Mariela Mazotti: Un 80% de las mujeres que caen en redes de prostitución son extranjeras
“Son personas que llegan mediante engaños a nuestro país y que luego quedan en total dependencia económica y psicológica de los explotadores”, dijo la directora Mariela Mazzotti.
El informe de EEUU es responsabilidad de su embajada así que no tenemos obligación de tomar posición. Es una responsabilidad de ellos y es una opinión que están asumiendo. Además, es una realidad que no fundamentan. Sobre ese punto preferiría no opinar y sí contarles qué estamos haciendo como país, porque es importante que la ciudadanía conozca nuestras acciones”, declaró Mazzotti, directora del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) a REPÚBLICA Radio, que se emite por lacatorce10.
Dicha declaración fue efectuada en referencia al informe, realizado por el Departamento de Estado de EEUU, en el cual se afirmaba que Uruguay, pese a sus mayores esfuerzos, no cumplía totalmente con las normas mínimas para eliminar el problema de la trata de personas.
“En primera instancia, quiero aclarar que la problemática de la trata de personas, con fines laborales o sexuales, es relativamente nueva en Uruguay en términos de su ocurrencia pero, fundamentalmente, referida al conocimiento de cómo existe y de qué es lo que está pasando.
Además, hasta hace unos pocos años Uruguay no era considerado un país con esta problemática. Eso ha hecho que el país, en relativamente poco tiempo, instalara una política pública, organizara sus instituciones y preparara a sus funcionarios para enfrentar el problema”, afirmó Mazzotti.
Según expresa la jerarca, desde 2008 se ha instalado una mesa de trabajo sobre este tema. “Yo diría que esa acción fue el primer dispositivo que se sostiene hasta el día de hoy. Está abalado por decreto. Además, esa mesa cuenta con la participación del Ministerio del Interior, el cual ha trabajado fuertemente para que la policía esté capacitada y preparada para dicho delito. También se ha instruido al Poder Judicial”.
Las nuevas herramientas que impulsa el proyecto
Por otro lado, explicó que hay una comisión en el Senado
El tratante le vende espejitos de colores a la mujer, ofreciéndole una vida mejor en otro país; hay una falsa voluntariedad y no una violencia en el traslado”.
Son adolescentes que ya tienen una situación de maltrato o de explotación sexual desde su infancia y, por lo tanto, tienen muy pocos recursos emocionales y sociales para pedir ayuda”.
que está discutiendo un documento presentado por Inmujeres con el fin de elaborar un anteproyecto de ley. “Este documento ya está pronto y va a salir en estos días al Consejo de Ministros para que lo apruebe y pueda ir al Parlamento. Esto significará un
paso muy importante en el avance de las políticas que combaten y previenen la trata de personas”.
Mazzotti afirmó que este proyecto intenta ser integral por lo que recoge las distintas facetas del problema y no sólo se queda con la idea de que la trata de personas está vinculada al encarcelamiento de adolescentes o mujeres para una prostitución forzada.“Eso existe, pero la modalidad de la trata actualmente es mucho más engañosa”.
En términos generales, esta iniciativa trata de identificar el matrimonio forzado, el abuso sexual contra niñas y adolescentes, el tráfico de órganos y distingue distintos tipos de explotación. “Además, crea responsabilidades institucionales y fortalece un sistema de respuesta más integral para las víctimas”, explicó Mazzotti.
La descripción de los casos
En términos generales, las mujeres aceptan el traslado de un país a otro con la esperanza y con el deseo de encontrar una mejor situación. “El tratante le vende espejitos de colores, diciéndole a la mujer que tendrá una vida mejor en otro país. Entonces, hay una falsa voluntariedad y no hay una violencia en el traslado. Las mujeres quedan en una condición de total dependencia económica y relacional porque van a un país extranjero que no tiene ningún tipo de vinculación y, por tanto, quedan como dependientes del explotador”.
Por otro lado, advirtió que un 80% de las mujeres, que sufre esta situación en Uruguay, son extranjeras: “Son personas que llegan mediante engaños a nuestro país y que luego quedan en total dependencia económica y psicológica de los explotadores. No tienen medios para escaparse por lo que quedan atrapadas en redes de prostitución”.
Asimismo, explicó que otro de los aspectos preocupantes es el tema de la manipulación emocional y los miedos, que son generados por el explotador. “Como hay dependencia simbólica, se busca que las mujeres puedan ir construyendo una toma de decisiones y un fortalecimiento personal para poder encausar una vida de forma más autónoma y liberarse de las redes de prostitución. Esto tiene que ver con conseguir trabajo formal o con repatriarse, es decir, volver a sus países de origen. Para ello tenemos el apoyo de la Organización Internacional de Inmigraciones de Naciones Unidas”.
Por otro lado, Mazzotti definió a las víctimas de trata como mujeres con gran vulnerabilidad socioeconómica y en sus apoyos familiares.“En general, uno ve en las historias de vida que ya hay un sufrimiento, un daño previo en estas mujeres. Son adolescentes que ya tienen una situación de maltrato o de explotación sexual desde su infancia y, por lo tanto, tienen muy pocos recursos emocionales y sociales para pedir ayuda. Por eso, nosotros, desde el año pasado, junto con el Ministerio del Interior, el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Mides hemos generado capacitaciones a los funcionarios públicos con el objetivo de que ellos puedan ver las señales de peligro, las cuales siempre son indirectas, y, a partir, de allí poder comenzar un trabajo de apoyo desde el Estado”.
Asimismo, explicó que existe un porcentaje menor de mujeres uruguayas engañadas en estas situaciones y que generalmente estos casos se producen dentro del país: el traslado se hace de un departamento a otro. Sin embargo, advirtió que esta trata interna no significa que en algún momento pueda derivar en una salida internacional.
Las denuncias
Con respecto a este tema, Mazzotti dijo que la mayoría de las denuncias se realizan por testimonios indirectos a la víctima. “A veces son familiares y a veces son las propias jóvenes que, por una vivencia específica, son capaces de pedir ayuda. También se ha visto caso de amigas, que están insertas en la misma situación. Entre ellas se recomiendan ir a pedir auxilio a una policlínica, venir a nuestro servicio o a la Policía. En general, van pidiendo ayuda de forma indirecta, mediante servicios sociales o por la pérdida de la cédula de identidad”.
Por otro lado, la directora afirmó que la denuncia siempre es confidencial y voluntaria porque provoca mucho miedo y porque la víctima puede quedar en mayor situación de vulnerabilidad. “En ese sentido, entendemos que estos procesos tienen que ser muy resguardados y que Uruguay tiene que fortalecer dichos mecanismos. Ello también está planteado en el proyecto de ley”.