La defensa
Ante las acusaciones de sus vecinos, Catar ha afirmado en un comunicado que esta decisión está fundada en “calumnias que no se sostienen sobre ninguna evidencia”. Desde la perspectiva de Doha, tienen “un objetivo claro: colocar al Estado (de
Catar) bajo tutela, lo que constituye una violación de su soberanía” y es “absolutamente inaceptable”, reza un comunicado del Ministerio de Exteriores catarí recogido por la agencia France Presse.
El texto catarí recuerda que el respeto a la soberanía es uno de los principios de la carta del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), el foro que integra junto con Arabia Saudí, EAU, Bahréin, Kuwait y Omán. Pero a pesar de los intentos de forjar una postura común ante retos regionales como las primaveras árabes, el ascenso del islamismo o, sobre todo, el desafío que presenta Irán, las diferencias parecen inevitables. Las dificultades en las relaciones entre Catar y sus aliados vienen de más atrás. En 2014, Arabia Saudí, Baréin y Emiratos retiraron a sus embajadores de Doha como protesta por su apoyo a los Hermanos Musulmanes. Catar ha sido hasta ahora el verso libre del Golfo. Acoge en sus fronteras el canal de televisión panárabe Al
Jazeera, cuyas informaciones han provocado a menudo las protestas de los gobiernos de la región por sus informaciones críticas con el reino saudí.