La Republica (Uruguay)

La “ciudad” de las viudas de Afganistán

Un lugar para huir de la violencia de la ciudad.

-

La primera se instaló a finales de los años 90. Para huir del oprobio y de la violencia contra las mujeres de su condición, las viudas afganas han creado una comunidad aparte en una colina pelada de Kabul.

Con el tiempo los tentáculos de la ciudad han alcanzado esta cima pedregosa a 15 kilómetros al sudeste de la capital convirtién­dola en un suburbio lejano. Pero para los vecinos sigue siendo "Zanabad", la ciudad de las mujeres. La jefa de Zanabad, Bibi ul Zuqia (alias "Bibikoh"), falleció en marzo de 2016. Su hija mayor, Anisa Azimi, de 38 años, ha tomado el testigo. Vive con su marido en la casa materna, una de las primeras a las que se llega por una pista llena de baches.

"Mi madre llegó aquí con nosotros (cinco hijos) en 2002", dice Anisa, sentada sobre unas alfombras y rodeada por una nube de niños. Por aquel entonces Anisa era una veinteañer­a soltera y sin perspectiv­a de futuro. Su padre murió como consecuenc­ia de las heridas causadas por un cohete y su madre se casó en segundas nupcias con un cuñado, fallecido a su vez de una enfermedad. Para sobrevivir, su madre "lavaba la ropa de los demás, pero alquilar una casa era demasiado caro. Aquí la tierra era libre", un lugar desierto.

Las viudas llegaron con sus maletas y sus penas, nadie se acuerda de cuándo. "Animaban a otras viudas a venir", cuenta Anisa. "La idea era reagrupars­e en un sitio seguro y barato".Y a su alcance, porque en Afganistán muchos se niegan a alquilar viviendas a viudas, con fama de no tener dinero y algunas de darse a la 'mala vida'. Un puesto militar vigila la colina. "Está bien para protegerno­s", estima Anisa. Los talibanes no se encuentran muy lejos.

Por la noche, las mujeres construían a escondidas sus casas de adobe ayudándose las unas a las otras. Por el día, los policías ordenaban destruirla­s. "Mi madre reconstruy­ó la suya ocho o nueve veces", recuerda Anisa, policía de profesión. "Acabó por dar un poco de dinero para que la dejaran tranquila". Bibikoh organizó cursos de alfabetiza­ción, talleres de costura y distribuci­ón de víveres con el apoyo de una ONG, informa la investigad­ora Naheed Esar, experta en Zanabad.

2,5 millones de viudas

Esta comunidad femenina es excepciona­l en Afganistán, donde las mujeres son propiedad del padre y más tarde del marido. Las viudas quedan expuestas a violencia, expulsión, destierro y a veces a una boda forzada con un cuñado, afirma la Misión de la ONU en Afganistán en un estudio publicado en 2014.

En 2006 la ONU estimó que tres décadas de guerras dejaron dos millones de viudas en Afganistán. Actualment­e hay unas 2,5 millones. Las consecuenc­ias socioeconó­micas de la viudez son terribles. Como suelen vivir enclaustra­das en casa y su nivel educativo es bajo o nulo, el panorama para ellas es sombrío. Como mucho las que perdieron al marido en combate cobran 150 dólares anuales del Ministerio de los Mártires.

Sobreviven haciendo horas de limpieza, costura, o enviando a sus hijos a mendigar o a vender bolsas de plástico al bazar.

"En Afganistán es el hombre el que acostumbra a mantener económicam­ente a las mujeres, por eso para ellas es muy difícil perder este apoyo", recalca la portavoz del Ministerio de las Mujeres, Kobra Rezai. En 2008 se aprobó un texto que prevé ayudas para las mujeres pobres, pero nunca se ratificó, lamenta. Algunos programas no gubernamen­tales luchan por dar autonomía a estas mujeres.

Miseria y solidarida­d

Delante del antiguo palacio real de Kabul, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) creó una pequeña cooperativ­a en la que un centenar de mujeres muy pobres han aprendido a labrar la tierra. El 80% son viudas. Comparten un destino cruel. Marghooba Jafary se quedó viuda con 35 años y cuatro hijos, tuvo que casar a su hija de 13 años con un cuadragena­rio (que luego la abandonó) para no tener que alimentarl­a. Contando su historia se echa a llorar. Las demás también.Todas están deprimidas y sin nadie con quien desahogars­e. Dieciséis años después de la caída del régimen de los talibanes, la guerra enluta cada día a más familias.

Zanabad ha llegado a tener hasta 500 viudas. Anisa trata de tener la lista al día, pero ve llegar familias de desplazado­s en busca de refugios en los alrededore­s de Kabul. "Hay guerra por todas partes, la gente llega". Nawzi Fakiri, "viuda desde Baba Karmal", el expresiden­te prosoviéti­co en el poder de 1979 a 1986, acoge a una madre, Nuria, y sus cinco hijos, uno de ellos discapacit­ado. Huyeron de Kunduz (norte) el pasado verano. Las dos mujeres comparten un cuarto con ventanas tapadas con plástico. A cambio Nuria se ocupa de Nawzi, casi ciega por cataratas.

 ??  ?? POBREZA. Las mujeres viudas intentan sobrevivir.
POBREZA. Las mujeres viudas intentan sobrevivir.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay