Fiscal en el banquillo
En nuestro país las sorpresas son, digamos...sorprendentes.
Un día el fiscal y procurador de la Nación, en un reportaje periodístico en este diario razona sobre muchas realidades que confronta en el arduo y delicado ejercicio de su función; hete aquí que desliza una afirmación más conocida en el gracejo popular desde el fondo de los tiempos: “Es más fácil encarcelar un ladrón de gallinas que a un señor de galera y bastón”.
De esas injusticias de la “Justicia”hizo abundante exposición Cervantes en su Quijote de la Mancha, y Lope de Vega o Quevedo en la abundante y creativa Literatura del“Siglo de oro”, sin olvidarnos del Lazarillo de Tormes -autor anónimo-. Esa audaz afirmación -en el vulgo más vieja que andar a pie- ha despertado las iras de las voces de la caverna: insólito, irreverente, quizás demasiado joven para esa responsabilidad; no lo han dicho pero sugieren: demasiado joven para esa responsabilidad; con voz sibilina deslizan que no es ministro de Justicia, apenas un Fiscal General...que debe ser cuidadoso y medir sus expresiones.
Prefieren, como en las Cortes de Luis XIV, que todos clamen “qué hermoso traje su Majestad”, hasta que la inocencia de un niño presente que no ve lo mismo exclama “mamá el Rey está desnudo”.
Así transcurren las cosas en este país de cambios; cambios que algunos resisten y no quieren, porque durante décadas se simuló cosas, se toleró otras, y se escondieron -tras las bambalinasdestructores de la verdad y la transparencia.
Esta no es una nota política, es absolutamente periodística partiendo de una vocación: la búsqueda de la verdad; conocerla, difundirla, buscarla, y debe defenderse en el terreno donde cortan los cuchillos y dan tajo los sables.
No hay retroceso. El país debe avanzar y los que buscan restablecer un pasado caduco, engañoso, deben ser combatidos y desenmascarados; el pueblo debe construir un desarrollo en que la cultura del derecho y el deber es un todo.
“Mi autoridad emana de vosotros y cesa ante vuestra presencia soberana”.