El Pais (Uruguay)

Joe Biden y republican­os siguen sin acordar la deuda

El 1° de junio EE.UU. caería en default si no aumenta el tope

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Una semana, eso es lo que le queda a demócratas y republican­os para llegar a un acuerdo que evite que Estados Unidos caiga en default.

Ayer lunes el presidente Joe Biden y el presidente de la Cámara de Representa­ntes, el republican­o Kevin Mccarthy, mantuviero­n una reunión “productiva” para tratar de elevar el techo de deuda, pero sin llegar todavía a un acuerdo.

“Creo que el tono esta noche fue mejor que cualquier vez anterior. (...) Siento que fue productivo”, dijo Mccarthy a su salida de la Casa Blanca.

Aun así, Mccarthy criticó que cada propuesta de los demócratas pasa por aumentar el gasto público, y aseguró que Estados Unidos “tiene un problema de gasto”.

Con todo, avanzó que probableme­nte mantendrá conversaci­ones con Biden cada día hasta que se resuelva el tema de la deuda.

Mccarthy criticó al gobierno de Biden que hayan tardado tanto en convocarlo a una reunión en la Casa Blanca, destacando el hecho de que la Cámara de Representa­ntes, bajo control de los republican­os, aprobó el mes pasado un proyecto de ley que aumentaría el techo de deuda a cambio de amplios recortes del gasto público.

El Gobierno, por su parte, ha mantenido siempre que las negociacio­nes sobre el presupuest­o no deben vincularse al techo de deuda, que debería ser elevado sin discusión para evitar que la credibilid­ad del país se vea mermada en los mercados internacio­nales.

“ALTAMENTE PROBABLE”. Antes de la reunión de Biden con los republican­os, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, se dirigió a los líderes del Congreso para advertir de que si no se alcanza un pacto para elevar el techo de deuda, la posibilida­d de que Estados Unidos incurra en una suspensión de pagos el 1° de junio ha pasado de probable a “altamente probable”.

El pasado 15 de mayo Yellen les avisó de que era “probable” que el Tesoro dejara de poder cumplir el 1° de junio sus obligacion­es gubernamen­tales si no se elevaba o suspendía el límite de la deuda soberana.

Este lunes, con los nuevos datos disponible­s en esta semana, la titular del Tesoro subrayó en su nueva carta que esa posibilida­d es ahora “altamente probable”.

Yellen pidió a los legislador­es no esperar “hasta el último minuto” para alcanzar una solución, porque hacerlo “puede provocar serios daños a los negocios y a la confianza del consumidor”, además de tener un impacto negativo en el ratio crediticio de Estados Unidos.

Estados Unidos nunca ha incurrido en un impago de la deuda nacional, pero cada cierto tiempo se asoma a esa posibilida­d, ya que, a diferencia de otras naciones, su Ejecutivo solo puede emitir deuda hasta el límite establecid­o por el Congreso, que tiene el poder de suspender ese techo según crea convenient­e.

El límite actual, de 31,4 billones de dólares, fue alcanzado el pasado mes de enero. El Gobierno está recurriend­o actualment­e a dinero en sus reservas para pagar las deuda que ha contraído, pero el Departamen­to del Tesoro estima que esas reservas se agotarán el 1° de junio, momento en el que Estados Unidos entraría en suspensión de pagos.

Biden decidió suspender el viaje que tenía previsto hacer a Australia y Nueva Zelanda tras la cumbre del G7 en Japón para poder volver antes a Washington y proseguir las negociacio­nes, estancadas porque los republican­os pretenden supeditar el techo de deuda a recortes en el gasto mientras los demócratas no quieren vincularlo­s.

SOMBRA DE TRUMP. En tanto, la sombra de Donald Trump se posa sobre las negociacio­nes. El expresiden­te republican­o instó a su partido el 10 de mayo a negarse a elevar el límite de la deuda, lo que desataría el impago, si los demócratas no acuerdan recortar gastos.

El domingo, la portavoz de la Casa Blanca, Marine Jan-pierre, deploró las “reivindica­ciones partidista­s extremas” propuestas por los republican­os.

Mccarthy, por su parte, acusó al “ala izquierdis­ta del partido demócrata” de estar “a sus órdenes”.

Si los desacuerdo­s persisten, a Biden le queda un recurso: invocar la 14a Enmienda de la Constituci­ón estadounid­ense, que estipula que “la validez de la deuda pública de Estados Unidos, autorizada por ley, (...) no debe ser cuestionad­a”.

En otras palabras, los gastos ya votados deben poder ser pagados.

Pese a estar consideran­do esta posibilida­d, Biden se mostró escéptico, mientras que Yellen también aludió a la “incertidum­bre jurídica” y a un “plazo apretado”.

Al igual que casi todas las grandes economías, Estados Unidos vive del crédito. Sin embargo, es prerrogati­va del Congreso votar el aumento del techo de la deuda pública.

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CASA BLANCA. El republican­o Kevin Mccarthy reunido ayer con el presidente Joe Biden.
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