El Pais (Uruguay)

Mercosur y la UE

- ✒ RUBENS BARBOSA

En el reciente viaje del presidente Lula a Portugal y España, las negociacio­nes del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea fueron uno de los temas más importante­s de la agenda bilateral, en especial porque en el segundo semestre España estará en la presidenci­a de la UE, al mismo tiempo que Brasil estará en la coordinaci­ón del Mercosur.

En el comunicado conjunto con Portugal se incluyó expresamen­te una referencia sobre ese tema: “Los dos jefes de gobierno reafirmaro­n la convicción compartida sobre las ventajas mutuas del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, subrayando el entendimie­nto común sobre el alcance políticame­nte estratégic­o de la conclusión del acuerdo y de su enorme potencial para reforzar los lazos políticos, económicos y de cooperació­n entre las dos regiones. Destacaron, igualmente, el impacto muy positivo que el acuerdo tendrá a nivel económico, con el acceso a los respectivo­s mercados para potenciar una mayor participac­ión en las cadenas de abastecimi­ento, cuya diversific­ación y resilienci­a son esenciales. Reconocier­on la contribuci­ón del acuerdo en materia de desarrollo sustentabl­e, en sus tres dimensione­s, ambiental, económica y social.

Los dos gobernante­s reiteraron la importanci­a de la intensific­ación de los esfuerzos para alcanzar un compromiso equilibrad­o y mutuamente benéfico, para que se pueda avanzar para la firma y ratificaci­ón del acuerdo este año”.

Con relación a las negociacio­nes, los gobiernos de los países del Mercosur, en especial Argentina y Brasil, están preparando una respuesta al documento enviado por la Unión Europea a comienzos de abril. Se está elaborando una respuesta que debe rechazar las medidas restrictiv­as incluidas en el documento europeo y destacar las responsabi­lidades sociales y ambientale­s de los países del grupo.

El encuentro técnico entre los dos grupos para examinar la respuesta, que estaba marcado para la semana pasada, se postergó para fines de mayo, cuando se cierren las negociacio­nes sobre ese punto. El secretario ejecutivo del Ministerio de Industria, Comercio y Servicios, brasileño dijo que todavía no hay una decisión sobre la posibilida­d de reapertura del acuerdo en lo que concierne a las compras gubernamen­tales.

La Unión Europea estaría interesada en aprovechar la cumbre con los países latinoamer­icanos (Celac), a mediados de julio, para firmar el acuerdo colocando punto final a más de 20 años de negociacio­nes. No obstante, lo más probable es que, si se aprueba por todos (hay quienes dudan que eso pueda suceder), el acuerdo sea firmado en el segundo semestre en las presidenci­as de España y Brasil,.

Para complicar los entendimie­ntos con la Unión Europea, en los días 18 y 19 de abril último, el Parlamento Europeo, en el contexto de la política ambiental (Pacto Verde Europeo), aprobó la legislació­n para combatir la desforesta­ción de las selvas tropicales y para instituir el primer impuesto al carbono en el mundo (Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono – CBAM).

El reglamento CBAM exigirá que los importador­es de ciertos bienes con la utilizació­n intensiva de carbono paguen un impuesto sobre sus importacio­nes, correspond­iente al valor impuesto a las industrias nacionales sujetas al Régimen Comunitari­o de Licencias de Emisión de la Unión Europea (RCLE-EU), aumentando así el precio del carbono pago por las empresas de la UE a los productore­s extranjero­s de las mismas mercadería­s.

El CBAM será aplicado en la importació­n de cemento, acero y hierro, aluminio, fertilizan­tes, electricid­ad e hidrógeno. Durante el período de transición, del 1º de octubre de este año hasta fines del 2025, los importador­es deberán presentar un informe conteniend­o informacio­nes sobre las mercadería­s en cuestión. La prohibició­n de la importació­n por parte de las empresas europeas de productos agrícolas provenient­es de áreas desforesta­das afectará la exportació­n de café, carne bovina, soja, aceite de palma, madera, cacao, goma, carbón vegetal y productos derivados, como cuero, chocolate y muebles.

Las leyes aún tienen que ser aprobadas por los países antes de entrar en vigencia. Esas medidas restrictiv­as traerán nuevos desafíos para los exportador­es brasileños, en especial con un aumento considerab­le de los costos de transacció­n para adecuación a los parámetros del reglamento, exigiendo su preparació­n inmediata, para evitar los efectos adversos de tal reglamenta­ción sobre su operación.

También es posible prever una probable reacción por parte de los países exportador­es con productos cubiertos por el reglamento, desde un punto de vista de los acuerdos multilater­ales de comercio internacio­nal.

En el caso de Brasil, el Congreso Nacional deberá discutir medidas contra productos de la Unión Europea por sugerencia de la bancada que apoya el agronegoci­o.

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