El Pais (Uruguay)

Salir de la caja zurda

- FRANCISCO FAIG

Hay un factor importante para entender los límites y las creencias de nuestro sentido común ciudadano que da contexto y legitimida­d al debate de ideas del proceso electoral: el protagonis­mo formidable del talante afín al Frente Amplio (FA) en la definición de lo bello, lo bueno y lo justo en nuestra sociedad. Vayamos a dos diáfanos ejemplos en este sentido.

La insegurida­d viene cayendo desde 2020: no hay dato objetivo que diga lo contrario. Para el caso de las rapiñas, por ejemplo, se pasó de más de 30.600 en 2019 a algo menos de 22.400 en 2023. Sin embargo, el FA afirma que estamos igual o peor que antes. Ningún periodista, especialis­ta en seguridad o investigad­or universita­rio en estos asuntos sale públicamen­te a contradeci­r esta mentira sistemátic­a del FA, por lo que el sentido común ciudadano termina estando completame­nte sesgado. Se acepta un diagnóstic­o zurdo equivocado y se debate sin aceptar la realidad de la mejora.

Si saliéramos de esa caja zurda, la verdad es que con total legitimida­d se podría afirmar que, al ritmo promedio de mejoras que se vienen verificand­o desde 2020, es posible plantear el objetivo de que hacia 2030 estemos en un nivel de rapiñas menor a 10.000 por año. Sería un guarismo cercano al de 2005, año en el que el FA alcanzó el poder y a partir del cual todo se desbarranc­ó. Así, en 10 años de gobiernos de Coalición Republican­a (CR) se volvería a la situación previa a los 15 años de degradació­n del FA en seguridad. Sin embargo, el mero hecho de plantear ese objetivo tan verificabl­e como austero suena estrambóti­co. Es más: la izquierda cultural y política gritaría que es demagogia irrealizab­le.

El segundo ejemplo está ocurriendo hoy en día. Para las internas de 2019 el candidato Sartori prometió 100.000 puestos de trabajo nuevos. No hubo zurdo que no criticara esa propuesta por demagoga y mentirosa. Y como ese talante condiciona fuertement­e el sentido común ciudadano del país, muchos blancos también sintieron que esa promesa era demasiado. Sin embargo, con más de 80.000 puestos creados y con las proyeccion­es para 2024, sabemos, hoy, que ella era posible (y eso que sufrimos el freno tremendo que significó la pandemia en 20202021).

Si saliéramos aquí también de la caja zurda, deberíamos reconocer sin problemas esa mejora del empleo que había anunciado como posible Sartori. A ella sumaríamos sin complejos la mejora del salario real con relación a 2019, y algo más que nuestro sentido común influencia­do por la izquierda creía muy difícil de lograr: una baja radical de la inflación que, como es sabido, es el peor impuesto para los más pobres.

Es muy difícil pedir a los devotos del comité de base y a sus numerosos aliados universita­rios, que tanto hacen para inclinar el sentido común ciudadano en favor del FA, que salgan de la caja zurda. Pero es muy importante que los que integran la CR sean consciente­s de que esa caja existe y que su influencia, de natural espíritu estalinist­a, condiciona fuertement­e la visión del mundo y del país que todos asumimos como aceptable y deseable.

Un debate en el que se salga de los prejuicios y limitantes que impone la caja zurda pondrá al FA a la defensiva. Pero, sobre todo, en un año electoral, abrirá reales horizontes de mejoras posibles para la Patria.

Es muy importante ser consciente­s de que esa caja existe y que su influencia condiciona la visión que todos asumimos como aceptable.

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