Canciller armenio llegó a Uruguay para abrir embajada
Ministro valoró la relación histórica entre los dos países
■■ En Uruguay viven, según distintas estimaciones, unas 15 mil personas de origen armenio. Iniciada a fines del siglo XIX, la corriente migratoria de ese origen se acentuó a partir de 1920, con la llegada de los sobrevivientes del genocidio perpetrado por el Imperio Otomano, reconocido como tal por Uruguay, en 1965, que fue pionero a nivel mundial.
“Todo el mundo en Armenia sabe que Uruguay fue el primer país en reconocer el genocidio”, dijo a El País el canciller armenio Ararat Mirzoyan de visita oficial en Montevideo. “Tenemos una gran valoración por eso”, apuntó.
A 32 años del establecimiento de relaciones diplomáticas, Mirzoyan izó este jueves la bandera tricolor de su país (roja, azul y ocre) en el frente de la casona de Pocitos en la que se instaló la flamante representación permanente vicepresidenta en ejercicio, Graciela Bianchi, su colega de Palestina, Nadya Rasheed, charlaba a sus espaldas con la de los Estados Unidos, Heide Fulton.
“Armenia no ve su futuro desde el punto de vista militar”, dijo Mirzoyan. “Nuestro objetivo es la paz y el desarrollo con nuestros vecinos”, afirmó. En particular con Azeirbaiján, con el que viene tratando de normalizar relaciones tras el histórico conflicto por Artsaj, el enclave armenio recientemente reincorporado por los azeríes.
O incluso con Turquía, la sucesora del Imperio Otomano, con la que ha iniciado un proceso de normalización “basado en futuro, no en el pasado”.
Mirzoyan valoró la oportunidad que Uruguay brindó en su momento a los sobrevivientes del genocidio y a sus descendientes, dándoles refugio y la posibilidad de educación y desarrollar sus negocios, muchos de ellos participantes directos en la vida económica, cultural y política del país. Tres ejemplos presentes en la inauguración de la embajada de su país en Montevideo. Admite que llevó mucho tiempo su apertura, pero atribuye la demora a causas “probablemente técnicas”. El año pasado, Uruguay abrió su representación en Ereván.
La inauguración de la embajada ambientó una inusual convivencia entre diplomáticos de países que, en otras circunstancias, difícilmente se cruzarían. Mientras la embajadora de Israel, Michal Hershkovitz, departía con la probaban su afirmación: el subsecretario de Salud Pública, José Luis Satdjian, que valoró el tener un “pedacito de Armenia en el Uruguay”. También la senadora frenteamplista Liliam Kechichian y el diputado blanco Pedro Jisdonian.
El canciller dijo esperar que la “influencia positiva” de los armenios en Uruguay colabore en un “cambio positivo” en el comercio entre ambos países.