Rosario conmovida por el asesinato de un hincha tras el clásico
El clásico entre Newell’s y Central fue suspendido a muy poco del final por incidentes en la tribuna.
Un hombre murió y una mujer se encuentra en grave estado luego de que un vecino, hincha de Newell's de 17 años, les disparara por discutir tras el clásico rosarino. El menor fue detenido por la Policía.
Lamentablemente, la locura no tiene límites. Un nuevo ejemplo se dio este domingo en Rosario, luego del clásico entre Newell's y Central. En el barrio Ludueña, un hincha de la Lepra de 17 años le pegó un tiro a dos vecinos.
A Omar Alcides Verón, de 44 años, la bala atravesó su corazón y lo mató antes de que otros vecinos pudieron trasladarlo al hospital Centenario. A Beatriz (no se dio a conocer su apellido), el impacto hirió su cabeza y se encuentra internada en grave estado. Según voceros policiales, el trágico suceso se produjo debido a las cargadas relacionadas con el triunfo del Canalla en el clásico.
Tras el ataque, el menor fue detenido en el lugar de los hechos por la Policía, que lo trasladó a la Comisaría 12°, en donde ya quedó a disposición del juzgado de menores. El caso quedó a cargo del fiscal Adrián Spelta.
Incidentes en Rosario
El clásico entre Newell's y Central fue suspendido a muy poco del final porque algunos hinchas de la Lepra comenzaron a arrojar proyectiles al campo de juego. El línea Brailovsky fue agredido. Y después hubo enfrentamientos con la Policía y balas de goma.
Tan lamentable como repudiable: en el cierre del clasico de Rosario, los incidentes dijeron presente. Sí: luego de que Herrera decretara la victoria para Central, un grupo de hinchas de Newell's decidió ponerle punto final al duelo. Y, penosamente, lo logró. Tras el 3-1 del Canalla, los proyectiles comenzaron a caer en el campo de juego.
La primera tanda apareció durante los festejos del elenco visitante (cabe señalar que un jugador de Central le hizo gestos a algunos fanáticos). A partir de allí, el partido comenzó a finalizar: el nerviosismo y la bronca se apoderó de los jugadores, quienes empezaron a empujarse e insultarse. Y claro: la historia siguió en las tribunas.
El árbitro Federico Beligoy advirtió que comenzaron a caer palos en el área del Canalla (se presume que serían los que sostienen a las banderas), cerca del Ruso Rodríguez, y se dirigió hacia allí para constatar la circunstancia.
Luego, otros hinchas comenzaron a treparse en el alambrado mientras algunos más encendieron una bengala en las gradas.
Finalmente, llegó el cierre forzado: el línea Brailovky recibió el impacto de un proyectil en su cabeza, quedó agachado tomándose la cabeza y Beligoy no dudó: a los 48 minutos y 31 segundos, suspendió el clásico. Lamentable.