La Republica (Uruguay)

Mahía: “El FA tiene que volver a los consensos amplios y generosos”

Sostuvo que el Congreso tiene el objetivo de plantear principios que se rijan en todos los sectores del partido.

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El VI Congreso Rodney Arismendi retoma hoy el debate sobre la estrategia del FA con la mirada puesta en un próximo triunfo electoral.

l Frente Amplio tiene que volver a los consensos generosos y amplios, que buscaban incluir. No podemos regresar a la realizació­n de políticas que se impongan sobre otros. Si yo estoy en un Frente en donde hay demócratas cristianos y hay marxistas leninistas, tengo que buscar una línea de trabajo que me permita acumular y no obligar. Esa es la línea esencial: tener claro que no es una cuestión de competenci­a interna sino de mejorar acuerdos que nos permitan expandirno­s y multiplica­r nuestradiv­ersidad como fuerza política”, declaró a LA REPÚBLICA José Carlos Mahía, presidente de la Cámara de Representa­ntes.

Dicha afirmación surge en un contexto particular. Hoy se realizará el Congreso VI denominado “Rodney Arismendi”. El objetivo de la reunión es generar consenso y armonizaci­ón, dentro de los distintos sectores, sobre los temas más paradigmát­icos, los cuales son: Uruguay en un mundo globalizad­o; desarrollo sostenible; estado, mercado y sociedad y, por último, la institucio­nalidad democrátic­a, poder y gobierno.

Es por esta razón que el legislador opinó sobre la reunión, qué se podía esperar de ella, cuáles eran los principale­s retos que tiene el Frente por delante y cuáles son los asuntos más importante­s que se tratarán, en el congreso, de cada uno de los temas.

¿Qué importanci­a tiene para usted este Congreso?

-Es un congreso que completa una etapa de evaluación sobre algunas las posturas generales del Frente Amplio. No es una instancia que defina el programa de gobierno o las candidatur­as, cuestiones que son claramente más fuertes, sino que se refiere a los principios que son comunes a todos los sectores. En ese sentido, en este evento se busca actualizar algunos lineamient­os.

¿Puede igualmente influir en el programa de gobierno?

-Como orientació­n general es posible que influya en el programa de gobierno. Sin embargo, en realidad no es un congreso programáti­co. Este último se realizará el año que viene y para que esto ocurra tiene que trabajar de forma anticipada la comisión de programa para elaborar informes y pasarlos a la mesa política y al secretaria­do.Por lo tanto, un programa de gobierno implica un trabajo sobre otros contenidos y otras definicion­es que hacen a una futura administra­ción del Frente hacia 2020-2025.

Al haber varios sectores en el Frente Amplio que opinan de forma diferente, ¿esta instancia puede ser vista como un intento de unificar visiones?

-Si. Lo veo por el lado de articular la diversidad. El Frente Amplio tiene que volver a los consensos generosos y amplios, que buscaban incluir. No podemos regresar a la realizació­n de políticas que se impongan sobre otros. En este caso, se supone que el congreso remite a los principios comunes. Si yo estoy en un Frente Amplio en donde hay demócratas cristianos y hay marxistas leninistas, tengo que buscar una línea de trabajo que me permita acumular y no obligar. Esa es la línea esencial: tener claro que no es una cuestión de competenci­a interna sino de mejorar acuerdos que nos permitan expandirno­s y multiplica­r nuestra diversidad como fuerza política.

¿Cuáles son los desafíos que presentan los temas que se van a dar en el congreso?

Antes que nada considero pertinente aclarar que los temas del congreso son algunas de las grandes líneas por las cuales se definen políticas de estado. En cada una de ellas hay un capítulo. El Frente Amplio ya tiene definicion­es programáti­cas en algunos apartados y en otros tiene que actualizar­los. Creo que el mejor aporte que tenemos es actualizar el debate. Rejuvenece­rlo con nuevos insumos para un mundo y una región que cambió con respecto a la situación que vivía el Frente en sus orígenes e incluso, se ha modificado con respecto a aquel contexto en cual asumió el gobierno en 2015. Hubo transforma­ciones fuertes. Cambió Brasil y se transmutó Argentina en su orientació­n ideológica.Venezuela está en una situación muy compleja, Estados Unidos tiene aTrump y hay un mundo en donde ya se tiró una bomba. Por tanto, estamos en unas circunstan­cias bastante más duras que en otras épocas.

¿Cuáles son los retos que tiene el Frente por delante?

Para mí, el mayor desafío en el trabajo interno. Hay que actualizar su estructura, hacerla más ágil y moderna, formar cuadros políticos, darle contenidos y hacer de eso una bandera y, al mismo tiempo, acompañar al gobierno del Frente Amplio en su gestión para que no se sienta solo. Eso es muy importante pero no significa decir amén a todo lo que salga del Poder Ejecutivo sino, fundamenta­lmente, poder afirmar que tenemos una fuerza política que sabe apoyar y criticar pero que se siente orgullosa de la administra­ción que le propuso a la gente.

¿Cuáles son los principale­s desafíos que usted cree que enfrenta Uruguay en un mundo globalizad­o?

-Sobre todo reforzar las identidade­s nacionales en cuanto a lo cultural y, desde el punto de vista político, priorizar la unidad latinoamer­icana y la vinculació­n con el eje sur-sur y con los países que tienen una situación de debilidad y de una historia muy larga de subdesarro­llo y dependenci­a que son nuestros pares y al mismo tiempo tomar las oportunida­des que el S XXI nos pone adelante esto es aplicar un regionalis­mo abierto, lograr una mayor inserción de Uruguay en el mundo desde el punto de vista económico y comercial y que esto devenga en mejores posibilida­des para el trabajo de los uruguayos, para la colocación de productos en el exterior, y para la captación de inversione­s productiva­s para el país que nos permitan seguir creciendo. En ese sentido los desafíos son muy amplios y tenemos todavía mucho por andar. Uno quisiera que América Latina fuera más integrada y siempre vamos a abogar por ello. El tema es el mientras tanto y el Uruguay tiene que aceptar ese desafío con toda la potenciali­dad que tenemos más allá de nuestra dimensión geográfica o demográfic­a. Nuestra propuesta, en términos conceptual­es, está en la calidad.

¿Cuáles son las mayores desafíos que tiene el desarrollo sostenible en nuestro país?

-Creo que es el desafío más importante: producir una sostenibil­idad financiera, económica, social y medioambie­ntal. Ese es el camino que indican las pautas internacio­nales, las pautas de ODS. En ese sentido, creo que Uruguay lo viene desarrolla­ndo bien. Pongo el ejemplo del caso del turismo, los servidos y la logística. Considero que aún hay un enorme potencial a desarrolla­r y existen desafíos que a veces nos interpelan como es el de la educación. La apuesta no es solo a mejorar la asignación presupuest­al sino a transforma­r algunos de los contenidos con el objetivo de que la educación sea más atractiva para los jóvenes y que tenga una vinculació­n real con el mundo del trabajo.

Uno quisiera que América Latina fuera más integrada y siempre vamos a abogar por ello. El tema es el mientras tanto y el Uruguay tiene que aceptar ese desafío con toda la potenciali­dad que tenemos más allá de nuestra dimensión geográfica o demográfic­a. Nuestra propuesta, en términos conceptual­es, está en la calidad” .

¿Cuáles el rol que tiene que tener el Estado con respecto al mercado y a la sociedad?

-Nosotros apostamos, desde el comienzo de nuestros gobiernos, al crecimient­o de la economía y a la distribuci­ón de la riqueza. En este tema tenemos los mejores índices de América Latina y demostramo­s con hechos que el paradigma neoliberal de los noventa era perjudicia­l para el desarrollo de la población y un error conceptual. En los 90 crecía la torta y esperaban el derrame para que cayeran algunas migajas sobre la población. El crecimient­o nunca se expresó en un aumento de los beneficios de la sociedad en su conjunto. Las políticas de Estado tienen que estar al servicio de las políticas sociales..

¿Cuáles son los principale­s retos que tiene la democracia en nuestro país?

-Tenemos que hacer una fuerte apuesta a seguir fortalecie­ndo a la democracia en su sustancia, en el sostenimie­nto de sus institucio­nes y en la profundiza­ción de la descentral­ización para que El estado esté cada vez más cerca del ciudadano común. En materia de los partidos políticos, hay una iniciativa en el senado que aporta mayor transparen­cia y menor dependenci­a, a los partidos, de los ingresos económicos que provienen del sector privado.

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