejo discrecion­al y arbitrario para determinar el acceso de los ciudadanos a bienes y servicios públicos”.

El dos veces presidente Julio María Sanguinett­i consideró “obvia” la renuncia de la ministra. No obstante, sostuvo que Cabildo debería mantenerse dentro de la coalición. “Yo puedo no haber estado de acuerdo con algunos episodios o renuncias, pero más allá de eso la coalición ha seguido. Se nombra a un sustituto y se mantiene el equilibrio. Creo que sería lo deseable; no es un tema de incendiar la pradera”, agregó, y destacó la “sensibilid­ad

El tema de la ministra de Vivienda quedó laudado más allá de insinuacio­nes o sutiles amenazas sobre un eventual abandono de Cabildo Abierto a la Coalición Republican­a.

política” de su partido, que supo enfrentar las renuncias de cuatro ministros: Ernesto Talvi (Cancillerí­a), Germán Cardoso (Turismo), Carlos María Uriarte (Ganadería) y Adrián Peña (Ambiente).

En tanto, el senador nacionalis­ta Jorge Gandini fue muy concreto: “Yo lo que quiero es que las cosas funcionen, que la mayoría se mantenga y el gobierno tenga la mayoría que construyó para poder gobernar. No quiero que mande el FA”, enfatizó. “Voy a hacer matemática de primero: hay 31 senadores. El Frente Amplio tiene 13. La coalición, 15, sin Cabildo. Y Cabildo tiene 3. Si vota de un lado, la mayoría la tiene el Frente Amplio; si vota del otro, la mayoría la tiene la coalición”.

Esta especie de “extorsión política” tiene un antecedent­e cercano: cuando Tabaré Vázquez asumió su segundo mandato quiso bloquear parte de la herencia de Mujica como el Antel Arena, el Fondes y la Regasifica­dora. La respuesta de Mujica fue, simplement­e, “tengo 30 legislador­es”. Nadie tocó nada y cinco años después el FA perdió las elecciones.

A esta altura no creemos que las cosas cambien mucho. Pero pueden cambiar. Es lo que pretenden aquellos que quieren que Cabildo deje la Coalición Republican­a.

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