Movimiento por la Liberación del Cannabis “EL ESTADO HA SABIDO DEBATIR CON QUIEN SEA”
Creo que estamos mostrándonos de buena manera ante el mundo y que se está demostrando que la sociedad uruguaya es responsable. Nuestro Estado ha construido una política alternativa y ha salido a debatir con quien sea”, declaró Bruno Calleros, integrante del Movimiento por la Liberalización del Cannabis. Según sus palabras, esta política no sólo es una acción de inclusión social, sino que tiene que ver con el reconocimiento de derechos. “No reivindicamos el consumo de ninguna droga, sino que buscamos que se produzca un consumo responsable. La política del Estado ha sido específicamente reducir los riesgos y los daños”.
Además, afirmó que el movimiento tiene dos objetivos. El primero es profundizar y mejorar el acceso al cannabis recreativo. Sin embargo, entiende que la segunda misión es aún más importante: “Debemos concretar lo que está faltando, que es el cannabis medicinal. Debemos introducir esta temática en los programas educativos y en el uso industrial. Sobre todo, a mí me preocupa más la instrucción, porque un ciudadano formado y consciente será el que haga un uso responsable de la marihuana y eso sólo se consigue con una educación producida desde las etapas tempranas de la vida”. Apoyo político y corporaciones Calleros entiende que el forcejeo entre corporaciones, explicado en páginas anteriores, es algo natural en la sociedad. Sin embargo, considera que existe un punto de inflexión en donde no se puede permitir esta situación y hay que realizar medidas prácticas.
“No nos olvidemos que en el 2010 el movimiento repartió un manual de autocultivo, que era totalmente ilegal a los efectos prácticos. Hay veces que la pelea social hay que darla de frente por eso propongo una idea: ¿por qué no usamos el cannabis que es producido por las farmacias para empezar a hacer aceite?”. Inmediatamente, ante dicha declaración, indicó que estaba al tanto de que el cannabis producido por el estado uruguayo no tenía todos los requerimientos del cananbis medicinal. “Este tipo de productos precisan otro grado técnico de producción pero si nos evita los posibles grados de intoxicación que las personas sufren al acceder al mercado ilegal”.
Según sus palabras, utilizar el cannabis recreativo estatal evitaría que se produjera la actual desigualdad social: aquellos que no tienen dinero para acceder al medicinal, podrían optar por consumir productos similares. “Creo que mi propuesta es muy práctica y que incluso podemos producir nuestro propio aceite para uso personal en nuestras casas. Ósea, desde el punto de vista práctico, hay veces que debemos desmitificar esos mitos que no nos permiten seguir operando”.
Asimismo, advirtió que su proposición no era entendida como una solución final, porque una propuesta de este tipo implica un gran avance científico, lo que significa un gran presupuesto estatal.
“Necesitamos dinero para investigar porque por más que nos juntemos, la información y la formación es lo que elimina del todo los prejuicios, sobre todo después de 80 años de prohibicionismo. Le intentaron buscar muchas maldades al cannabis y se encontraron muy pocas”, agregó.
A su vez, afirmó que el cannabis no es una droga sin riesgos, sino que es importante especificarlos y tener cuidado con su consumo. Sin embargo, volvió a reiterar que “hay que buscar soluciones prácticas porque sino los corporativismos nos matan, y eso también empieza a ser un vicio de nuestra sociedad los tiempos nuestros son para hacer las cosas bien pero llega un momento donde hay que resolver. Esta es la propuesta. Se puede ajustar, se le puede buscar un montón de cuestiones, porque si vamos a producir marihuana medicinal hoy, vamos a demorar un año y medio por lo menos para tener un producto certificado. Además, la voluntad política es lo que tiene que terminar definiendo”.
Por tanto, para el vocero del movimiento lo medular es tener voluntad política porque es la que brinda soberanía para defender un proceso de cambio del paradigma y logra vencer muchas barreras, no solo las de las corporaciones sino que también la de los tecnicismos.
“Lo que se ha hecho, ha sido desde la sociedad civil organizada y estamos esperando las respuestas del Estado, sabiendo que hay, para esto, mucho más respaldo popular”, agregó.
En términos generales, Calleros entiende que el Estado debe responder ante la urgencia “Hay que buscar soluciones prácticas porque si no los corporativismos nos matan”. de la población que tiene enfermedades graves y dramáticas. “Tenemos que buscar los caminos para simplificar los trámites burocráticos, que pueden desembocar en cuestiones de mediano plazo.
Debemos generar investigación en un terreno donde no las hay en muchas partes del mundo. En la mayoría de los países donde se consume marihuana medicinal, no se han planteado tantos problemas para su producción. Los reguladores de salud del primer mundo y de gran parte de Sudamérica lo han aplicado. Entonces ¿por qué nuestras autoridades no se ponen en plan ejecutivo? ¿Creen que los otros reguladores son tontos, que no saben sobre lo que están hablando?”.
Por último, Calleros en la oportunidad hizo un llamado a la sociedad para que busque soluciones ante este problema.
“Si solucionamos este inconveniente, generaremos inversión, trabajo y conocimiento genuino.
Somos el único país que tiene una legalidad vigente, la cual nos permite hacer esto. Entonces, debemos destrabar un poco nuestras cabezas”.