¿Cuesta tanto?
La decisión del Ministerio de Vivienda de adjudicar un inmueble en forma directa, y sin sorteo previo alguno, a una militante de Cabildo Abierto, y las explicaciones públicas que acerca del caso ofrecieron la ahora exministra Irene Moreira y su esposo y líder del partido, el senador Guido Manini Ríos, volvieron a dejar de manifiesto el divorcio que existe entre algunos actores políticos y la ciudadanía a la que deben (deberían) representar.
Cuando la noticia de la adjudicación directa de la vivienda tomó estado público, la entonces ministra Moreira fue convocada de urgencia a Torre Ejecutiva para informar sobre el caso. A la salida, frente a los periodistas y ostensiblemente nerviosa, la jerarca defendió su proceder. Admitió que la beneficiaria era una militante de Cabildo Abierto, pero advirtió que también se trataba de una mujer en situación de vulnerabilidad y con un hijo a cargo. Cumplía con los requisitos para ser adjudicataria de la vivienda, sostuvo. ¿Y los demás, que se anotaron, participaron del sorteo como establece la norma y no salieron favorecidos? ¿Acaso no se trataba también de gente en situación de vulnerabilidad, que soñaban —y deberán seguir soñando— con el techo propio?
Moreira dijo que ella recibió el pedido de esta mujer y pidió entonces a los técnicos de la cartera que estudiaran el caso. Y con el aval de ellos adjudicó la vivienda utilizando un “cupo” que, al parecer, le pertenece a la secretaria de Estado. “Hay un cupo de reserva mío, que muchas veces ni siquiera he usado”, dijo. ¿Eso quiere decir que en otras ocasiones ya lo ha utilizado? ¿Cuántas veces? ¿Quiénes fueron, en cada caso, los beneficiarios?
¿Cómo se hace para ser beneficiario de uno de esos cupos y no tener que apostar todo al azar? ¿Hay que hablar con la ministra? ¿Hay que conocerla? ¿Basta con pararla por la calle o en un acto público?
Al salir en defensa de su ministra y esposa, el senador Manini Ríos quiso aclarar, y no hizo sino oscurecer. Afirmó que el controvertido procedimiento de adjudicación “es usual” en el Ministerio de Vivienda. Y fue incluso más lejos, asegurando que con el mismo accionar ya se “han entregado muchas viviendas” a “militantes de otros partidos”.
¿Esto es así?
¿Lo que se hizo en este caso es, como afirma el senador Manini Ríos, “usual” en el Ministerio de Vivienda?
¿Es verdad que, como afirma el líder de Cabildo Abierto, se han entregado “muchas viviendas” a “militantes de otros partidos”? ¿Cuántas? ¿A quiénes? ¿De qué partidos?
¿Este es el concepto que tiene Cabildo Abierto de manejo de la cosa pública? Porque las viviendas que se sortean, y las que por lo que vemos se entregan de manera directa, se pagan con dinero de los contribuyentes. ¿Se entiende? Las pagamos todos, con nuestros impuestos. Y lo hacemos con la esperanza de que esos recursos permitan ofrecer un techo a quienes más lo necesitan. Y con un procedimiento transparente, que dé iguales oportunidades a todos quienes lo necesitan.
¿Por qué será que a tantos dirigentes políticos de todos los partidos les cuesta tanto entender lo que para los que pagamos impuestos es tan obvio? elpepepregunton@gmail.com