La Republica (Uruguay)

XABI ALONSO El adiós de un grande: “Siempre defendí el fútbol puro”

El sábado defendiend­o al Bayern ante el Friburgo disputó su último partido.

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Xabi Alonso Olano (Tolosa, 1981) se despidió del balón en el Bayern-Friburgo del sábado. Un jugador puro y elegante al que gusta escuchar hablar del juego. Vivirá en Madrid y pronto será entrenador de élite.

El centrocamp­ista ha concedido una entrevista exclusiva al diario Marca de España luego de su adiós del fútbol.

-Previo a su despedida ¿cómo pensó que reaccionar­ía?

-Es una mezcla de todo: por una parte, alegría en el momento de poder compartirl­o con mucha gente a la que quiero; por otra parte, nostalgia al cerrar definitiva­mente, y no sé si soy consciente de ello, una parte de mi vida.

-¿Cómo cree que le va a recordar el aficionado medio?

-Como un jugador de fútbol puro. Para mí lo más importante ha sido el juego y no el alrededor, el ruido mediático... A mí lo que me ha gustado ha sido vivir el ambiente del fútbol, en diferentes países, respetar el deporte, al compañero, al juego...Yo lo he vivido así y con eso me quedo, que es lo que puedo controlar. La percepción general de la gente no lo puedo controlar. No me atrevo a ponerme nota. Si me pregunto, ¿cómo me ha salido el examen? Diría que estoy satisfecho. Creo que me ha salido bien.

En mi carrera lo esencial fue respetar el juego y vivir así este deporte”

-Su carrera ha sido exitosa, pero dígame algo que le haya quedado por ganar.

-La primera espina es cuando casi ganamos la Liga con la Real, estuvimos a puntito en la temporada 2002-2003, peleamos hasta el final. No ganar la Premier con el Liverpool es otra espina que se te queda porque ganamos la Champions, la Copa, la Supercopa... todo, pero la Premier no la ganamos. Y con el Bayern, está claro que me que faltó ganar la Champions League. Pero es que si hubiese ganado todo la carrera hubiese sido demasiado completa... Pero, contestand­o a la pregunta, son las tres cosas con las que ya hubiese sido ya la bomba.

-¿Se retira en la élite por respeto a sí mismo y al juego? Tuvo muchas ofertas para seguir jugando

-Llegaron ofertas, pero una vez que tomé la decisión no suelo enredar más. El poder retirarme en la élite y poder tomar yo la decisión es algo que está en mi cabeza desde hace mucho tiempo.

Yo respetaba y admiraba mucho a esa gente que lo hacía.Y me decía: ‘¡Ojalá pueda tomar de esa manera el paso!’Y afortunada­mente lo he podido hacer, hasta el último mes compitiend­o por lo máximo, por la Champions, por la Bundesliga, por los títulos... Jugando en un grande y me considero afortunado de poder haber elegido este momento y en este club además.

-Ha tenido una dieta y una vida estricta. ¿Qué es lo primero que se permitirá el domingo?

-Me compraré una moto y voy a andar en ella. Clarísimo. Una moto de carretera, ni la más grande ni la más pequeña. Siempre me ha gustado, me gusta la libertad que te da la moto y no podía hacerlo antes. Seguro que lo voy a hacer ya en verano.Y luego voy a tener más tiempo, más fines de semana, voy a poder planificar­me cosas que no podía hacer hasta ahora. Se abre una nueva etapa.

-Usted puede vivir de su imagen. ¿Por qué se complica queriendo ser entrenador en el futuro?

-Yo creo como más se disfruta del fútbol es primero, como futbolista y luego como entrenador. Todos lo dicen. Ahora mismo todavía no tengo el chip pero no lo descarto en un futuro medio-lejano. Me gusta, pero ahora tengo que tomarme un tiempo tranquilo y luego me tengo que preparar y formar antes de dar el paso.

-Si finalmente es técnico, ¿cuál se imagina que será su estilo?

-Yo creo que voy a tener un poco defecto de mediocentr­o. Me gusta el control. Pero, al final, pese a los principios y las ideas, que yo pueda tener, son los jugadores los que juegan y a los que les puedes sacar todo lo que ellos tienen. El buen entrenador es el que sabe adaptarse manteniend­o los principios y unas ideas de juego.

-Vivirá en Madrid. ¿Le sorprendió el aplauso del Bernabéu el otro día?

-Me emocioné mucho. Para mí tenía el partido una carga emocional extra. No sólo por la eliminator­ia y por el contexto de cuartos de final, sino por todo lo que yo había vivido en el Bernabéu y lo que suponía mi vuelta a Madrid.

Un poco me sorprendió y me emocionó más de lo que pensaba porque me tocó mucho el volver a recibir y sentir ese cariño en el Bernabéu, volviendo con otra camiseta, y yo creo que es una muestra por mi parte de agradecimi­ento absoluto y eterno. Estoy muy agradecido y me emocioné mucho.

-¿Qué aprendió en la Real y por qué no se retira allí?

-Desde pequeño soy de la Real Sociedad, mi padre ha sido leyenda de ese equipo. La Real era todo para mí, era el día a día.Y el poder hacerme jugador allí, tener esa oportunida­d, fue un sueño cumplido. No pensaba que luego iba a tener el recorrido que afortunada­mente he tenido. ¿Por qué me retiro allí? Lo he pensado mucho, de una manera era cerrar el círculo, pero al final tomé esta decisión y tengo un poquito de pena. Al final cada uno tiene que tomar una decisión y quedarse tranquilo.

-¿Vivió en el Liverpool la pureza del fútbol tradiciona­l?

-El Liverpool tiene una mística, una historia, un encanto que a todos los que aman el fútbol le engancha.Y a mí me enganchó. Me enganchó Anfield, me enganchó la Premier, también porque hice mi esfuerzo y también porque las cosas nos fueron muy bien. ¡El primer año ganamos la Champions! Entonces a mí me enganchó y una vez que te engancha el Liverpool todos nos quedamos enganchado­s de por vida, todos los que lo hemos vivido intensamen­te.

-¿El Madrid representa la grandeza?

-Sí, es como la excelencia del fútbol. Toda la dimensión y repercusió­n que tiene el Madrid es por todo

-¿Esperaba estar a tan alto nivel en el Bayern?

-Fue el último gran reto de mi carrera. Después de salir de la Real, de casa y de toda la vida, pasar cinco años en un club como el Liverpool, de mucha historia y mucho encanto; luego en el Real Madrid con toda la grandeza que tiene; y, por último, tener la oportunida­d, con 32 años, de vivir otra experienci­a en otro gigante del fútbol mundial, como es el Bayern, con todo el poder que tiene en Alemania y con la capacidad que tiene de representa­r esa perfección allá donde vaya... Estoy muy contento de lo que he podido vivir.

-¿Consiguió con la Selección su éxito más rotundo?

-Aquel día cuando conquistam­os el campeonato mundial fue la explosión total. Pasan los años, y siempre recordaré cuando llegamos a ser los reyes del mundo el 11 de julio de 2010 en Johannesbu­rgo. Ya poco a poco van pasando los años. Algunos futbolista­s de aquel equipo ya vamos dando un paso a un lado pero aún está muy vigente ese sentimient­o y fue una época feliz, los años dorados del fútbol español.

-Por último, ¿qué sentirá cuando ya no tenga que ir a entrenarse?

-Sé que lo voy a echar de menos. El ruido cuando le pego al balón, el ambiente del vestuario, el olor a hierba... eso lo voy a echar de menos, lo sé y lo tengo bastante asumido, que voy a tener momentos de nostalgia. Algún partido como veterano jugaré para matar el mono. No es lo mismo, pero algo jugaré. Mi última camiseta del sábado fue para mi hijo Jon. Le va a hacer mucha ilusión. Con el tiempo lo valorará porque yo me acuerdo de un balón que teníamos firmado por todos los jugadores de la Real que ganaron la Liga 1980-81, y que teníamos mi hermano y yo. Entonces la ilusión que me hacía tener ese balón era grande y yo ahora quiero guardar esa camiseta para mi hijo.

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