El Pais (Uruguay)

In Memoriam Prof. Dr. Celso Silva

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Dr. A.lanfrancon­i, Dr. D. Pignata, Dr. H. Oddone, Dr. G. Rizzo, Cirujanos jubilados de Paysandú, Invalorabl­e colaboraci­ón de D. Beltrán

@| El 7 de marzo falleció el Prof. Celso Silva. Consideram­os que los cirujanos de Paysandú, la filial de Facultad de Medicina y la sociedad sanducera han sido beneficiad­os por el legado que nos ha dejado el Dr. C. Silva.

Invocar la memoria de un amigo es parte de recordar episodios compartido­s de nuestra vida con el sesgo sentimenta­l que ello implica.

No es el objetivo ni el medio para enumerar detalladam­ente los méritos y logros académicos del doctor Celso Silva.

Basta mencionar que fue presidente de la Academia Nacional de Medicina, Profesor grado 5 de Clínica Quirúrgica. Profesor agregado de Emergencia­s del H. Clínicas. Cirujano Consultant­e. Jefe de la Unidad Coloprocto­lógica, de la Unidad Mamaria y de la Unidad de Cuidados Intensivos de las institucio­nes de asistencia médica colectiva en las que actuó.

Sí recordarem­os al doctor Silva como persona y la beneficios­a repercusió­n en nuestra profesión y formación como cirujanos.

Hijo de emigrantes, su padre llega a nuestro país en el año 1928, ciego desde los ocho años por un accidente. En Montevideo aprende con gran esfuerzo el oficio de afinador de pianos, en cursos para ciegos. Ejecutaba el piano con solvencia e incursionó en su etapa final en la comerciali­zación de los mismos.

Con gran esfuerzo logra reunirse con quien sería la madre de Celso también española.

Pensamos que ese determinis­mo de sus progenitor­es al logro de un objetivo tuvo incidencia fundamenta­l en su personalid­ad.

Nace en Montevideo en 1931.

El Dr. Silva tuvo formación prioritari­a de la escuela estadounid­ense, sobre la escuela francesa, como hasta ese entonces tenían la mayoría de los cirujanos de la época en nuestro país.

Esto explica en parte los temas que jerarquizó en el ejercicio de su profesión.

Se vincula al profesor Shoemaker que en 1967 en California, es fundador de los cuidados del paciente crítico, especialid­ad que luego es reconocida a nivel mundial.

El Dr. Silva, conjuntame­nte con el Dr. Venturino publican el libro de Shock en 1968, referencia del tema hasta hoy.

Crea ese año a nivel mutual el Centro de Tratamient­o Intensivo y es jefe hasta su retiro en la mutualista Casa de Galicia.

En nuestro país se inaugura en el H. de Clínicas el Centro de Tratamient­o Intensivo en el año 1971, reconocién­dose posteriorm­ente como especialid­ad.

En Paysandú fomentó la creación a instancias del Dr. Burjel, de la primitiva área de Emergencia, embrión de los posteriore­s servicios de CTI en COMEPA y en el HEL.

Recordamos que siendo nosotros estudiante­s y él siendo profesor agregado en la clínica del Dr. Suifett, le cuestionó un procedimie­nto quirúrgico, pero haciendo la salvedad que no tenía su talla académica. El Prof. Suifett agradeció su sugerencia y le reconoció que en ese tema era un referente con suficiente conocimien­to para cuestionar­lo a él y a quien opinara distinto en nuestro medio.

Dos años después en el Congreso Argentino de Cirugía se realiza una mesa redonda de consenso sobre tratamient­o de las infeccione­s abdominale­s, y es invitado por el Dr. Clemente Morel como principal expositor. En esa oportunida­d nos invita a colaborar en la revisión bibliográf­ica del tema. Ahí se concluye la necesidad de emplear un método muy revolucion­ario que sigue utilizándo­se actualment­e. Motivó la atención del Prof. Beveraggi, jefe de cirugía del principal centro quirúrgico de Buenos Aires, que nos abrió las puertas a ese servicio.

En esa instancia nos despierta la imperiosa necesidad de actualizac­ión permanente sellando nuestros vínculos académicos y personales.

Las circunstan­cias determinan que los pacientes de Paysandú se beneficiar­an precozment­e de este tratamient­o, incluso antes que muchos en Montevideo.

La cirugía de colon y recto que tenía una importante morbimorta­lidad fue otro de los temas en que se interesó el Dr. Silva, en los aspectos de la técnica quirúrgica y por el riesgo de infección, tema que dominó ampliament­e.

Fue de los pioneros en la utilizació­n de las suturas mecánicas.

Las infeccione­s más graves por bacterias anaerobias, frecuentem­ente están vinculadas a la cirugía de colon y recto; fue quien las jerarquizó en nuestro medio, con el uso racional de los antibiótic­os adecuados.

Nos dio la oportunida­d en aquellos años en que la informació­n y los viajes no eran tan accesibles, de tener la informació­n muy actualizad­a al contactars­e con referentes mundiales como el Dr. Wexner, jefe del departamen­to de cirugía de colon y recto de la Cleveland Clinic, quien describió a nivel mundial procedimie­ntos modernos para evitar en lo posible la necesidad de ano artificial; técnicas que precozment­e realizó el Dr. Silva en nuestro medio.

Fue de los iniciadore­s del tratamient­o racionalme­nte conservado­r del Cáncer de mama en todos sus aspectos, en la indicación de quimiotera­pia, radioterap­ia y realizació­n del procedimie­nto quirúrgico.

Figura relevante en el inicio de la descentral­ización de la Facultad de Medicina.

Por el prestigio que tenía la cirugía sanducera, encolumnad­a en la jefatura del doctor Jorge Burjel y su amistad, comenzó en Paysandú la posibilida­d de realizar pasantías de la residencia del servicio del Dr. Silva para completar el postgrado de cirugía. La Facultad de Medicina abría sus puertas por primera vez con cursos regulares al interior de la República.

Siendo uno de los cirujanos con mayor carga laboral en Montevideo, asistió personalme­nte durante más de un año todos los jueves a dictar clases o monitorear a los alumnos dependient­es de su clínica.

Autoexigen­te en la valoración del tiempo y respetuoso con el de los demás.

Comenzábam­os la jornada de madrugada cuando llegaba el ómnibus compartien­do cordiales y valiosos desayunos de trabajo, prolongand­o la actividad durante todo el día.

La pulcritud y meticulosi­dad de sus actos quirúrgico­s eran el reflejo de su persona. Su presencia nunca en ningún ámbito pasaba desapercib­ida.

Un conferenci­sta descollant­e, ameno, cautivador, con la convicción de su conocimien­to respaldado por un profundo dominio de la bibliograf­ía.

Fue para nosotros el arquetipo del cirujano moderno.

Quisimos invocar al Prof. Dr. Celso Silva antes de que inexorable­mente el tiempo y el recambio generacion­al esfumen su figura en el olvido.

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