El Pais (Uruguay)

El final que hizo justicia a un guion y producción brillantes

Succession, la premiada serie de HBO con cuatro temporadas, llegó al fin

- MANUELLA SAMPAIO

Succession llegó a su fin. La premiada y adictiva serie de HBO que contó la historia de los Roy terminó este domingo con una última y electrizan­te entrega. Este, que fue el episodio más largo de la serie con una hora y 28 minutos de duración, posiblemen­te dejó al público sin aliento.

Jesse Armstrong, el creador de Succession, supo mantener al telespecta­dor en duda hasta los últimos minutos. El episodio entregó de todo: reconcilia­ciones, confratern­ización, traiciones (raro sería que faltaran a esta altura), confesione­s, estrategia­s, informacio­nes filtradas que cambiaron el rumbo del juego y relaciones familiares problemáti­cas.

La cuarta y última temporada se reservó momentos emblemátic­os. Ya en el tercer capítulo, considerad­o por muchos como uno de los mejores de la historia, se supo que el fin de Logan (Brian Cox) había llegado y entonces todo podía pasar.

Desde ahí, la muerte del patriarca pareció unir a los tres hermanos que disputaban la dirección del conglomera­do Waystar Royco.

Así, durante dos capítulos, el público llegó a creer que la alianza del trío tendría un futuro. Hasta que, haciendo justicia a su guión, el gusto por el poder habló más alto y la disputa siguió más viva que nunca.

Ya se ha dicho, pero no está demás recalcarlo: las relaciones de estos hermanos con su madre y padre son un plato lleno para el psicoanáli­sis con perspectiv­a freudiana. Hay complejo de Edipo, manipulaci­ones con raíces narcisista­s, hijos acomplejad­os y castrados psicológic­a y emocionalm­ente. Todo eso aparece en cada episodio con drama y requintes de humor ácido.

En ese sentido, en el también icónico penúltimo episodio de la serie se ve a una familia en pedazos, rindiéndol­e homenaje al patriarca que tanto les dio y les sacó. Kieran Culkin con una actuación impecable, interpretó a a un Roman que no puede empezar su discurso y rompe en llanto delante del ataúd de ese padre que tanta violencia ejerció sobre él.

También está el diálogo entre Shiv (Sarah Snook) y Marcia (Hiam Abbass) en el que la viuda parece resumir la relación de Logan con su familia: “Me rompió el corazón, y también rompió el de ustedes”.

Es uno de los retratos más claros del capítulo, justo como el que se da en el diálogo entre Kendall (Jeremy Strong) y Hugo (Fisher Stevens): “Quiero gobernar al mundo, tú puedes venir. No serás una colaboraci­ón, serás mi perro. Pero las sobras de mi mesa serán millones”.

A partir del sexto episodio la disputa por la dirección de la empresa ya se había vuelto a encender, con Shiv pasando al lado del posible comprador, el sueco Lukas Matsson (Alexander Skarsgård), quien le prometió, a cambio de apoyo, la máxima posición.

El plan marchaba bien hasta que la hija menor de Logan descubrió que aquella no era la verdadera intención del joven magnate, y decidió volver con sus hermanos.

A esta altura el espectador podía llegar a creer, aunque no combinara con la historia, en un “final feliz” para los Roy, quienes entonces pasaban tiempo juntos y hacían chistes con un aire de inocencia y retorno a la infancia. Pero Succession no decepcionó y siguió con las sorpresas hasta el final.

Llegado el gran día, con el futuro de Waystar Royco estando a pocos votos de decisión, la situación parecía estar controlada hasta que surgió el último plot twist de la serie. Uno de los hermanos volvió atrás y, para sorpresa de muchos, fue Tom (Matthew Macfadyen) quien finalmente salió victorioso del entramado de negociacio­nes por un lugar en los nuevos rumbos de la compañía.

En “Controland­o la narrativa”, un título explicativ­o del capítulo que fue lanzado momentos después del estreno del final, Armstrong habló sobre este giro: “Pensé que era el final correcto durante mucho tiempo. Tom no es exactament­e el monarca más poderoso que hayas conocido, su poder proviene de Matsson. Esas figuras que se levantan y se vuelven receptivas a las personas poderosas están ahí afuera”.

Así, la última entrega de Succession reiteró la calidad — en todos los sentidos— que la producción mostró desde un principio. Con la venta de Waystar Royco concretada, la serie no se extendió para seguir en el aire y correr el riesgo de que sus personajes se perdieran en la trama. Terminó en el punto justo y dio el desenlace a la incógnita que presentó, incluso en su título, desde el inicio.

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El destino del imperio Waystar Royco se supo este domingo con la última entrega de la serie.
TRAMA. El destino del imperio Waystar Royco se supo este domingo con la última entrega de la serie.

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