Reunión por el acuerdo climático
La posición de Trump, es todo un misterio.
Seis meses después de la conmoción que supuso la elección en Estados Unidos de un presidente escéptico sobre el cambio climático, los firmantes del histórico acuerdo de París para limitar el calentamiento del planeta iniciaron ayer reuniones en Bonn para empezar a aplicarlo.
“Este acuerdo internacional es la única esperanza de supervivencia para los pequeños estados insulares” declaró Thoriq Ibrahim, ministro de Medioambiente de Maldivas, en un comunicado publicado la víspera de la reunión en Bonn.
Su declaración refleja la gran preocupación de los países más vulnerable al cambio climático, reforzada por la llegada al poder en Donald Trump y su decisión de no luchar contra el calentamiento del planeta.
Los países costeros y las pequeñas islas en general, sin vías de escape, están particularmente expuestos a la elevación del nivel del mar provocada por el cambio climático (dilatación de las aguas, deshielo de los casquetes polares y en los glaciares de montaña).
El acuerdo de París comprometió a la comunidad internacional a actuar para limitar el alza de la temperatura “por debajo de +2°C” y “si es posible por debajo de +1,5°C” respecto a la era industrial, Los compromisos actuales son insuficientes y conducen a un alza de +3°C.
Este lunes, mientras se iniciaban las reuniones técnicas sobre las normas de aplicación del acuerdo, se multiplicaban en los corredores del centro de congreso internacional de Bonn las especulaciones sobre la salida o permanencia de Estados Unidos en el acuerdo.
Paula Caballero, experta del World Resources Institute, considera que una“retirada de Estados Unidos crearía dificultades, sí, pero no sería algo insuperable ni cambiaría el rumbo de la Historia”. Una reducida delegación estadounidense está presente en Bonn, encabezada por Trigg Talley, ya a cargo de ella bajo la administración Obama, pero se ignora el alcance real de su mandato.