La educación en la mira
el antagonismo no existe: ``No puede haber cuidado sin educación, porque en el cuidado siempre hay un acto educativo``. En cuanto a la disyuntiva universalizalización/focalización de la política de cuidados, advirtió que en una primera etapa se puede focalizar en la población más vulnerable, pero la política no puede quedar matrizada así porque hay tramos de población necesitada de apoyo que queda afuera.
Asumiendo que ``el cuidado es un aspecto estructural que atraviesa todo el ciclo vital``, Marisa Lindner, presidenta del Instituto de la Niñez y Adolescencia (INAU), rescata el avance sustantivo en institucionalidad no centralizada en materia de cuidados, pero apunta al déficit tanto en mayores sinergias entre educación y salud como en inclusión de los varones en el mercado de trabajo de cuidados, lo que se relaciona con cómo se valorice
ese trabajo en términos económicos.
´´La niñez y la adolescencia son el último orejón del tarro``, afirmó Margarita Percovich, integrante de la Red Pro Cuidados, enfatizando la ``debilidad de los actores políticos`` al respecto. Traer un ser humano al mundo supone una responsabilidad que incluye la crianza y los cuidados y debe ser compartida, pero en educación se siguen reafirmando responsabilidades para la maternidad. ``Las adolescentes pobres son madres porque eso es lo único que las valoriza frente a la sociedad. ¿Seguiremos fomentando traer hijos al mundo sin cambios?´´, interpeló.
Mariella Mazzotti, directora del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) no ve contradicciones entre la agenda de género y la de la infancia. ´´La perspectiva de
género busca transformar las relaciones sociales, que incluyen lo masculino y a personas de todas las edades. Inmujeres está trabajando en masculinidades alternativas o desafiantes del sistema hegemónico. Pero si queremos aportar al cambio cultural, el centro son niños/as y adolescentes``, aseguró.
Gabriel Corbo, director de Infancia del Sistema Nacional Integrado de Cuidados (SNIC), coincide en que las agendas no son contrapuestas y destaca la necesidad de un cambio cultural. A su juicio, es más fácil crecer en servicios para 3 años que para 2, porque en infraestructura hay una carencia importante. También apunta que no hay carrera funcional de educadores de primera infancia, las cláusulas de género de la negociación colectiva son poco útiles y menos en materia de corresponsabilidad; el paradigma de infancia sigue siendo tutelar y la sociedad es adultocéntrica.