Milagro en Casavalle
Marcelo Gioscia Civitate | Montevideo
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La inauguración de una escuela primaria del Centro Educativo Impulso, en el barrio Casavalle, de la que participó el Presidente de la República junto a altas autoridades públicas de la Educación y del gobierno, junto al principal benefactor de nacionalidad argentina -que ha hecho posible se concretara esta formidable iniciativamuestra el resultado del esfuerzo para hacer realidad un medio educativo público-privado que brindará a sus alumnos -de una zona de contexto socio económico menos favorecido- una verdadera oportunidad de inclusión social.
Con el esfuerzo de la inversión estatal y la generosidad del sector privado -a través de la Fundación Impulso- se concretó este proyecto, que entusiasmó al empresario fundador de Mercado Libre, quien financiará su funcionamiento operativo por los primeros diez años. Se busca brindar aquí una educación de calidad, que permitirá a jóvenes de Casavalle acceder a nuevas oportunidades para lograr su lugar en un mundo cada vez más competitivo.
Es desde la educación que se lograrán fortalecer y trasmitir habilidades y conocimientos que permitirán mejores proyectos de vida, a quienes nacen con menos posibilidades.
En un ambiente inclusivo y laico donde se proporcionará una educación de excelencia, adaptada al mundo en que vivimos, la superación individual será luego fruto del esfuerzo de cada quien para obtener sus metas y objetivos.
Se advierte necesario apostar a estos emprendimientos desde donde nos toque actuar, pues entendemos lo beneficioso que resulta el proceder mancomunado de empresarios privados con autoridades públicas, dado que, quienes conjuntamente financian estas iniciativas, ayudan a fortalecer el sentido de pertenencia, dejando atrás el estigma que marca de alguna forma a quienes viven en ese barrio alejado del centro de nuestra ciudad capital.
El anuncio de la próxima construcción de una Universidad del Trabajo y de un Liceo de tiempo completo en el mismo barrio, los que quedarán prontos este mismo año, significa una forma cierta de completar la oferta educativa en ese lugar.
Ello supone comprometer a los empresarios, a las familias, a los trabajadores en la iniciativa, y a los alumnos a saber sacar provecho de estas oportunidades que se les brindan.
Debemos destacar que, según se manifestó en la propia ceremonia de inauguración, financiar este proyecto “grande y ambicioso” ha significado, para el principal benefactor, devolverle a nuestro país lo mucho que le ha brindado desde que lo visitara por primera vez en el año 2002; lo que habla, a las claras, de su generosidad y compromiso social.
La educación gratuita que se brinda en la escuela pública uruguaya, desde la Reforma Valeriana de fines del Siglo XIX, ha marcado a fuego nuestra idiosincrasia. Y bueno es que, en estas nuevas escuelas que se construyen con la participación pública y privada, se siga ofreciendo la enseñanza en forma gratuita, laica y obligatoria. Más aún en los tiempos que nos han tocado vivir, fortalecer la inversión en educación implica de suyo un avance significativo en lo que refiere a la configuración del entramado social que una vez nos distinguiera en el concierto latinoamericano.