Las palabras
Guillermo Asi Méndez | Montevideo
@| Los antiguos romanos, maestros indiscutibles del pragmatismo y el derecho, acuñaron en su cultura una frase que todavía nos sirve para expresar nuestro inconformismo por el exceso de palabras y la poca o nada acción en el ejercicio del poder, con la expresión Res non Verba (hechos, no palabras).
Nuestra mente con todo su poder, inventa, crea, imagina, delira; si bien eso no es malo en sí mismo, es necesario poner su producción bajo el control de la razón y la consciencia antes de comunicarlo a los demás.
Lamentablemente no es común que lo hagamos sino que como nos creemos nuestras invenciones, estamos convencidos de que son la más pura verdad; las compartimos a diestra y siniestra. También hay casos de mala intención, cuando decimos cosas que sabemos no son verdad, o sea mentimos para lograr un objetivo.
La humanidad lo viene haciendo desde que se inventó el lenguaje, o sea desde que aprendió a usar las palabras (hace más de 30.000 años), de ahí lo de los romanos: hechos, no palabras; busquemos siempre los hechos y no creamos en las palabras.
Hoy, gracias a las redes, nos llegan palabras, millones de palabras, pero muy pocos hechos que las respalden.
Encuentro verdaderamente inexplicable cómo creemos en las palabras sin ningún apoyo en hechos. Es más, incluso creemos en las palabras cuando los hechos a nuestra disposición dicen lo contrario.
Las palabras tienen un no se qué de mágico y nosotros, crédulos, somos hipnotizados por ellas.
Si deseamos ser libres, tener verdadera libertad de pensamiento, es imprescindible siempre dudar de las palabras, someterlas a verificación con los hechos. No es tarea sencilla, pero les garantizo que es verdaderamente gratificante y cuanto más dominio tengamos de “la duda cartesiana” mejor nos sentiremos con nosotros mismos.
No seamos tontos, no nos dejemos seducir y engañar por las palabras.