El Pais (Uruguay)

El lado oscuro de una serie que era pura alegría y brillo

HBO Max estrenó un documental con los secretos de “Glee”

- TOMÁS BALMACEDA, LA NACION/GDA

Para más de una generación fue una historia de superación y canciones, con un elenco de “perdedores” que lograba alcanzar sus sueños gracias al talento y la diversidad. Detrás de escena, sin embargo, Glee era un verdadero infierno que aún guarda varios secretos, como revela la serie documental de HBO Max Glee: triunfo, verdad y tragedia que en inglés se llama The price of Glee.

A lo largo de tres episodios, la producción recorre la supuesta “maldición de Glee ”, una serie de sucesos que algunos creen que no son casuales, como la muerte de su protagonis­ta Cory Monteith tras una sobredosis, el encarcelam­iento de Mark Salling por posesión de pornografí­a infantil, que fue la antesala de su suicidio, y la tragedia de Naya Rivera durante un paseo en bote con su hijo.

“Glee fue un fenómeno cultural único de una generación que enfrentó con valor las convencion­es sociales y provocó debates sobre sexualidad, raza, discapacid­ad y familia. Los episodios semanales repletos de música alegraron a mucha gente, pero no lograron escapar de la oscuridad de Hollywood y el frenesí de las nacientes redes sociales”, aseguró el productor de la doel cuserie de tres episodios, Jason Sarlanis.

Con extenso material de archivo pero sin la palabra de los actores principale­s ni de su showrunner, Ryan Murphy (cocreador, además, junto con Ian Brennan y Brad Falchuk), Glee: triunfo, verdad y tragedia apuesta al testimonio del círculo cercano de Monteith, al padre de Rivera y a técnicos y personas ligadas a la producción de la serie.

EL OTRO LADO DEL BRILLO. Gran parte de la historia está dedicada a los protagonis­tas de la serie, Cory Monteith y Lea Michelle, quienes compartían el amor delante y detrás de cámara. Sin embargo, tal como dejan en claro varios testimonio­s, pocos creían que ese vínculo era tradiciona­l.

“Creo que gran parte de la confusión de Cory durante esos años tuvo mucho que ver con su relación con Lea Michele. Nos preguntába­mos si era su novia o su amiga”, dice a cámara uno de los estilistas de la serie, Dugg Kirkpatric­k. Para la escenógraf­a Barbara Munch, fue sorpresivo que ambos estuvieran juntos, en un vínculo que comenzó incluso antes de que Glee debutara, cuando se grabó el piloto.

La fama de Michele como una persona difícil y narcisista está sobrevolan­do en los tres episodios del documental.

Se trata de un hecho que era conocido incluso cuando el programa estaba al aire, pero que fue reafirmánd­ose a partir de testimonio­s y confesione­s en redes sociales de otros actores que participab­an de la serie.

De hecho, Glee: triunfo, verdad y tragedia deja en claro que el enfrentami­ento entre Michele y Rivera era un tema conocido por todos. Esta última narró con lujo de detalles sus enfrentami­entos casi diarios en su autobiogra­fía Sorry Not Sorry y, pese a que quiso dejar en claro que ella no odiaba a su compañera de elenco, para los entrevista­dos para el documental el encono era mutuo y las dos peleaban sin cuartel.

Y, para complicar las cosas, durante gran parte de la serie Rivera estuvo de novia con Salling, en una relación que muchos testigos describen como problemáti­ca.

“La relación de Mark con Naya fue un poco tóxica y definitiva­mente dramática. A nadie le gustaba él para ella porque no era normal, se podían inferir que había problemas”, aseguró el asistente ejecutivo Garrett Greer.

Considerad­o como el actor más tranquilo y reservado de la troupe, todos se sorprendie­ron cuando en 2015 el actor fue acusado por una exnovia de poseer pornografí­a infantil.

El documental revela, por ejemplo, que el intérprete hizo el casting para Glee teniendo 26 años, pero le dijo a todo el mundo que tenía 19. Una mentira evidente que, sin embargo, fue minimizada por la producción pero que podría haber sido una señal de alarma.

REVELACIÓN IMPORTANTE. Con respecto al triste final de Monteith, quien murió en 2013 después de una sobredosis accidental en una habitación de hotel de Canadá, el programa detalla cómo él había hablado abiertamen­te con sus compañeros sobre su lucha contra consumo problemáti­co desde los 13 años. “Recuerdo que me dijo una vez: ‘Siempre imaginé que iba a morir joven, a los 18 años’”, recordó en pantalla Justin Neill, un compañero de colegio. Según su relato, el actor “simplement­e llegó al punto en que odiaba la fama, solía decir que no le deseaba la fama ni a su peor enemigo”.

De todos modos, el protagonis­ta estuvo “limpio” durante las primeras temporadas hasta que volvió a recaer y encontró la muerte.

En lo que quizá es la mayor revelación de los tres episodios de Glee: triunfo, verdad y tragedia, el estilista Kirkpatric­k asegura que fue un compañero de elenco el que lo obligó a tomar alcohol en una fiesta, a pesar de saber que luchaba por mantenerse sobrio. No hay detalles ni indicios de quién puede haber sido.

Luego de su muerte, además, Ryan Murphy tenía dudas sobre la continuida­d de la serie. Sin embargo, fue la misma Michele, la que pidió continuar con el programa. “Sólo tuvimos un par de semanas de descanso. Todos los actores tuvieron que recuperars­e y volver al trabajo, se sintió como una obligación”, dijo una de las extras de la serie. “Hoy creo que lo mejor hubiera sido terminar con Glee. Pero no había forma posible de que hicieran eso. El programa era como una máquina de dinero gigante y descontrol­ada”, concluyó el actor Stephen Kramer Glickman.

Lo que sucedió con sus actores ha dado rumores de una maldición sobre Glee

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