ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
■ Jordania y su complicada tesitura geopolítica quedaron expuestas tras el ataque de Irán contra Israel. El derribo sobre Jordania de drones y misiles que iban dirigidos a Israel, a expensas de que algunos de ellos cayeran sobre la población local, abrió un debate entre quienes sostienen que el país solo defendió su soberanía y previno una escalada del conflicto sin vulnerar su apoyo a la causa palestina y quienes ven que solo ayudó a Israel.
En las últimas semanas han sido frecuentes las protestas y manifestaciones en el país árabe en favor de Palestina, así como las críticas por las gestiones del gobierno jordano ante las acciones de Israel en Gaza, pese a que Jordania y el rey Abdalá II han sido los más infatigables críticos de Netanyahu. Nabil al Atum, profesor en Ciencias Políticas y experto en Irán de la Universidad de Yarmouk, dijo a EFE que se actuó correctamente, en el contexto de los intentos jordanos por “construir buenas relaciones con todas las partes”, incluidos los líderes de Irán, para “preservar la seguridad regional y nacional”. Al Atum apuntó que Jordania ya impide regularmente que grupos vinculados a Irán en la frontera jordano-siria usen el país como ruta para el paso de drogas y armas. El politólogo recordó también
que Jordania desconfía de Irán y ya cerró la puerta a varios proyectos económicos o incluso a planes para fomentar el turismo religioso iraní precisamente para no facilitar “la agenda iraní”. En esta línea, afirmó que las protestas en Jordania son intentos por “desestabilizar la seguridad interna y cuestionar la posición jordana sobre la cuestión palestina”, un argumento más para que “no permita que sus fronteras aéreas sean un escenario de represalias entre Israel e Irán para ajustar cuentas”.
Eso mismo subrayó el ministro de Asuntos Exteriores jordano, Ayman al Safadi, quién pidió a Irán que deje de “ofender a Jordania”, ya que su país “quiere buenas relaciones con todas las partes”. (EFE)