Las dos encuestas que generan optimismo
■ En el balance que se hace por estas horas en el Poder Ejecutivo se incluye también los pasos que ha dado el Frente Amplio en esta problemática, que a criterio del gobierno no fueron buenos. Porque se entiende que la coalición de izquierda buscó aprovechar una “coyuntura exógena” para hacer oposición, cuando el problema de base se debió —tal es el concepto que ha repetido el oficialismo— a la falta de inversiones de las administraciones anteriores para generar “una fuente alternativa de agua”.
Pero además, este panorama se dio en una semana que tuvo al menos la difusión de dos encuestas que cayeron bien en filas del gobierno, al margen de que sean, como todas las mediciones de opinión pública, una fotografía de un momento determinado.
La más reciente es la que divulgó Cifra este martes en Canal 12, y que concluyó que el 46% de los uruguayos aprueba la gestión de Luis Lacalle Pou. Hubo un descenso, es cierto, si se toma como referencia a la aprobación que tenía el jefe de Estado durante su primer año (2020), cuando había alcanzado el 63%.
Pero continúa teniendo niveles de aprobación altos en comparación a sus antecesores. La aceptación es “menor que el de (Tabaré) Vázquez en su primer período (tenía 55%), pero algo mayor que el de Mujica (42%). La diferencia es que el presidente actual también recoge más juicios negativos que Vázquez en 2008 y también que Mujica en 2013, pero menos que Vázquez en su última presidencia”, detalla el informe de la consultora.
La otra encuesta que hizo sonreír a más de un integrante del gobierno es la que publicó Factum en el canal VTV sobre las preferencias electorales de los uruguayos y que concluye, a grandes rasgos, que si las elecciones fueran el próximo domingo la coalición sumada supera al Frente Amplio, porque el apoyo que tienen los partidos que hoy integran el oficialismo llega al 46%, contra un 41% que votaría a la oposición.
Pero el optimismo del gobierno, e incluso entre algunos dirigentes del Partido Nacional va más allá de estas mediciones, porque se asume que el último tramo de esta administración tendrá impactos positivos en la ciudadanía, de esos tangibles que pueden incidir en los próximos comicios. Habría, así, “resultados” concretos, reflejados en la culminación de varios proyectos de la obra pública — como el ferrocarril central de UPM o la relocalización de asentamientos— además de la confianza en la mejora de indicadores económicos, como el salario real en el sector privado y el crecimiento del empleo, según indicaron a El País fuentes oficiales.