El Pais (Uruguay)

Mala suerte de unos, buena de otros

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El debate político en Uruguay ha tocado nuevos picos de nivel y sofisticac­ión. Tras una semana en que vivimos (o más bien padecimos) una de las interpelac­iones más ridículas de la historia reciente por la crisis con el agua en Montevideo, y comprobamo­s que políticos de todo el mundo deberían venir a estudiar a la Vertiente Artiguista, que logra seguir sacando senador a Enrique Rubio, la cosa logró perforar todavía más el suelo.

Resulta que la ex vicepresid­ente Lucía Topolansky hizo el análisis político definitivo. Uno que nos hace replantear para qué gastamos como sociedad millones de dólares en formar politólogo­s e historiado­res, uno que finalmente nos iluminó el camino de la civilizaci­ón. Según Topolansky “hay una verdad histórica: los blancos son Jettatore”. La ex senadora del MPP profundizó todavía más y explicó que “En el 59 nos inundamos que tomábamos agua por señas, en los 90 se cerraban las mutualista­s, los bancos... la huelga policial, y ahora la pandemia y una sequía que nos morimos”.

Como suele suceder con los conceptos superiores que desgrana la pareja presidenci­al de Rincón del Cerro, la frase fue inmediatam­ente tomada por varios dirigentes del Frente Amplio y círculos cercanos. Que acudieron raudos a las redes sociales a festejar el guiño humorístic­o de la ex senadora. Incluso Gustavo Gómez, referente intelectua­l en cuestiones de medios y comunicaci­ón para la izquierda, se sintió obligado a sumarse a la corriente, ratificand­o que “son Jettatore”. Ellos, los otros...

No parece haber muchas dudas de que los escasos gobiernos liderados por el Partido Nacional de la historia del país, han estado marcados por episodios complicado­s. Ni que los mismos, en su gran mayoría fueron siempre heredados por la desidia y mala praxis de los gobiernos previos. Es como que la sociedad uruguaya sabe que cuando las cosas se ponen mal, muy mal, es mejor tener a un gobierno del Partido Nacional al timón del barco.

En el 59, había muchas cosas parecidas a lo que ocurrió ahora. El país venía con una economía arrasada por el estatismo y la demagogia. Y el gobierno nacionalis­ta que asumió allí, se enfrentó a las peores inundacion­es de la historia, para las cuales los gobiernos salientes no habían dejado ninguna previsión.

Algo muy parecido a lo que ocurrió con la pandemia. ¿Se acuerda cuando el director de Salud, con el coronaviru­s ya rampante en Europa, dijo que le preocupaba más el dengue? Por eso no dejaron ni un test, ni una mascarilla, ni un peso en las cajas del estado.

Como en finales de los 50, el gobierno del Partido Nacional no solo enfrentó con éxito el desafío externo, entonces inundacion­es, esta vez pandemia y sequía. Sino que eso no fue excusa para encarar las reformas que el país tanto necesitaba, y encaminar soluciones que terminaron llevando a una repetición de la victoria electoral en los comicios siguientes. Una señal auspiciosa de cara al 2024 sin dudas.

En los 90 la cosa no fue fácil tampoco. El gobierno de entonces asumió con el país en llamas, pero además de dedicarse a apagar incendios dejados por otros, se pusieron en marcha reformas profundas, desde el puerto a la forestació­n, que seguimos aprovechan­do hoy en día. Eso pese a que el Frente Amplio, como hoy, desató una guerra sin cuartel para frenar cualquier cambio que pudiera beneficiar al país.

Es que lo importante no es la suerte,

Lo importante no es la suerte, buena o mala, que es algo que nos excede. Lo importante es qué se hace con las oportunida­des y las herramient­as que la vida nos da en un momento particular.

buena o mala, que es algo que nos excede. Lo importante es qué se hace con las oportunida­des y las herramient­as que la vida nos da en un momento particular. Lejos de quedarse lamentando, el gobierno actual ha tomado medidas de fondo, y logrado que hoy la economía y la sociedad estén mucho, pero mucho mejor de lo que estaba en 2019.

Se puede tomar cualquier indicador; empleo, formalidad, delitos, exportacio­nes, pobreza. No hay ninguno en que no estemos mejor... pese a todo.

Y en ese todo hay que agregar algo todavía mucho más nefasto que la pandemia o la sequía. Hablamos del accionar de permanente conflicto y desprecio que ha lanzado el Frente Amplio, ante el enojo de haber perdido el poder. Interpelar a dos ministros por una sequía, cuando no se hizo absolutame­nte nada para prevenir algo así en 15 años de gobierno y con billeteras llenas, habla más que nada de la actitud de la oposición. Incluso con el antecedent­e de oponerse a la inversión que este gobierno decidió acometer, para enfrentar las carencias dejadas por los previos.

Como decía el general Mcarthur, La mejor suerte de todas es la suerte que haces tú mismo.

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