El Pais (Uruguay)

Escribano del caso Astesiano a punto de acordar con Fiscalía

Se pidió pericia caligráfic­a de documentac­ión para probar la responsabi­lidad de los cónsules

- PAULA OJEDA

La Fiscalía, los abogados defensores y los imputados Álvaro Fernández y Patricia Medina, todos juntos y en el hall del segundo piso de la Oficina Penal Centraliza­da, discutiero­n esta semana cuáles serían los términos de un acuerdo abreviado que está a punto de cerrarse. Aunque las conversaci­ones de la fiscal Sabrina Flores con los defensores Edison González (que representa al escribano Fernández) y Sergio De Souza (que defiende a Medina) vienen desde hace meses, fue este martes cuando pudieron conversarl­o todos cara a cara luego de finalizada la audiencia judicial en la que se les extendiero­n las medidas cautelares.

Se lo llegaron a anunciar al juez Alejandro Asteggiant­e en la audiencia que presenció El País. Fue De Souza quien precisó que estaban “próximos a llegar a un acuerdo” para que se condene a dos de los primeros imputados por el caso del ex custodio presidenci­al, Alejandro Astesiano.

Después de varios meses de negociació­n, los imputados se mostraron dispuestos a firmar en las condicione­s convenidas por la Fiscalía. Aunque el acuerdo no está formalment­e redactado aún —la fiscal le pidió los correos a los defensores para enviarles un borrador—, la pena acordada es de libertad a prueba, reconstruy­ó El País. Fernández y Medina estuvieron presos preventiva­mente casi un año y ese tiempo se descuenta de la eventual condena.

Los puntos que generaban polémica entre los defensores y la Fiscalía eran distintos con cada imputado. En el caso de Medina, pretendían que el delito por el que se la condene sea más leve que por el que fue imputada. La entonces fiscal Gabriela Fossati la había señalado por la coautoría de un delito de suposición de estado civil y la autoría de asociación para delinquir.

Respecto de Fernández, había dos cuestiones por las que su defensa empujaba. Una de ellas era conocer con fehacienci­a si el cierre de su proceso penal (a través de esta condena) significab­a o no el cierre de la causa y si se seguiría investigan­do. Pero sobre todo, pretendía —como también Medina— que el tiempo de servicio comunitari­o, que es obligatori­o prestar cuando se acuerda un régimen de libertad a prueba, sea el menor posible y que las tareas sean acordes a sus capacidade­s.

Esto se debe a que ellos han manifestad­o en las audiencias que están muy enfermos y, entonces, no podrían cumplir con muchas de las opciones de tareas que existen.

Al haber llegado a un acuerdo tentativo, lo esperable es que se valide judicialme­nte después de la Semana de Turismo. Si en el camino alguna de las partes se arrepintie­ra, la Fiscalía tiene plazo hasta setiembre para seguir investigan­do y presentar la demanda acusatoria, donde debe estipular la pena que pedirá de cara a un eventual juicio oral. Fernández estuvo en la primera camada de imputados por el caso Astesiano y participó de la maniobra que dio el puntapié a toda la investigac­ión: la gestión de pasaportes uruguayos para ciudadanos rusos a los que no les correspond­ía, en base a documentos apócrifos. Según expuso Fossati en la audiencia de formalizac­ión, él era el encargado de ordenar la documentac­ión y encontrar a los “padres uruguayos” falsos para los ciudadanos que querían tramitar el documento de viaje.

Medina, por su parte, figuraba como apoderada en varios documentos y también actuaba como gestora. En su momento, para fundamenta­r la solicitud de prisión preventiva, Fossati recalcó que su rol en la organizaci­ón “no era menor” y leyó chats en donde era ella quien le daba órdenes a Fernández.

PERICIA A DOCUMENTOS. Mientras tanto, por una vía paralela, avanza la investigac­ión sobre cónsules uruguayos en Rusia, Stéfano Di Conza y Gustavo Piegas. En el contexto de una audiencia en la que la fiscal Flores pedía la extensión del plazo de un año para investigar a Piegas, señaló que ya se le recabaron las firmas a ambos cónsules para poder realizar una pericia que coteje su rúbrica con la de una serie de documentos traídos de Rusia.

Tienen bajo análisis dos cajas (de aproximada­mente 70 casos cada uno) que contienen todos los expediente­s de trámites para obtener pasaportes uruguayos que se hicieron en Rusia dentro del plazo investigad­o y están siendo analizados uno por uno. La documentac­ión llegó del exterior en el último trimestre del año pasado.

Además de ese análisis, la firma de los cónsules será sometida al examen de un perito calígrafo contratado por el Instituto Técnico Forense. Esto se debe a que uno de los cónsules, Di Conza, ha señalado en Fiscalía que hay firmas que no reconoce como suyas y que hay documentac­ión que está fechada en momentos en los que él estaba fuera de Rusia. Para comprobarl­o, aportó fotos.

La teoría de la defensa de los dos funcionari­os de la Cancillerí­a —ninguno reconoce ser culpable— apunta a que no era parte de su trabajo cotejar los datos que fueron manipulado­s y que, como debía ser, delegaban muchos de estos puntos en el personal local que, a diferencia de ellos, manejaban el ruso.

Ahí, todas las miradas apuntan a Victoria Rodríguez, una funcionari­a ruso-española que era el nexo entre los cónsules y el resto de los administra­tivos. Ella no se presentó a declarar en la investigac­ión administra­tiva que inició la Cancillerí­a en Rusia y, ante la insistenci­a del ministerio, pidió que no la llamaran más porque no iba a ir. Conjuntame­nte, renunció a su cargo, que lo mantenía hacía más de una década.

A fines del año pasado se envió un oficio a Rusia para que se le tome declaració­n a una serie de personas, entre las que está Rodríguez.

El abogado de Medina le adelantó al juez Asteggiant­e que están “próximos” a acordar.

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FISCALÍA. Tienen bajo análisis dos cajas con expediente­s de obtención de pasaportes en Rusia.

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