Día de la verdad: primera prueba para evitar el default de EE.UU.
La Cámara de Representantes trata el proyecto acordado con republicanos
El default sobrevuela Estados Unidos, aunque pocos creen que la mayor potencia mundial llegue a ese extremo. Ayer martes la Casa Blanca dijo confiar en que el proyecto de ley para elevar el techo de deuda salga adelante pese a la oposición del ala dura del Partido Republicano, que ha amenazando con no votarlo en el Congreso.
“Hay que tener algo de fe en la mayoría gobernante. Tengo mucho respeto por los miembros de ambos lados, de que van a hacer lo mejor para el pueblo estadounidense”, afirmó la directora de la Oficina de Presupuesto, Shalanda Young.
El acuerdo fue alcanzado por el presidente Joe Biden y el republicano Kevin Mccarthy, en una carrera contrarreloj para evitar un catastrófico default que podría sacudir las finanzas mundiales.
Biden y Mccarthy, el líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, negociaron durante semanas y lo que está en juego sigue siendo la posibilidad de un inédito impago de la deuda estadounidense, considerada la más segura del mundo.
Pero el ala dura del Partido Republicano reforzó su ofensiva en contra del acuerdo, cuya votación está prevista para hoy miércoles en la Cámara de Representantes.
Hay plazo hasta el 5 de junio para votar, fecha en la que el Departamento del Tesoro calcula que Estados Unidos agotará sus reservas.
En el bando demócrata algunos de los legisladores más progresistas también han mostrado sus reparos, pero la directora de la Oficina de Presupuesto evitó hacer un cálculo sobre el apoyo que tendrá el proyecto de ley en filas del oficialismo.
“Es un acuerdo que no solo evita el primer incumplimiento de pago en este país, sino que protegerá nuestra recuperación económica histórica y ganada con tanto esfuerzo”, afirmó Young.
Este pacto, agregó, “representa un compromiso”.
“Nadie obtiene todo lo que quiere y se deben tomar decisiones difíciles. Las negociaciones requieren dar y recibir y esa es la responsabilidad de gobernar”, sentenció.
El acuerdo alcanzado elevará el techo de deuda para los próximos dos años, es decir, hasta después de las próximas elecciones presidenciales.
“FRENARLO”. La propuesta de ley mantiene el gasto no relacionado con la defensa en 2024 y lo aumenta solo el 1% en 2025, y aunque los recortes no afectarán a programas de sanidad ni a la seguridad social, sí se verán perjudicados algunos programas sociales, como el de Asistencia Temporal para Familias Necesitadas.
“Quiero ser muy claro. Ningún republicano debería votar a favor de este acuerdo. Estamos trabajando duro para asegurarnos de que se frene”, dijo Chip Roy, uno de los congresistas que más ha elevado la voz contra el pacto.
“No tenía ni idea que iba a haber un plan tan efímero y pestilente como este. Voy a votar que no e insto a mis colegas a que voten no”, añadió Andy Biggs, que la semana pasada presentó un proyecto de ley que abogaba por aprovechar fondos asignados que no se hayan gastado, como los destinados a la lucha contra el covid, para retrasar la fecha del probable impago y poder seguir negociando.
La Cámara Baja, de mayoría republicana, ya había dado su visto bueno el pasado 26 de abril a un proyecto de ley para subir el techo de deuda a cambio de amplios recortes del gasto público.
“Negociar no significa ignorar completamente lo que habíamos aprobado”, criticó también el congresista Ralph Norman.
La legisladora Lauren Boebert coincidió en que la Cámara de Representantes hizo su trabajo y en que ni Biden, ni el Senado, bajo control demócrata, hicieron su parte. “Si cada republicano votara de acuerdo a lo defendido en su campaña votaría en contra de ese mal acuerdo”, sostuvo.
“El acuerdo es un fracaso y por eso nos opondremos completamente y haremos todo lo que esté en nuestras manos para frenarlo”, advirtió Scott Perry, presidente del Freedom Caucus.
En el bando demócrata, no obstante, algunos de sus integrantes también han mostrado con firmeza su oposición o reticencias al respecto.
Uno de ellos, Danny Davis, recalcó ayer martes que las próximas 24 horas “serán determinantes” y que él mismo votará en función de las aclaraciones que pueda conseguir en este tiempo: “Estoy preocupado por la satisfacción de las necesidades de la gente desfavorecida”, dijo.
El ala más dura del Partido Republicano amenaza con no votar el acuerdo.