Catar, el reino que se ha quedado aislado y solo
Es acusado de apoyar entre otros al Estado Islámico.
Arabia Saudí y sus aliados rompieron ayer relaciones diplomáticas con Catar, acusándolo de apoyar al "terrorismo", decisión que abre una grave crisis diplomática en Oriente Medio días después de que Donald Trump llamara a la unidad de los árabes frente al extremismo.
Catar rechazó la decisión "injustificada" y "sin fundamento" y denunció que su objetivo es "poner al Estado [de Catar] bajo tutela" y asfixiarlo económicamente. La Bolsa de Doha cerró este lunes en baja de 7,58% y los habitantes de la capital acaparaban alimentos en los supermercados, según el sitio en línea Doha News.
La ruptura de las relaciones de Arabia Saudí, Baréin y Emiratos -a los que se sumó Egipto- con Catar se produce dos semanas después de una visita a Riad del presidente estadounidense, Donald Trump, en la que exhortó a árabes y musulmanes a movilizarse contra el extremismo.
La decisión provocó una reacción comedida de Washington -a la vez aliado de Riad y de Doha- que invitó a los países del Golfo a permanecer "unidos". Turquía, país afín a Catar, e Irán apelaron al diálogo. El acercamiento de Teherán con Catar ha exasperado a los vecinos del Golfo. El Irán chií es considerado el gran rival regional de la suní Arabia Saudí.
Ambos países rompieron sus relaciones diplomáticas en enero de 2016, tras la ejecución de un jefe chií en Arabia.
Crisis mayor
Esta es la crisis más grave desde la creación en 1981 del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), formado por Arabia Saudí, Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Catar.
Catar ha ocupado siempre un lugar aparte en el CCG, prosiguiendo su propia política re- gional y afirmando su influencia a través del deporte, en especial con la organización del Mundial 2022 de fútbol. Arabia, Emiratos y Baréin justificaron la ruptura con Catar por su "apoyo al terrorismo", a Al Qaida, al grupo Estado Islámico (EI) y a los Hermanos Musulmanes, cofradía considerada "terrorista" por Egipto y los países del Golfo.
También Egipto decidió "poner fin a sus relaciones diplomáticas con el Estado de Catar", argumentando que Doha apoya el "terrorismo", informó su ministerio de Exteriores.
Catar fue uno de los principales apoyos del expresidente islamista egipcio Mohamed Mursi, derrocado en 2013 por el exjefe de las fuerzas armadas y actual presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi. Desde entonces ambos países mantienen relaciones muy tensas.
Algunos expertos temen que la situación actual se parezca a la crisis de 2014, que implicó la llamada de varios embajadores de países del Golfo destamás cados en Doha, en especial por acusaciones de que el país apoyaba a los Hermanos Musulmanes.
Fuera de la coalición militar
Además, Catar quedó expulsado de la coalición militar árabe que interviene en el conflicto enYemen, por su supuesto apoyo a Al Qaida y al grupo EI en Yemen, según un comunicado difundido por la agencia oficial saudí SPA.
La coalición liderada por Arabia Saudí interviene hace de dos años en el conflicto en Yemen en apoyo al gobierno de Abd Rabo Mansur Hadi, que lucha contra los rebeldes hutíes, un grupo de milicias chiíes.
Yemen también anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Catar. El conflicto yemení ya ha provocado más de 8.000 muertos y 45.000 heridos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Arabia Saudí, con las Fuerzas Armadas mejor equipadas de Oriente Medio después de las de Israel, es uno de los principales compradores de armas del mundo y es también uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos en la región, frente a Irán y contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria e Irak.
Además de la ruptura de relaciones diplomáticas, los países del Golfo tomaron medidas de represalia sin precedentes: cierre de los espacios aéreos, de los accesos terrestres y marítimos, prohibiciones de viajar a Catar, y de la entrada de ciudadanos de Catar.