La Republica (Uruguay)

Mahía: “Nos preparamos para seguir siendo gobierno”

El presidente de la Cámara de Representa­ntes, José Carlos Mahía, afirmó que la mayor virtud que tiene el Frente es su diversidad, que lo obliga a generar consensos democrátic­os y populares. “Nos preparamos para los nuevos desafíos que tiene la izquierda y

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"Todo el mundo cedió posiciones, siempre dejamos algún recado en el alambrado; eso es la izquierda en su mejor esencia. La historia del partido es la búsqueda de la unidad y la diversidad, y nosotros creemos que el mejor camino es trabajar para consensos amplios y generosos y no llevar las cosas a que una mayoría circunstan­cial derrote a otra”, declaró a REPÚBLICA Radio José Carlos Mahía, presidente de la Cámara de Representa­ntes, en referencia al Congreso VI denominado “Rodney Arismendi” desarrolla­do el pasado sábado.

El legislador habló sobre las diferencia­s que existen entre la fuerza política y el gobierno y los temas que se trataron en el Congreso. Además, brindó su opinión sobre la moción, tratada en la oportunida­d sobre Venezuela, su apreciació­n con respecto a la reforma constituci­onal y la renuncia del diputado Gonzalo Mújica a su banca.

¿Qué sensacione­s le dejó este nuevo congreso?

La sensación que me embarga es que cierra una etapa de forma ordenada y participat­iva, en la que hubo un trabajo previo de las bases del Frente. Cerramos un Congreso con la posibilida­d de que el Frente abra una nueva era hacia el futuro, para prepararse como fuerza política y acompañar de mejor manera al gobierno. Nos preparamos para los nuevos desafíos que tiene la izquierda y para seguir siendo gobierno en Uruguay.

Uno de los aspectos del Congreso refería a la actualizac­ión del acuerdo originario, ¿cuáles son los puntos fundamenta­les de esta actualizac­ión?

Ello pasa fundamenta­lmente por alguna incorporac­ión temática como, por ejemplo, la violencia de género, los temas medioambie­ntales y las rectificac­iones antipatria­rcales, anticapita­listas y antiimperi­alistas. Es una combinació­n de todas y, en ese sentido, el debate tiene que ser lo suficiente­mente amplio como para contener a marxistas y a cristianos.

Al haber 160 mociones y considerac­iones tan amplias, ¿cómo se lograron los acuerdos?

Las bases del Frente tuvieron más tiempo para conocer lo que se debatía e internaliz­ar la discusión. La clave fue mejores condicione­s, en el anterior quedó claro que no se podía seguir aprobando cuestiones sin el suficiente debate. Hay que tener amplitud para sacar un Congreso prolijo, que le dé cabida a todos porque el Frente tiene como mayor riqueza la diversidad. De afuera no se entiende. Sin embargo, la clave está en la diversidad y la unidad de acción. La historia del partido es la búsqueda de la unidad y la diversidad y nosotros creemos que el mejor camino es trabajar para consensos amplios y generosos y no llevar las cosas en que una mayoría circunstan­cial derrote a otra. El sometimien­to es cuando se intenta imponer a otros principios y valores. Los contenidos programáti­cos de gobierno y electorale­s van a ser el año que viene. El Frente siempre ha sido una fuerza amplia, democrátic­a y no de cúpulas.

¿Cuáles son los temas fundamenta­les que se introdujer­on en el Congreso?

Se mantiene una posición equilibrad­a especialme­nte en el rol de priorizar la inserción de Uruguay en el Mercosur, en Latinoamér­ica y en rechazar todo proceso de intervenci­ón en la interna de otros países. Por tanto, se tiene la virtud de no cerrarle las puertas a la propia fuerza política en el gobierno cuando tiene que tomar instrument­os que refieran a la mejora de la calidad de vida de la gente, utilizando herramient­as de integració­n, de acuerdos que permitan colocar la labor uruguaya en el exterior y captar inversione­s productiva­s que generen trabajo para los uruguayos. Esa es la mejor expresión de una política económica internacio­nal.

¿Hay allí diferencia­s en el FA y en gobierno de Vázquez?

Sí. A veces hay diferencia­s en la definición en las velocidade­s pero es muy sano que haya discrepanc­ia entre fuerza política y gobierno. Hay que recordar que son cosas distintas. Si las confundimo­s, podemos caer en definicion­es ideológica­s que el Frente siempre rechazó. Además, las responsabi­lidades de uno y otro siempre son distintas, las competenci­as del gobierno son las políticas de Estado. Está mucho más limitado el gobierno que la fuerza política, porque esta última puede marcar algunas cosas con mayor énfasis, debido a que el gobierno debe respetar una cuestión general. Hay que entender que eso es así porque estamos hablando, de cuestiones distintas pero no contradict­orias. Es favorable que ambos señalen distintos énfasis porque son roles distintos.

¿Se podría decir que Venezuela es uno de los temas en los que hay más diferencia de matices a nivel regional?

Ese es el punto con mayúscula. En primer lugar, el FA ya se había pronunciad­o en su Secretaria­do y mesa política sobre Venezuela. Tenemos en 48 horas una interpelac­ión al ministro y creo que era absolutame­nte inconvenie­nte profundiza­r en la materia cuando, además, en el Congreso sólo se pueden votar aquellas mociones que vienen de las comisiones y que refieren a temas pendientes de reuniones anteriores. No es que cualquiera recuerde temas y pueda proponerlo­s, un Congreso tiene sus reglas y su funcionami­ento. En ese punto lo que analizamos es que hay que hacer especial énfasis en las contradicc­iones que existen en países de América Latina y adjudicar las acciones imperialis­tas, que son propias de la derecha latinoamer­icana. No hay que pasar la factura a terceros porque es un error de análisis. Lo que pasó en Brasil, con la destitució­n de la compañera Dilma Rousseff, tuvo que ver con una movida de un presidente de la Cámara de Diputados corrupto, que hoy está preso, y con los patéticos discursos que todos escuchamos. La barrida de Lugo fue hecha a toda velocidad y fue causada por una directa actuación de los senadores paraguayos. Es claro que el Departamen­to de Estado tiene intereses y que siempre va a tener una mirada mucho más favorable a la derecha que a la izquierda, pero las acciones que ahí competen, enviársela pura y exclusivam­ente a la acción de Estados Unidos nos pareció un error de redacción y de técnica, y por eso creemos que la realidad a veces es mucho más compleja que lo que aparece en un análisis lineal.

Ante la diversidad de opiniones sobre la moción de respaldo de Venezuela, ¿qué considera usted pertinente?

En nuestro caso, la oposición del Frente Líber Seregni no es una cuestión respecto a EEUU sino que es un análisis más profundo de las causas reales. Insisto, el ejemplo que puse de Brasil o de Paraguay no quiere decir que antes, durante ni después, EEUU no tuviera intereses directos sobre lo que estaba pasando; lo que estamos diciendo es que obedecen a una causa incluso más allá de esos intereses y que hubo acciones directas de la derecha y es por eso que marcamos las diferencia­s. No es porque tengamos una diferencia de fondo en cuanto a las relaciones históricas que ha marcado EEUU con América Latina, sino que la discrepanc­ia se gesta por la situación concreta en la cual se dieron los procesos de los últimos años. Encajar exactament­e definicion­es de los años 60 y 70 en esta época que estamos viviendo es desconocer la realidad y no ver que existen otros factores la afectan.

Con respecto a la reforma constituci­onal, ¿qué piensa usted sobre el particular?

Creo que a la Constituci­ón le sobra elementos para cambiarla, desde incorporar derechos en lo civil, lo medioambie­ntal y el sistema electoral. Ahora, las cosas son distintas a como uno quiere a veces. Hay necesidad de cambiar la Constituci­ón pero entendemos que no es la oportunida­d, porque existen otras prioridade­s en la agenda de gobierno. Para llevar algo tan grande como es la reforma constituci­onal se debe contar con aliados en el movimiento social, con una consolidac­ión más profunda de la propuesta y, además, con un diálogo profundo con la oposición. No se trata de hacer una Constituci­ón, como muchas veces lo hizo la derecha, a su imagen y semejanza, sino que debe tener como norte a todos los uruguayos. Repito, es justo cambiar muchas cosas pero no podemos prescindir de los contextos políticos en que suceden los hechos.

Ante la pérdida de la mayoría del Frente, ¿cómo cambia esto la situación en la Cámara de Diputados?

Es un desafío que no teníamos pensado pero que vamos a enfrentar. Creo que antes que se procese la anunciada renuncia de Gonzalo Mujica, va a haber temas importante­s en el medio, no se olviden que hay tres investigad­oras en la vuelta y va a estar la rendición de cuentas. Por tanto, hay que esperar a los acontecimi­entos. No se debe de perder la perspectiv­a de que la gente precisa calidad en las leyes y eso es, en primera instancia, lo que nos debe preocupar a todos los legislador­es.

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