El Pais (Uruguay)

En la coalición ven flaquear al herrerismo

“Hay un preconcept­o equivocado”, dice Heber tras las críticas

- NICOLÁS DELGADO

Casi cuatro años después de que Luis Lacalle Pou usara la cachila de su bisabuelo, Luis Alberto de Herrera (1873-1959), para transitar como flamante presidente desde el Palacio Legislativ­o a Plaza Independen­cia, colorados y cabildante­s notan cierta decadencia del herrerismo, la corriente activa más longeva del Partido Nacional (PN). “Los batllistas nos sentimos cómodos” en el gobierno de coalición, “porque del herrerismo histórico no hay ningún elemento”, disparó Julio María Sanguinett­i, secretario general del Partido Colorado (PC), mientras que el presidente de Cabildo Abierto (CA), el senador Guillermo Domenech, dijo que se formó en un hogar herrerista pero que el herrerismo de Herrera “ya no existe”.

El cabildante apuntó el 6 de febrero en el Parlamento contra “la corrupción” y “el clientelis­mo político” en la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, lamentó que el gobierno no haya removido a la delegación uruguaya y recordó entonces que Herrera “era el fiscal de la nación” y que “no tenía contemplac­ión con la corrupción, con los privilegio­s y las manganetas”, dando a entender que los actuales herrerista­s sí lo tienen. La respuesta llegó minutos después de parte del diputado herrerista Juan Martín Rodríguez, quien en esa sesión de la Comisión Permanente le respondió que “los herrerista­s están en el Herrerismo y en el PN” y que quienes están en otros partidos podrán “compartir ideas, pero ya no son herrerista­s”.

Domenech redobló la apuesta. “Muchos de los que se dicen herrerista­s no leyeron un libro de Herrera”, planteó, dijo que el caudillo trasciende partidos y sostuvo que “el verdadero herrerismo se alinea con los intereses nacionales; no hace contratos por 60 ni 40 años (...); no habría un UPM en Uruguay”.

El presidente del Herrerismo, el senador Luis Alberto Heber, advirtió que “hay un preconcept­o del herrerismo equivocado, tanto de Sanguinett­i como de Domenech”. Para el exministro del Interior, “el Herrerismo ha sido un sector que ha sobrevivid­o hace más de un siglo en el PN y todavía sigue vigente producto de que, con un alto grado de pragmatism­o, se fue adecuando a los tiempos que se viven”.

PRAGMATISM­O. Heber dijo a El País que “el Herrerismo practica ideas eficaces en los tiempos que le toca vivir”, y que es “nacional y popular”, tanto en su origen como en su presente. La crítica sobre la concesión del puerto de Montevideo lo tiene en la mira, porque fueron el presidente Lacalle Pou y él, como ministro de Transporte y Obras Públicas, quienes firmaron en 2021 el acuerdo con Katoen Natie, grupo multinacio­nal de origen belga, que estará vigente hasta 2081. Heber consideró que lo planteado por Domenech responde a “una visión de mirar la baldosa que se va a pisar y no levantar la mirada, algo que sí hacía Herrera”.

“Lo más importante en la concesión portuaria es que nosotros nos vamos a transforma­r en el principal puerto del Cono Sur. ¿No se quiere ver? ¿Se tiene vista corta? ¿Se está mirando la baldosa donde se va a pisar y no se levanta la mirada para ver el futuro? El futuro es

“En la política internacio­nal tenemos mucho pragmatism­o”, dijo Luis Alberto Heber.

que el puerto de Montevideo va a tener US$ 650 millones (de inversión) y va a ser el puerto más eficaz e importante del Cono Sur de América. Eso es herrerismo, porque es nacionalis­mo, es defender nuestro puerto”, aseguró Heber, y agregó que “no importa si es ANP (Administra­ción Nacional de Puertos) o una concesión”, puesto que “no es el instrument­o lo más importante”. El senador destacó que Argentina habilitó el mes pasado extender y profundiza­r a 14 metros el canal de ingreso al puerto, que “eso es herrerismo, porque el herrerismo lo que buscaba es que el puerto sea nacional, que compita contra otros puertos y gane la competenci­a”. En cambio, “algunos piensan tener un puerto más chico, menos competitiv­o y todo del Estado”, lo que explica sus “visiones distintas”.

Por su parte, Sanguinett­i sostuvo en diciembre en entrevista con El País que lo que caracteriz­ó al herrerismo fue “una política exterior absolutame­nte neutralist­a” y que “siempre fue contrario al desarrollo del Estado empresaria­l, incluso en el gobierno de (Luis Alberto) Lacalle Herrera”, entre 1990 y 1995, lo que “hoy, lejos de estar planteado, es al revés”. Heber estimó que el expresiden­te “está detenido en el tiempo”, puesto que la política exterior neutralist­a se dio “cuando se nos quería enrolar en la Segunda Guerra Mundial, que era una guerra del norte y se quería trasladar a los países del sur”. Recordó que fue en ese contexto que se acuñó “la tesis de la neutralida­d, que fue la que mantuvo el país hasta el último día”. Sin embargo, “en materia de política internacio­nal tenemos un alto grado de pragmatism­o”, que ha llevado al gobierno a intentar incrementa­r su comercio con China, un régimen comunista cuyas prácticas políticas no avala necesariam­ente, porque “comerciali­zamos con los pueblos”.

“Pragmatism­o, ¡somos prácticos!”, insiste Heber.

 ?? ?? CRUCES. En la coalición multicolor conviven diferentes miradas sobre la situación actual del herrerismo, lo que generó un cruce entre parlamenta­rios.
CRUCES. En la coalición multicolor conviven diferentes miradas sobre la situación actual del herrerismo, lo que generó un cruce entre parlamenta­rios.

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