El Pais (Uruguay)

“Aprender es la mejor señal de estar vivo”

Gerry Garbulsky visitó Montevideo y repasó los ocho años de Aprender de Grandes

- PATRICIA VICENTE

Hace ocho años nacía el podcast “Aprender de Grandes”. Una charla entre dos amigos, que no tenía una gran calidad de audio (aunque sí de contenido) y estaba pensada como un autoregalo. Era su cumpleaños número 50 y Gerry Garbulsky se sentaba a conversar con Mariano Sigman, su amigo y destacado neurocient­ífico. “Dije: lo voy a hacer por un tiempito y veo qué pasa; y bueno, van ocho años”, resumió el creador de esta iniciativa, que en este tiempo sumó una academia con varios cursos, dos juegos, una newsletter y que, por alguna de estas vías, ya impactó en casi 300.000 personas. Garbulsky visitó Montevideo y se reunió con la comunidad local de “Aprender de Grandes”. En pocas semanas lo hará en Madrid, Alicante, Valencia, Tarragona y Barcelona, en España. Todo ocurrirá después de “Celebrar la vida”, el 21 de abril en Buenos Aires, evento para el que agotó 500 entradas en cinco horas. Sobre el fenómeno que generaron sus charlas y sobre la importanci­a de aprender, conversó con El País.

¿Cómo invitás a aprender a las personas que creen que de grandes ya no se aprende? No quiero convencer a nadie, simplement­e comparto algunas ideas, al que le guste bien y respeto que otros no quieran hacerlo. Pero hay dos aspectos de aprender que me llaman mucho la atención. El primero, que es un poquito más trillado y que se dice mucho, es que en un mundo tan cambiante, si no aprendés, quedás obsoleto. Hay un tema de actualizar­se, de conocer y de aprender más. Esa es la más obvia de las razones. La otra, menos obvia, pero que a mí me parece tan o más importante, es que el día que uno deja de aprender, empieza a morir. Seguir aprendiend­o es la mejor señal que encontré de que estoy vivo. Entonces, con esta idea de poder disfrutar de la vida lo máximo que podamos y mientras la salud acompañe, me parece que aprender es una buena forma de ensanchar la vida, conocer, disfrutar el momento, conectar nos con gente… De todas esas cosas que hacen que la vida sea interesant­e, que valga la pena ser vivida.

Quizá por un tema cultural, muchos piensan que se aprende o se estudia de joven y ya no de mayor.

Es un resabio de un modelo educativo tradiciona­l que está súper obsoleto. Pero seguimos estructura­dos como sociedad de esa manera: la gente espera que uno se forme durante los primeros 20 o veinti algo años de su vida y después que sea productivo. Pero la productivi­dad caerá mucho, si no seguís aprendiend­o.

Uno tiene que definir lo que será por el resto de su vida en un momento en el que, quizá, no está del todo preparado. Sí, y eso me parece una trampa que nos autoimpusi­mos como sociedad. Decir “tenés que definir ahora” y la expectativ­a es que le dediques demasiados años a eso, cuando está demostradí­simo que la mayoría de las personas pegan más saltos en su vida de los que hubiese imaginado. Mi fórmula, la que me funciona, y propongo a otros que exploren, es la idea de hacer en cada momento lo que tengas ganas. Que te dé un sustento económico, porque todos tenemos que vivir de algo, pero que sientas que lo hacés bien, que lo disfrutás y que permite conectarte con gente interesant­e. Y hacerlo con foco y entrega. Eso hará que estés aprendiend­o algo.

Y el día de mañana, si tenés que dar el salto a hacer otra cosa, estarás más que preparado porque tenés con qué. Al haber hecho eso con foco y entrega, aprendiste algo que te será útil, no importa para donde sea el salto.

Hablás de “ensanchar la vida”. ¿Cómo lo definís?

¿Aprender de Grandes ensanchó tu vida? Definitiva­mente. Esa frase nació como contraposi­ción a alargar la vida. Porque yo venía con esta obsesión de vivir muchos años, porque me gusta la vida y quiero aprovechar y no me alcanza el tiempo para hacer todo lo que quiero. Entonces digo: bueno, veré si puedo alargarla cuidando mi salud y cruzando los dedos para que la ciencia avance lo suficiente­mente rápido como para curar las cosas que nos matan y si puedo vivir muchos años. Inclusive, el sueño era vivir para siempre. Yo creo que quizá eso suceda, que en algún momento podamos “derrotar” a la muerte y vivir cuanto queramos. No que sea obligatori­o vivir para siempre, pero sí una opción. Pero me di cuenta de que no veré eso. Quizás mis hijos o mis nietos tengan ese lujo, pero yo no, porque la

ciencia no avanzará tan rápido como para curar todas mis posibles razones de muerte.

Ahí me pasaron dos cosas: primero, bajón, porque si lo ponés en perspectiv­a los seres humanos hace más o menos 10.000 generacion­es que estamos dando vueltas en la Tierra y de esas 10.000 generacion­es, yo me estoy perdiendo esta posibilida­d por una o dos. Mala suerte, mal timing. Lo segundo, me di cuenta que el foco no debería estar en alargar la vida, que en realidad pone la zanahoria muy adelante, sino en ensancharl­a. Ensanchar es vivir la vida a pleno, en el presente, aprender cosas nuevas, conectar con personas interesant­es, que nos hagan disfrutar del camino. Y “Aprender de Grandes” es una de las mejores formas que encontré hasta ahora de ensanchar la vida.

¿Y más allá del disfrute que te genera, qué te enseñó “Aprender de Grandes”?

Un montón de cosas, pero quizás lo más potente es el poder de la conversaci­ón. Cómo una buena conversaci­ón tiene poderes casi mágicos, casi milagrosos. El poder de aprender — que fue el objetivo inicial—, va mucho más allá de eso, es conectar con la gente de otra manera, establecer vínculos profundos y sentir empatía y compasión por gente que quizás hasta hace un ratito no conocías y de poder disfrutar más de todo. ¡Me parece que estamos corriendo tanto y escuchando tan poco! Somos en general malos conversado­res. Fui mejorando un poquito, pero creo que todavía tengo un montón para aprender y cada mejora que hago, cada vez que me doy cuenta de que menos mal que me quedé callado y escuché un poquito más, me siento feliz. Sumando todo eso, creo que la conversaci­ón nos hace entender el mundo, nos hace crecer.

¿Alguna vez sentiste el síndrome del impostor?

“Ensanchar la vida es vivir a pleno, en el presente, aprender cosas nuevas, conectar con personas interesant­es...”

Un poco, sí. Me agarra cuando la gente me dice que soy re bueno haciendo algo y no me creo bueno haciendo nada. El día que uno se cree algo, deja de aprender, es el comienzo del fin. Y, por otro lado, me di cuenta de algo que mitigó el síndrome del impostor: no pasa nada si fallás. Y si fallás, la gente hasta te termina queriendo más, porque sos más humano. Te acerca más la vulnerabil­idad del error, las ganas de reconocer el error y de reírse de uno mismo. Gracias a eso aprendo. Y me pasaron un montón de cosas en las entrevista­s, en el email, metí la pata varias veces. En el momento me siento mal, me agarra un nudito en la panza. Pero cada vez, se me pasa más rápido. Está todo bien. La única manera de no fallar, es no hacer nada.

EL JUEGO. “Aprender de Grandes”, es un mazo de cartas con preguntas, que se reparten y responden en ronda. “Más de 10.000 personas lo juegan, la gente escribe diciéndome que cambió la calidad de sus conversaci­ones con amigos o con pareja. Eso me hace feliz”, contó Garbulsky. La propuesta tiene dos volúmenes en formato físico, y el tercero será una app, que permitirá un montón de modalidade­s, incluso jugar en solitario.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay