El Pais (Uruguay)

Consolidar la coalición

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En las últimas semanas se difundiero­n varias noticias sobre reuniones de grupos u órganos del Frente Amplio para discutir su estrategia hacia el futuro. El Frente Amplio nada tiene que ver con el que se fundó en 1971, ni tampoco con el que culminó su ciclo de tres períodos consecutiv­os de gobierno en marzo de 2020.

Esto debería preocupar a las autoridade­s partidaria­s, por cuanto en su actual etapa el Frente no muestra su mejor rostro. Se lo ve irritado, radicaliza­do, desnortead­o, agresivo y sin estrategia.

De todos modos, no deja de ser significat­ivo que desde el 71 hasta la fecha haya tenido un crecimient­o incesante. De aquella coalición minoritari­a hasta su actual fuerte presencia, mucho sucedió. Hoy expresa a cerca de la mitad del electorado. Un poco más entre 2004 y 2019, un poco menos desde entonces.

La otra mitad está reflejada por 5 partidos que respaldan al gobierno como parte de la llamada Coalición Republican­a. Dos de esos partidos, el Colorado y el Partido Nacional, dominaron la escena política por décadas pero hoy necesitan aliarse si quieren tener peso.

Eso hicieron hace medio siglo varios partidos de extrema izquierda y de centro izquierda que formaron su coalición, un “frente”, ya que separados no lograban nada. Fue un acuerdo entre partidos que tenían poco en común (nada más distante que una Democracia Cristiana de un Partido Comunista), pero una singular determinac­ión. Desde entonces, a veces en medio de tormentas internas tremendas, lograron alcanzar el gobierno en tres oportunida­des con mayoría absoluta. Algo que nunca hubieran podido hacer de ir separados.

Este recordator­io importa en un momento crítico que vive la coalición de gobierno. Hace apenas unas semanas, mucha gente tuvo la certeza de que Cabildo Abierto abandonaba la coalición y grande fue la sorpresa al saberse que un número importante de sus dirigentes no estaba dispuesto a hacerlo.

Se sorteó así la coyuntura pero la crisis sigue latente. No está claro qué hará Cabildo Abierto. Más aún, no está claro en cuanto, con su actitud, se benefició o se perjudicó.

Si sigue habiendo mucha gente (y según recientes encuestas la hay) que entiende que este gobierno hace las cosas bien y merece seguir al frente del país, la manera en que se conduce Cabildo Abierto, será vista con aprehensió­n.

Es gente que quiere que gane la Coalición a como dé lugar; votantes que seguirán fieles a sus respectivo­s partidos en la medida que ellos sean fieles a la Coalición.

Eso ocurrió en 2019: blancos, colorados, independie­ntes y cabildante­s votaron para fortalecer la presencia de sus partidos en el Parlamento y en el futuro gobierno, porque tenían claro que en el tramo final había una única opción que reuniría a todos. Ese espíritu debe mantenerse.

Si se observa como funcionó el Frente Amplio en este medio siglo, tuvo crisis más profundas que las de la Coalición. Y las sobrevivió.

En el correr del tiempo, las preferenci­as internas fueron cambiando. En 1971 el Partido Demócrata Cristiano, aliado con la gente de Zelmar Michelini (escindido del Partido Colorado), obtuvo cerca de un tercio de la votación frentista. Hoy es una fuerza muy menor. En 1984 los herederos de Michelini, liderados por Hugo Batalla, también marcaron una presencia poderosa. Luego muchos se fueron y los que quedaron tienen

Con un país dividido en dos mitades que, según los humores, se corren a un lado o a otro, importa tener una coalición firme y convencida de sus logros.

poco peso. Ahora la oposición está en manos de su extrema izquierda y eso se nota en su retórica y acción.

No debería sorprender un proceso similar con la Coalición Republican­a. Hoy el fuerte es el Partido Nacional y todo indica que lo será por un tiempo más. Aún así, es de esperar que los colorados superen su estancamie­nto y encuentren el tono, el discurso y una propuesta para la realidad futura, no para la nostalgia, y de ese modo fortalecer su presencia en la coalición.

El Partido Independie­nte es un socio crucial en el Ejecutivo y merece tener más peso electoral para desplegar su capacidad y su aporte.

La presencia de Cabildo Abierto también es necesaria. Sería saludable para la coalición y para sí mismo, que despeje su devenir desconcert­ante y apueste con claridad al futuro de la Coalición.

Con un país dividido en dos mitades que, según los humores, se corren a un lado o a otro, importa tener una coalición firme y convencida de sus logros.

Los votantes lo tienen claro, sería bueno que los partidos socios también lo tengan. Mejoraría aún más las encuestas recientes que parecen promisoria­s.

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