Conspiracionistas
El flamante presidente de Francia, Emmanuel Macron , forma parte de los Illuminati, la secta secreta de las finanzas que domina el mundo, e incluso de la masonería. Esas teorías fueron lanzadas por círculos de complot europeos poco después de conocerse los resultados de la elección.
Todo comenzó la noche de la victoria, el domingo pasado, cuando Macron habló a los franceses desde un escenario instalado frente a la pirámide del Louvre. Esa escena, cargada de simbolismo, fue interpretada por los adeptos a las teorías del complot como la revelación de una verdad oculta. Para muchos de esos conspiracionistas, el nuevo presidente, sería integrante de un complot urdido por una cofradía secreta, los Illuminati, que tienen el triángulo -y en consecuencia la pirámide- como símbolo.
Los partidarios de teorías conspiracionistas encontraron otra supuesta prueba de la pertenencia de Macron a la secta secreta: la cifra de votos que obtuvo en la elección (66,06%) sería idéntica a los 666 paneles de vidrio que conformarían la pirámide del Louvre. Una leyenda urbana afirma que esa cantidad fue exigida por Mitterrand al arquitecto Ieoh Ming Pei porque, según el Apocalipsis, corresponde a la "Cifra del Demonio". La polémica fue reactivada por El código Da Vinci. La teoría es atractiva, pero el único inconveniente es que el número exacto de placas es 673.