Mujica habla de gobernabilidad en Brasil y se encuentra con Lula
Habló sobre democracia y ética en la Fundación Escuela de Sociología y Política de la capital económica de Brasil
El expresidente de Uruguay José Mujica dijo ayer en Sao Paulo que veía difícil gobernar un país como Brasil con tantos partidos representados en el Congreso y aconsejó al gigante sudamericano pedirle "la receta a los chinos", indicó la agencia francesa Afp.
"Éste es un país continental, habría que pedirle la receta a los chinos para ver cómo hacen, porque no tengo respuesta", dijo el exmandatario de izquierda, en una ponencia sobre democracia y ética en la Fundación Escuela de Sociología y Política de la capital económica de Brasil.
En la última década, Brasil se vio confrontando dos crisis político-judiciales que cuestionaron el funcionamiento de sus instituciones.
La primera de ellas -el 'mensalao'- estuvo relacionada a mediados de la década pasada con la compra de apoyos políticos en el Congreso por parte del Partido de los Trabajadores (PT), entonces en el poder.
La segunda -el 'petrolao' revelado por la Operación Lava Jato- se desencadenó en 2014 al revelarse la existencia de una red de sobornos pagados por constructoras a políticos y partidos para ganar licitaciones en la estatal Petrobras.
Esta investigación ya llevó a la cárcel o tiene contra las cuerdas a numerosos empresarios y políticos de primer plano, de prácticamente todos los partidos. Los brasileños "tienen un problema básico que no sé cómo resolverán, no creo que se pueda gobernar con treinta partidos, no puede haber treinta proyectos de país, puede haber cuatro o cinco, pero no treinta", expresó Mujica, que gobernó Uruguay.
"Para cualquier gobierno brasileño, esto es una inestabilidad crónica", acotó.
"A veces a uno le da la impresión que el Parlamento brasileño es una bolsa de comercio", prosiguió el senador.
Según Mujica, Brasil necesita revitalizar su política y para ello sus dirigentes populares deben "vivir como su pueblo" y "no dejarse engatusar cuando les sirven la mesa".
Esos líderes, además, deben saber negociar "sin traicionar", para evitar que el país entre en una espiral de confrontación.