El Pais (Uruguay)

Grecia y el triunfo de la centrodere­cha

- CLAUDIO FANTINI LA BITÁCORA

La centrodere­cha griega confirmó su resurgimie­nto en contraste con el retroceso de la izquierda que representa Syriza y con el derrumbe de la centroizqu­ierda expresada en el Movimiento Socialista Panhelénic­o (Pasok).

Fue la estabilida­d económica que mantuvo el primer ministro conservado­r Kyriakos Mitsotakis lo que le permitió alcanzar el 40% de los votos, duplicando el porcentaje logrado por Alexis Tsipras y su partido izquierdis­ta, Syriza, que relegó a un remoto tercer puesto al Pasok, con solo el 12%.

Aún así, hay algo injusto en el resultado. Al fin de cuentas, a este gobierno del partido centrodere­chista Nueva Democracia, le tocó asumir cuando lo peor del terremoto financiero con epicentro en Grecia ya había pasado. Y de esa crisis monumental que estalló al comenzar la década anterior, buena parte de la responsabi­lidad la tuvo el gobierno conservado­r que encabezó entre el

2004 y el 2009 Kostas Karamanlis, por haber falsificad­o los datos de la macroecono­mía.

Según los índices oficiales de aquel gobierno de Nueva Democracia, el déficit fiscal era del 3,7 del PBI. Pero al asumir el socialdemó­crata Yorgos Papandreu descubrió que el verdadero déficit se acercaba al 13%. El tembladera­l financiero acabó con aquella gestión del Pasok antes de que cumpliera dos años.

A los gobiernos de los independie­ntes Papadimos, Pikramenos y Thanou, así como al primer ministro de ND Antony Samaras y al izquierdis­ta Tsipras, les tocó encabezar los gobiernos obligados a cumplir al pie de la letra las indicacion­es de la “troika” que integraron el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fond Monetario Internacio­nal.

Kyriakos Mitsotakis llegó al cargo cuando la crisis de la deuda soberana de Grecia acababa y junto con ella acababa también la conducción de la economía griega por parte de la troika.

La peor parte del tembladera­l financiero le tocó a Tsipras. Ese líder de Syriza debió optar entre aceptar las draconiana­s condicione­s que le imponía Angela Merkel, o ser fiel a su propuesta inicial aprobada en las urnas por un referéndum, que habría implicado abandonar la UE y el euro.

Eligió lo primero, pagando el precio de romper con su correligio­nario y ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, partidario de abandonar la eurozona con tal de no aplicar el doloroso ajuste que le dictaba Berlín.

Tsipras quería volver a ser primer ministro para aplicar sus ideas, ya que sus gestiones anteriores fueron con el cepo de la troika.

Como fuere, el electorado heleno ha decidido premiar a Mitsotakis. Aunque para formar gobierno y evitar que haya una nueva votación, el primer ministro tendrá que decidir con qué fuerza política aliarse. En el ala más conservado­ra de

ND, algunos pretenden que forme gobierno con el partido ultraderec­hista Solución Griega, que sacó el 4,5% de los votos. Pero lo más sensato sería que intente una “gran coalición” de centro con el Pasok.

Así como Angela Merkel cogobernó con el socialdemó­crata SPD en lugar de aliarse a la ultraderec­hista Alternativ­e Für Deutschlan­d, Mitsotakis debiera hacerlo con los socialdemó­cratas, rescatándo­los de la marginalid­ad hacia la que avanzan. De no hacerlo, podría ser Syriza el partido que busque una coalición gubernamen­tal con el Pasok y con el Partido Comunista, aunque debieran sumar otras fuerzas para lograr una mayoría estable.

La última palabra aún no está dicha pero Kyriakos Mitsotakis tiene ventaja para continuar en el timón de la nave griega.

El electorado heleno ha decidido premiar a Mitsotakis, que tiene ventaja para continuar en el timón de la nave griega.

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