Emotivo homenaje al “Ñato” a un año de su muerte
Un centenar de personas se dieron cita en el soleado mediodía del sábado para rendir homenaje al exministro de Defensa.
Amigos, compañeros y familiares de Eleuterio Fernández Huidobro se reunieron ayer en el cementerio de El Cordón para rendir homenaje a la figura del "Ñato". Un momento de pura emoción que terminó con los ojos nublados de lágrimas y un fraterno abrazo entre quienes se reconocen profundos admiradores de uno de las mentes más iluminadas de la izquierda uruguaya. Más de un centenar de personas se dieron cita en el soleado mediodía del sábado para caminar juntos recordan anécdotas y momentos históricos compartidos con el exministro de Defensa de los dos últimos gobiernos del Frente Amplio. “Algún día, en algún momento, se recopilarán todos sus documentos e intervenciones en el Parlamento. Tan brillantes que ningún político profesional de la oposición podía responderle cuando sacaba su afilada espada", recordó Roberto Caballero, en su discurso. Con la mirada llena de expresividad y la voz cortada por la emoción, recordó "a ese joven, de apenas veinte años, que junto a otros grandes hombres como Sendic, Marenales y Tabaré Rivero, decidieron crear de la nada otra organización política de izquierda, que iba a utilizar las armas. El Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) tuvo tres definiciones políticas muy claras: el combate contra el imperialismo, la lucha por la liberación nacional y la continuación de la contienda anticolonialista iniciada por Artigas, que aún no ha terminado".“En el 72, desde el punto de vista militar, perdimos. Se vinieron los años negros, hubo un golpe de Estado y pasamos realmente mal. Sin embargo, para los que estábamos en el Penal de Libertad, saber que nuestros dirigentes estaban en peores condiciones que nosotros, nos llenaba de orgullo y eran un ejemplo a seguir, que servía para continuar sobrellevando esa situación día a día. Ninguno negoció por su salida del país o por estar en mejores condiciones. Hoy sabemos que estaban en pozos, en una situación infrahumana. Estuvieron años sin un libro. La comida se la tiraban al piso y les decían coman como perros, pero cuando iban a mirar el contenido del plato, solo habían cigarros apagados. Estaban incomunicados, no podían ver a su familia ni hablar entre ellos. Tampoco podían disfrutar de un rayo de sol como el que hoy estamos disfrutando. Un día volvieron al Penal de Libertad. Los vimos llegar demacrados, esqueléticos, rengos y algunos con serios indicios de estar mal mentalmente. Si en el Penal de Libertad estábamos todos locos, ¿cómo no iban a estar estos compañeros también? Sin embargo, esos nueve rehenes demostraron que tenían una capacidad superlativa porque en poco tiempo volvieron a ser vanguardia”, afirmó Caballero. “En la etapa de la legalidad, muchos acusaron al Ñato como un loco y ahora son los mismos que dicen que fueron otras personas las que hicieron esas denuncias. Mientras tanto, Huidobro trabajó en la legalidad, pidiendo el ingreso al Frente Amplio y creando en el año 88 una nueva alianza política: el Movimiento de Participación Popular, que en muy pocos años pasó a ser la fuerza política más votada de este país y que ha contribuido con esos votos a que hoy tengamos un tercer gobierno del Frente Amplio. El Ñato, en los últimos cincuenta años de vida de este país, fue la cabeza, la inteligencia y la visión más importante de la izquierda. De eso no tengo dudas. Recuerdo cuando los ingenieros de UTE lo criticaban porque él levantaba la bandera de las energías alternativas. Denunció que el río Santa Lucía estaba contaminado pero no le dieron importancia hasta que tuvieron que reconocer que el río estaba a punto de contaminarse. Denunció la contaminación de la Laguna del Sauce y también lo trataron de loco. Fue el que, hace ya unos años dijo que la lucha contra el narcotráfico la perdimos y que la única posibilidad que teníamos de que los jóvenes no terminaran en una boca, era legalizando la marihuana. Hoy las farmacias la están vendiendo y eso fue gracias al Ñato, quien pensaba permanente en el país y en cómo combatir la política del imperio, porque la pasta base, decía Huidobro, es la basura que trae el imperialismo a los países pobres”.